EL MEDICO INTERACTIVO, Cuenca.- La técnica del láser en Dermatología se ha convetido ya en una potente arma terapéutica. Así lo considera al menos el Dr. Pedro Jaén, presidente del Grupo de Dermatología Cosmética de la Academia Española de Dermatología, tal y como se ha puesto de manifiesto en el Curso para Residentes que, sobre esta técnica, se ha celebrado recientemente en la Universidad de Alcalá.
Los avances tecnológicos experimentados en los últimos tiempos han logrado que el láser se utilice con éxito para el tratamiento de condiciones tan dispares como el cáncer cutáneo, el fotoenvejecimiento, la depilación y enfermedades 'clásicas' dermatológicas como la psoriasis en placas, el acné, el vitíligo y las verrugas, entre otras.
Además, en el curso se presentaron los últimos hallazgos sobre un campo muy novedoso en el uso del láser: la utilización de esta técnica para diagnosticar enfermedades dermatológicas. 'Se plantean aplicaciones muy interesantes en el campo del diagnóstico mediante sistemas ópticos que, gracias a la aplicación de la luz láser, nos permiten ver estructuras cutáneas microscópicas 'in vivo' y en tiempo real. La aplicación de la microscopia confocal láser en una realidad ya para el diagnóstico del cáncer cutáneo in vivo', explicó el Dr. Jaén.
Cáncer, depilación y rejuvenecimiento
El Dr. Jaén comentó que los sistemas de láseres ablativos son muy útiles en el tratamiento de las tumoraciones cutáneas benignas, entre las que destaca las queratosis seborreicas, las hiperplasias sebáceas o los siringomas, entre otros...). Pero también en el cáncer se utiliza el láser, concretamente la terapia fotodinámica permite 'con elevado índice de efectividad' el tratamiento de epiteliomas.
Respecto a la depilación, 'el uso del láser más conocido por la población general', el experto señaló que mediante una adecuada selección de los pacientes y una correcta aplicación de la técnica, podemos obtener resultados seguros, buenos y predecibles a largo plazo. Sin embargo, advierte que si el láser 'se aplica de manera incorrecta o no se selecciona adecuadamente el paciente, puede producir lesiones cutáneas graves y cicatrices irreversibles'.
La tecnología láser es una buena opción para el tratamiento de los signos cutáneos relacionados con el fotoenvejecimiento, como los lentigos actínicos, la poiquilodermia, las arrugas y la telangiectasias. Los láseres son eficaces, afirmó, porque determinan daño selectivo en la dermis (y, por ende, al colágeno envejecido o desestructurado) con energía lumínica que causa un respuesta inflamatoria con la consiguiente reparación tisular y colágena.
Por otra parte, el láser es 'una realidad' en el tratamiento de la psoriasis en placas, el acné, el vitíligo, así como de las cicatrices y las estrías. 'Además, se han obtenidos resultados muy prometedores en patologías inflamatorias como la sarcoidosis y colagenosis y en infecciones como las verrugas y los molluscum', apuntó el Dr. Jaén.
El láser en la práctica clínica
Según señaló el Dr. Jaén, Director de este curso, el dermatólogo es el especialista en la aplicación del láser a los problemas de la piel. 'Es muy importante que, cualquiera que sea la aplicación de esta tecnología, el paciente sea valorado previamente por un dermatólogo, que debe ser el que indique y realice un tratamiento láser'.
En este sentido, el dermatólogo apuntó a que 'existen muchos casos en los que estos procedimientos estarían contraindicados por enfermedades o fármacos que el paciente ingiere'. 'Casi de forma diaria nos vemos obligados a efectuar una reflexión sobre la conveniencia de efectuar o no dichos tratamientos'.
Subrayó el Dr. Jaén que, 'aunque el interés de los dermatólogos por la tecnología láser en nuestro país en antiguo', tan sólo en los últimos años esta técnica está siendo incorporada de forma más o menos amplia en España.
Sin embargo, el especialista advirtió que 'la ausencia de estas tecnologías en buena parte de los centros hospitalarios en los que se forman los médicos residentes, hace que la especialización en este campo se realice una vez terminado el periodo de residencia, lo que determina que una gran número de especialistas carezcan de experiencia y conocimientos sobre este campo de la especialidad una vez terminado su periodo formativo'.