La inflamación grave en la primera infancia es un factor de riesgo clínicamente conocido para desarrollar autismo y esquizofrenia, según un nuevo estudio publicado en la revista ‘Science Translational Medicine’. Ahora, por primera vez, científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland…
La inflamación grave en la primera infancia es un factor de riesgo clínicamente conocido para desarrollar autismo y esquizofrenia, según un nuevo estudio publicado en la revista 'Science Translational Medicine'.
Ahora, por primera vez, científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland (UMSOM), en Estados Unidos, han descubierto que la inflamación altera el desarrollo de células cerebrales vulnerables, lo que podría tener vínculos mecánicos con los trastornos del neurodesarrollo. Este hallazgo podría conducir a tratamientos para muchos trastornos del neurodesarrollo de aparición en la infancia.
Utilizando la genómica unicelular para estudiar los cerebros de niños que murieron por afecciones inflamatorias --como infecciones bacterianas o víricas o asma-- junto con los que murieron por un accidente repentino, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland dirigieron un estudio que descubrió que la inflamación en la primera infancia impide la maduración completa de neuronas específicas del cerebelo.
El cerebelo es una región del cerebro responsable del control motor y de las funciones cognitivas superiores utilizadas en el lenguaje, las habilidades sociales y la regulación emocional.
La investigación ha sido llevada a cabo por profesores del Instituto de Ciencias Genómicas (IGS), el Departamento de Farmacología y el Instituto de Descubrimientos Neurocientíficos de la Universidad de Maryland-Medicina (UM-MIND) y forma parte de una colección de casi 30 artículos que describen el desarrollo y la diversidad de tipos celulares en el cerebro humano coordinados por la Brain Research Through Advancing Innovative Neurotechnologies (BRAIN) Initiative Cell Census Network, un consorcio multisitio financiado por los Institutos Nacionales de Salud.
Investigaciones anteriores han demostrado que los bebés que nacen con anomalías en el cerebelo sufren con frecuencia trastornos del neurodesarrollo, y que los modelos animales expuestos a la inflamación antes del nacimiento también desarrollan estas afecciones.
'Nos fijamos en el cerebelo porque es una de las primeras regiones del cerebro en empezar a desarrollarse y una de las últimas en alcanzar su madurez, pero sigue estando poco estudiada --explica el doctor Seth Ament, científico del IGS y Profesor Asociado del Departamento de Psiquiatría de la UMSOM--. Con la tecnología bastante nueva de secuenciación de ARN de núcleo único pudimos observar a nivel celular los cambios en los cerebros'.
La doctora Margaret McCarthy, Catedrática de Farmacología y Directora de UM-MIND, coautora del estudio, añade que 'esto nunca se había hecho antes en este grupo de edad y en el contexto de la inflamación. La expresión génica en el cerebelo de los niños con inflamación era notablemente consistente'.
Los investigadores examinaron tejidos cerebrales donados post mortem de 17 niños que murieron cuando tenían entre uno y cinco años, ocho por afecciones que implicaban inflamación y nueve por accidentes. A ninguno de los donantes se le había diagnosticado un trastorno neurológico antes de su muerte.
Los dos grupos eran similares en cuanto a edad, sexo, raza/etnia y tiempo transcurrido desde la muerte. Estas muestras únicas de tejido cerebral habían sido recogidas durante muchos años por investigadores de la UMSOM en el Banco de Cerebros y Tejidos de la Universidad de Maryland, la Colección de Cerebros de Maryland del Centro de Investigación Psiquiátrica de Maryland y el NeuroBioBanco de los NIH en Bethesda (Maryland).