En pocas ocasiones, el estudio y la experimentación de una droga han estado rodeados de tanta polémica como ocurre con el caso del cannabis, en el que se combinan factores sociales, culturales, políticos, económico y científicos. La autorización, el pasado 1 de septiembre de este año, de la legalización para la venta de esta sustancia en las farmacias holandesas ha reavivado el debate en el que, tanto la Administración como investigadores españoles, están de acuerdo en que se deben estudiar las posibilidades terapéuticas de los cannabinoides para llevar a cabo un uso compasivo a través de ensayos clínicos que se rijan por el rigor científico.
En Holanda, el cannabis será sólo vendido legalmente a aquellos pacientes que no obtienen respuesta con los medicamentos habituales.
Holanda dio un paso histórico al permitir, recientemente, que la Oficina para el Cannabis para Uso Médico foránea (BMC, en sus siglas en holandés), dependiente del Ministerio de Salud, empezara a distribuir dosis en sus 1.650 farmacias, que serán las primeras en el mundo en vender, bajo el respaldo de la ley, esta planta. Según declaraciones hechas por la portavoz de la Real Asociación de Farmacéuticos Holandeses, Caroline de Ross, esta droga será prescrita sólo a aquellos pacientes para los que los medicamentos habituales no sean eficaces.
En concreto, los facultativos podrán recetarla para tratar el dolor crónico, las náuseas, y pérdida de apetito en ciertos pacientes con cáncer o sida, para aliviar los espasmos de los que padecen esclerosis de placas, múltiple o lateral amiotrófica, en enfermos que estén siendo tratados con quimioterapia, radioterapia o triterapia, y en el alivio de los tics nerviosos de quienes sufren desórdenes nerviosos crónicos o el síndrome de Tourette.
Según las afirmaciones vertidas por el Ministerio de Salud de este país, el cannabis disminuye los síntomas de rigidez en los pacientes que sufren esclerosis múltiple, y también tiene un efecto favorable en la pérdida de apetito y en el alivio de los dolores experimentados por las enfermedades nerviosas. Sin embargo, 'no existen pruebas científicas que avalen estas teorías, aunque su uso repetido muestra que este efecto existe', tal como subrayó, en su momento, un representante de la Administración sanitaria holandesa.
Cinco gramos a 50 euros
Esta venta de marihuana se hace en presentaciones de la hoja seca de la planta de cáñamo en lugar de la típica resina de hachís, en dosis de cinco gramos y en envases preparados por el propio farmacéutico que será el encargado de informar al paciente sobre los efectos secundarios de esta droga, así como de sus contraindicaciones cuando se combina con otras medicinas. Tal como indica la experta holandesa Ross, este profesional tendrá que explicar el modo de administración de la planta, recomendando la vía inhalatoria o la infusión con el objetivo de evitar los efectos nocivos que provoca la combustión de ciertas sustancias de esta droga. Las recomendaciones a seguir se centran en la disolución del cannabis en té o agua para después ingerirlo con la ayuda de un aerosol. Además de a las oficinas de farmacia, 80 hospitales y 400 facultativos también podrán dispensar esta droga.
Expertos abogan por el establecimiento de un sistema de dispensación individualizada de esta sustancia.
Por el momento, dos empresas ya han recibido la licencia del Gobierno holandés para cosechar cepas de la planta, en unas condiciones establecidas de laboratorio, para su posterior venta al Ministerio de Salud que será el que distribuya la sustancia a los centros, boticas y facultativos autorizados. Cabe destacar que en Holanda y Suiza, el 75 por ciento del cannabis que se consume allí es de producción propia, según un estudio realizado por A.C.M. Jansen, colaborador del Centro Holandés de Estudios sobre Drogas (Centro), que también dice que el 25 por ciento de lo consumido en Europa proviene del propio continente.
Cabe recordar que, en este país, la marihuana se comercializa desde hace tiempo en establecimientos denominados 'Coffee-shops', para público mayor de 18 años. Existen unos cientos de ellos en las grandes ciudades holandesas que comercializan esta sustancia a un precio entre los 25 y los 30 euros. Los cinco gramos que se pueden adquirir en las farmacias son ligeramente más caros, con un precio de venta al público entre unos 45 y 55 euros. Estas variaciones de coste están determinadas por el contenido de tetrahidrocannabinol (THC), la sustancia más activa del cannabis, del producto vendido.
Según datos del Ministerio de Salud, se estima que alrededor de unos 7.000 holandeses consumen esta sustancia con fines medicinales, cifra que se espera se duplique con la legalización de su venta bajo prescripción médica.
El debate cruzado entre el uso terapéutico y el recreativo de esta sustancia no se ha producido con ninguna otra en toda la historia de la Medicina.
Apoyo a la medida
La decisión de Holanda se produce en un momento en el que países como Gran Bretaña, Canadá, Austria y Estados Unidos han apostado por la utilización de preparados farmacológicos que utilizan el cannabis como principio activo. En la actualidad, existen dos medicamentos que cuentan con THC y nabilona, un componente de la marihuana y su derivado, aunque éstos no pueden encontrarse en nuestro país.
En España, la iniciativa holandesa cuenta con el respaldo de algún que otro partido político como es el caso de Convergencia i Unión (CiU), cuya portavoz en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados, Zoila Riera, ha solicitado a la Administración, y en concreto al Plan Nacional sobre Drogas, que estudie la posibilidad de aprobar el uso terapéutico del cannabis a partir de la autorización de Holanda. Riera subraya que no hay que relacionar este uso en el campo de la Medicina con el consumo lúdico, con el que sí se muestra en contra. Asimismo, representantes de la Federación Andaluza de Drogodependencia y Sida Enlace también han expresado su satisfacción ante esta medida, así como por la puesta en marcha del Programa Experimental de Prescripción de Sustancias estupefacientes de Andalucía (Pepsa) en Granada, aunque han matizado que 'el consumo de las drogas está cambiando por lo que es necesario ampliar los ensayos clínicos a otras sustancias y otras
vías de consumo'.
El secretario del Consejo Andaluz de Colegios Farmacéuticos, Antonio Mingorance, declaraba a los medios de comunicación, al día siguiente de lo acaecido en Holanda, que esta organización apoya la dispensación del cannabis en las oficinas de farmacia en el caso de que las autoridades sanitarias españolas siguieran esos pasos. Según sus palabras, las boticas constituyen un servicio público y 'como tal deben dar respuesta a lo que dispongan los poderes públicos (...) Si la Administración española entiende que es conveniente dispensar cannabis, las oficinas de farmacia deberán atender esa demanda'.
Eduardo Echarri, presidente saliente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), va más allá al afirmar que la medida europea sería extrapolable a España, 'ya que contamos con un circuito de dispensación farmacéutica muy bueno y la farmacia es el mejor vehículo para la comercialización de medicamentos. De lo que soy totalmente contrario es de que se vendan los fármacos por Internet u otro tipo de establecimientos que no tienen ni la formación ni la educación que puede tener el profesional de la farmacia', tal como ha explicado.
Una posible solución que apunta Echarri para desarrollar esta medida sería que se escogiera muy bien a los pacientes y se estableciera un sistema de dispensación individualizada. 'Por tanto, unos enfermos seleccionados con cuidado para no caer en el mal uso de esta droga y un mecanismo de dispensación parecido al que han establecido algunas comunidades autónomas para distribuir los antibióticos a quienes realmente lo necesitan, sería una salida', según indica.
El PND aboga por investigar más
Por su parte, Gonzalo Robles, delegado del Plan Nacional sobre Drogas (PND), ha explicado a nuestro medio que desde el punto de vista de este organismo se considera precipitado llevar el cannabis a la farmacia 'de esa manera'. 'Por otro lado, debo decir que, aunque ya pueda haber indicios de que alguno de los componentes de esta planta pudieran aplicarse como terapia ante ciertas enfermedades, aún faltan evidencias científicas claras. Hay que seguir investigando para incorporar o desechar los derivados del cannabis en el arsenal terapéutico de la Medicina', tal como subraya.
En este contexto, Robles hace hincapié en que es sorprendente que se genere un debate en el que se mezcla el uso terapéutico con el recreativo, lo que no se había producido con ninguna otra sustancia en la historia de la Medicina. 'El arsenal terapéutico actual dispone de diversos derivados del opio, pero a nadie se le ocurre que eso justifique el uso de la heroína con fines recreativos. Está claro que hay un interés directo de grupos pro-cannabis, como fabricantes de artículos de cultivo, establecimientos de venta de semillas, productores de éstas... que están jugando a confundir a la población en beneficio propio', agrega.
Con los datos en la mano, el delegado del PND explica que la sociedad asocia más el peligro a la frecuencia del uso que a la sustancia en sí misma, de modo que, según revela la última encuesta hecha por este organismo, el patrón de consumo ha cambiado y los jóvenes entre 16 y 18 años se fuman de cinco a siete cigarrillos de tabaco, mientras que consumen hasta tres porros al día. Otro dato relevante es que de los chavales menores de 19 años que se encuentran en tratamiento de desintoxicación, la mitad consume como droga principal el cannabis, 'tendencia que va en aumento. Y en una sociedad que potencia la salud, no podemos bajar el nivel de control frente a una sustancia que ha dado evidencia claras de su efecto perjudicial', matiza Robles.
Extraer la dosis adecuada al paciente
'No hay que olvidar, que la medida holandesa hay que enmarcarla en el contexto social y cultural de un país en el que el cannabis es una sustancia que se vende libremente con fines recreativos en determinados municipios y que, en el contexto del uso compasivo, ha dado pasos hacia la legalización de la eutanasia. Si llegara el caso de que los investigadores demuestren que el THC tiene una aplicación terapéutica determinada, lo que se haría es fabricar las medicinas correspondientes, que serían recetadas por un médico y administradas en pastilla, jarabe u otra vía que garantice la dosis correcta, lo que no tiene nada que ver con fumarse un porro', apostilla el delegado del PND.
De la misma opinión se muestra Alfonso Moreno, catedrático de Farmacología de la Universidad Complutense de Madrid y presidente del Consejo Nacional de Especialidades Médica, quien asegura que 'pese a que se trata de una autorización regular, refiriéndose a la aprobación de la venta de cannabis en Holanda, al tratarse del producto vegetal, de la hoja de la planta, no estamos hablando de ningún principio activo o producto farmacéutico preparado en sí, por lo tanto, no se podrá controlar la cantidad de las supuestas sustancias beneficiosas que actúan sobre los enfermos', tal como analiza.
A juicio del profesor Moreno, la iniciativa holandesa no está bien ideada, aunque sostiene que si se hacen ensayos clínicos que demuestren las bondades del cannabis es posible que se llegue a ese punto. 'Lo que nadie puede poner en duda es que esas investigaciones a largo plazo, llevan gran tiempo de preparación, control y seguimiento, por lo tanto, estamos hablando de muchos años', concreta.
Uso adecuado en Medicina
Para el presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, la principal cuestión a plantearse sobre la medida de la liberalización de la marihuana está en el uso que se vaya a hacer de esa libertad de consumo para los enfermos. 'Si se va a usar como ha ocurrido en ciertos sitios con el sildenafilo o con las anfetaminas se nos va a presentar un grave problema, pero tampoco hay que olvidar las indicaciones terapéuticas del cannabis que se están estudiando, en problemas de inmunodeficiencia o cáncer, y que indican que van a dar resultados positivos. Por tanto, no veo mal su venta siempre que ésta esté controlada por profesionales médicos', opina.
Sin embargo, Echarri manifiesta su desaliento al señalar que, 'desafortunadamente, todos sabemos que siempre se da un uso indiscriminado de estas sustancias, tendencia de la que hay que alejarse'.
'El hecho de que se venda la planta y no el principio activo puede justificarse porque una de las mejores vías de administración es la inhalatoria. Aunque también es cierto que se deberían de estudiar otras formas farmacéuticas que incorporen el principio activo sin ser la droga en sí y que se prueben otras formas de administración', añade.
Actual empleo del cannabis
Hoy en día, las utilidades que se han encontrado en los cannabinoides son más de carácter paliativo que terapéutico. La efectividad de la marihuana se ha demostrado en sus efectos analgésicos y en la disminución de la presión intraocular. Asimismo, tiene efectos antieméticos en vómitos inducidos por quimioterapia antineoplástica y propiedades relajantes musculares en enfermedades como la esclerosis múltiple, traumatismos medulares y alteraciones del movimiento. Igualmente, puede mejorar las condiciones de vida de enfermos de cáncer o sida en fase terminal, así como en afectados por el síndrome de Gilles de Tourette, una enfermedad neurológica que causa espasmos musculares. Contribuye a paliar los efectos de patologías como el Alzheimer o el Párkinson y ofrece buenas perspectivas en otros tratamientos tumorales.
No obstante, la mayoría de los científicos coinciden en que el cannabis no es 'la aspirina del siglo XXI', tal y como han llegado a afirmar expertos del Instituto de Neurología de Londres que, en una investigación hecha pública en abril, aseguraban que los compuestos de esta planta ejercen un eficaz papel neuroprotector, evitando los efectos negativos del envejecimiento y previniendo enfermedades degenerativas como el Alzheimer.
Pero no todos los resultados obtenidos de experimentos son tan positivos, algo que arroja un cierto margen de incertidumbre sobre esta sustancia, 'entre otras razones porque tenemos un conocimiento muy limitado y la investigación que se está realizando es básica pero con muy pocos usos para la Medicina aplicada. Estamos en la fase preclínica, sin embargo, las posibilidades de los cannabinodes son infinitas', afirma Javier Fernández, profesor de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Complutense de Madrid.
¿Falsas expectativas?
Ya existen algunas sustancias como el marinol o el cesamed, que son cannabinoides antieméticos y estimulantes del apetito de probada eficacia. De hecho, el cesamed lleva casi dos años utilizándose. Estos elementos mencionados y algunos otros que tratan el dolor en el cáncer o los efectos de la quimioterapia, se encuentran en fase 3.
Asimismo, los ensayos sobre enfermedades como la esclerosis o patologías craneoencefálicas ya están muy avanzados y el hecho de que algunas compañías farmacéuticas se hayan interesado por estos medicamentos permite pensar que en un período de entre uno y dos años podrían encontrarse en las farmacias. Sin embargo, 'no debemos crear falsas expectativas. Este tipo de noticias se magnifican mucho, pero nosotros, los investigadores básicos, debemos tener muchas precauciones', concluye Manuel Guzmán, responsable del Departamento de Biología Molecular de la Universidad Complutense de Madrid.
La opinión generalizada es que los compuestos del cannabis deben ser utilizados contra el dolor sólo cuando hayan sido rechazadas otras opciones. Tanto las autoridades administrativas como los investigadores coinciden en señalar que existen actualmente analgésicos eficaces. Pese a ello, en algunas personas y para ciertas patologías, por diversos motivos, no funcionan los tradicionales mientras que los derivados del cannabis presentan resultados muy superiores.
Ensayos clínicos españoles
Lo cierto es que el interés científico por esta planta se ha intensificado tanto para demostrar sus efectos beneficiosos en el alivio de síntomas como el sus posibles poderes curativos. En España, en la actualidad, hay dos grupos de expertos que trabajan en esta línea en sendos ensayos clínicos, los únicos que la Agencia Española del Medicamento (AEM) ha autorizado en humanos con productos farmacéuticos que contengan principios activos de la marihuana y siendo la vía intravenosa la única forma de administración.
Uno de los estudios, de carácter internacional, se está realizando con THC para probar los posibles efectos positivos de esta sustancia en traumatismos craneoencefálicos graves. En él participan tres centros hospitalarios españoles: el Puerta de Hierro de Madrid, el Valle de Hebrón de Barcelona y el de Cruces de Bilbao. La segunda investigación la ha puesto en marcha Manuel Guzmán, de la UCM, que está estudiando la eficacia de este compuesto en la reducción de tumores como el glioma. Hasta el momento, se ha probado el producto en cinco pacientes, cifra que esperan aumentar en nueve más, en breve.
Guzmán opina que 'el futuro no será vender cannabis en las farmacias. Creo que hay que partir del juramento hipocrático, no ponerle cortapisas, pero estamos hablando de un uso terapéutico y lo que debemos hacer es buscar los sintéticos del cannabis para que pueda ser utilizado correctamente'. Además, insiste en la necesidad de tratar el cannabis como cualquier otra sustancia, separando los debates cruzados. En este sentido, hay que tener en cuenta que hasta que no se pruebe en pacientes, con dosis adecuadas y controladas, disponibilidad de compuestos, y con un seguimiento adecuado, no sabremos nunca lo que pasa y no saldremos de la mística que rodea esta sustancia ni de las ideas que hay en torno a todo lo concerniente al cannabis', tal como afirma.
En esta línea también se expresa Fernández Ruiz: 'Los criterios para su aprobación deben ser los mismos que se emplean con cualquier otra sustancia'. Añade que 'existen benzodiacepinas que acaban generando mucha más adicción que los productos derivados del cannabis y, sin embargo, nadie se extraña por ello'.
No obstante, considera fundamental que los cannabinoides estén estrictamente controlados y, con relación al amplio clima de opinión que se ha generado en torno a ellos, sostiene que 'los que quieren legalizar la marihuana están haciendo un flaco favor a esta causa porque es probable que las autoridades reaccionen con mayor prevención ante la presión social que se pueda ejercer. Por tanto, separar los dos debates me parece fundamental para el avance de las investigaciones'.
Estudio catalán
Por otro lado, la Generalidad de Cataluña ha iniciado los preparativos para poner en marcha ensayos clínicos para estudiar los efectos de los derivados del cannabis en el alivio de los síntomas asociados a la esclerosis múltiple en concreto para controlar los espasmos musculares. Dicha Comunidad está promocionando esta iniciativa con el fin de que se inicien estos estudios en el Hospital Valle de Hebrón de Barcelona, con experiencia en estas investigaciones.
'El primer paso, la elaboración de un dossier con la información del estudio ya está hecha y vamos a presentarlo a la AEM este otoño por lo que esperamos que todo vaya bien y se inicie el ensayo clínico', ha explicado, Eugeni Sedano, director general de Recursos Sanitarios de la Consejería de Sanidad de la Administración catalana. 'Nos gustaría que fuera multicéntrico para que los resultados que obtengamos puedan ser más amplios y más válidos y, en el caso de que los datos evidencien los efectos beneficiosos de los extractos estandarizados del cannabis se registrará una nueva indicación', agrega.
Para esta labor de investigación, la Generalidad ha contado con la opinión de las asociaciones de pacientes implicadas con el objetivo de que conozcan el estudio y lo den a conocer a sus asociados de modo que el que quiera, de forma voluntaria, podrá adherirse al ensayo clínico. 'La respuesta que hemos obtenido ha sido muy favorable', indica Sedano quien recuerda, una vez más, que 'el opio está prohibido pero de él se extrae la morfina, un potente analgésico, y hacia ahí ha de tender la Medicina', asegura.
En su opinión, es preciso separar lo que es una droga en sí, de un compuesto de la misma que sea capaz de demostrar que es útil en su uso médico. En este contexto, el director general opina que en Holanda se ha ido por una línea diferente, no obstante, sostiene que al trabajar con los extractos de una droga se sabe en todo momento qué se le está dando al paciente y en qué cantidad por lo que se puede evaluar de manera exacta los resultados.
'En el caso holandés se trata de una planta modificada en el laboratorio con el objetivo de que todas contengan una misma cantidad del principio activo a estudio que no es el método más preciso, ya que el investigador no sabe con exactitud lo que está usando. Aunque esto tampoco es comparable al cannabis que se vende en el mercado clandestino y que, dependiendo de su procedencia, puede contener una diferencia de hasta un 50 por ciento más o menos de THC', ilustró Sedano.
Antecedente en el uso de extractos
En Cataluña, desde hace dos años y medio, se tomó la iniciativa para poder utilizar extractos estandarizados o derivados del cannabis para el tratamiento de vómitos vinculados a quimioterapia lo cual había sido demandado en numerosas ocasiones por la asociación Ágata. 'De este modo, desde la Generalidad conseguimos abrir la puerta para el uso terapéutico de los derivados de esta sustancia en nuestro país', señala el director general de Recursos Sanitarios de la Consejería catalana.
De este modo, cualquier ciudadano español que se ajuste a las indicaciones autorizadas por la AEM, que no responden a los antieméticos, y con su obligatoria prescripción facultativa, puede ser tratado con nabilona, uno de los componentes de la marihuana. Dicha sustancia es producida por el laboratorio farmacéutico Celltech Farma en Reino Unido desde donde se importa a España.
'El principal logro de esta autorización fue el de desestigmatizar el uso terapéutico del cannabis y separarlo, por completo, de su utilización lúdica. Del mismo modo, desde aquí pedimos y fomentamos que otros derivados de esta planta sean puestos en manos de los médicos e investigadores para que puedan estudiar sus efectos', reflexiona Sedano. En Cataluña, 100 enfermos que no reaccionaron a los antieméticos han logrado beneficiarse de las bondades de este producto farmacéutico, cifra que podría duplicarse si se tiene en cuenta a toda la población española que también puede acceder a su uso.
Falta de financiación
Otra dificultad a la que se enfrentan los estudios sobre el cannabis es la financiación. Hasta el momento, la industria farmacéutica se ha mostrado poco interesada en estas sustancias, principalmente por razones de rentabilidad.
Por un lado, las patologías hacia las que apuntan los tratamientos en los que se emplean cannabinoides tienen una incidencia entre la población relativamente reducida. Por ejemplo, el Párkinson presenta una estadística de un uno por 100.000 habitantes, el cáncer u otras afecciones tienen mayor prevalencia. Sin embargo, las escasas expectativas de encontrar elementos que garanticen su eficacia en plazos razonablemente reducidos, contribuyen a este desinterés. En opinión de la mayoría de los expertos consultados, esto está influyendo negativamente en el desarrollo de las investigaciones.
La sociedad, en general, asocia más el peligro a la frecuencia del uso que al cannabis en sí mismo
Existe, además, otro factor que puede explicar la escasa implicación de las grandes multinacionales farmacéuticas y que viene determinado por el hecho de que los derivados del THC son sustancias lipofílicas, que no se disuelven bien en el agua y que, por tanto, obligaría a buscar formatos más manejables como, por ejemplo, supositorios. En los ensayos que se están realizando en España, los cannabinoides empleados se administran por vía intravenosa. Para soslayar este problema, las multinacionales deberían disponer de su propia molécula de THC, algo relativamente difícil y, sobre todo, costoso dado que existen actualmente muchos compuestos y la búsqueda de otros nuevos que sean eficaces supone una inversión en dinero y en tiempo que frena a muchos laboratorios.
Las investigaciones que se están dirigiendo desde la Universidad Complutense de Madrid han contado con el apoyo de entidades privadas como la Fundación Ramón Areces. Recientemente, la Sociedad Española Contra el Cáncer ha anunciado también que, en los próximos tres años, aportará fondos para el desarrollo de las investigaciones ya en marcha.
La polémica continúa
Paralelamente al desarrollo de las investigaciones, la llegada del cannabis a las farmacias holandesas ha reavivado un debate que no es nuevo. En los polos más opuestos se encuentran los partidarios de la legalización de la marihuana y los detractores de cualquier medida que apunte en esta dirección.
Las autoridades españolas han descartado, siguiendo la opinión de expertos consultados, adoptar el formato aprobado en Holanda. Tanto el Ministerio de Interior como el de Sanidad argumentan que la venta de cannabis en las farmacias no se presenta en un formato adecuado, que no están suficientemente probados sus efectos terapéuticos, y que podría dar pie a la legalización del uso recreativo de la marihuana.
En contra de esta decisión se ha pronunciado Mercé Vilanova, del grupo Ágata de Barcelona, un colectivo que lleva años defendiendo que el cannabis debe venderse en las farmacias y que tiene que estar controlado directamente por los especialistas, en concreto por los oncólogos. Vilanova se muestra optimista porque 'hace unos años, los médicos no se pronunciaban sobre este tipo de cuestiones. Hoy, en eso hemos avanzado, algunos van admitiendo las utilidades del cannabis y ahora están mucho más receptivos'. Destaca que, en Cataluña, 'no hemos encontrado demasiados problemas. De hecho, consideramos un éxito la aprobación en el Parlamento por unanimidad del uso del cannabis, aunque cuando esta propuesta se llevó a Madrid, el trámite quedó paralizado'.
Como colofón, Gonzalo Robles subraya la insistente necesidad de presentar, en este sentido, un proyecto científico bien planteado y desarrollado. 'Es más, desde la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas ya hemos informado favorablemente de otros proyectos de investigación con sustancias fiscalizadas, como es el caso del ensayo con heroína en Andalucía', concluye.
Aspectos neurobiológicos del cannabis
Tres fechas marcan el conocimiento de los aspectos neurobiológicos del cannabis. Se trata de 1964 con el aislamiento del tetrahidrocannabinol (THC), 1990 con el descubrimiento de los receptores cannabinoides en el cerebro y 1994 con el descubrimiento del ligando endógeno natural, la anan-
damida. Junto con estos cannabinoides endógenos del cerebro y los vegetales de la planta cannabis sativa existen, además, los cannabinoides sintéticos.(...) La distribución cerebral de los endocannabinoides y de los receptores cerebrales hacen pensar en un papel de modulación del sistema cannabinoide sobre el sistema dopaminérgico, pero se le presumen y se están investigando muchas otras funciones. Este receptor está presente a lo largo de toda la escala vertebrada, con un patrón de distribución que se ha conservado a lo largo de la evolución. En humanos, su gen se encuentra en la región q14-q15 del cromosoma 6, presentando una homología del 97,3 por ciento con el de rata.
Los receptores cannabinoides cerebrales están situados próximos a otras neuronas pertenecientes a muchos circuitos cerebrales, incluido el sistema de recompensa cerebral. De acuerdo a la administración crónica de cannabinoides induce neuroadaptaciones en el circuito de recompensa que son idénticas a las inducidas por las principales drogas de abuso y que se pueden poner de manifiesto mediante el cese de la administración de estos compuestos. Los cannabinoides actúan sinérgicamente con el sistema opioide lo que les permite actuar como factores de riesgo en el desarrollo de la conducta adictiva. Según diversos autores, la existencia de una interacción opioide 'cannabinoide permitirá abrir nuevas puertas terapéuticas para la adicción a la heroína y el alcohol.
Impacto y efectos del cannabis
Son más de 400 las sustancias identificadas en el cannabis de las que alrededor de 60 son cannabinoides, entre los que se encuentra el más importante que es el THC. En un informe realizado por un grupo de expertos en 1995 se afirmaba que la repercusión del cannabis sobre la salud en términos cuantitativos era todavía difícil de establecer debido a la falta de estudios, epidemiológicos convincentes. Además, los posibles problemas relacionados con el uso de cualquier droga están muy relacionados con el contexto cultural y social, el contexto económico y político, la disponibilidad, las formas de presentación y su concentración, las formas de administración, la frecuencia de uso y el estilo de vida asociado.
Otra dificultad adicional, según dicho informe, para conocer los efectos del cannabis residiría en que muchos consumidores hacen un uso simultáneo de varias drogas, y el riesgo de usar varias drogas a la vez no tiene porque ser necesariamente la suma de los riesgos individuales. En definitiva, no es posible todavía llegar a una comparación definitiva entre los problemas derivados de uso del cannabis y los producidos por el tabaco y el alcohol, por la insuficiencia de información y porque el número de consumidores regulares de cannabis es netamente inferior al de los otros productos. Dicho informe acaba indicando la necesidad de profundizar en la investigación en áreas como la clínica y la epidemiológica, la química y la farmacología, los efectos terapéuticos y los efectos que tiene sobre la salud el cannabis.
Fuente: MONOGRAFÍA CANNABIS. De la neurolobiología a la psicosociología del uso-abuso del cannabis (pag.7-17) BOBES, J.*. CALAFAT, A.**
* Catedrático de Psiquiatría. Universidad de Oviedo. ** Director Revista Adicciones. Socidrogalcohol..