EL MEDICO INTERACTIVO, Madrid.- Tras la reciente aplicación de la Ley del Tabaco, se ha hablado mucho sobre los efectos negativos de esta droga para la salud humana. Sin embargo, según advierten los dermatólogos, poca gente es consciente de los problemas dermatológicos que supone tanto el consumo activo como el sufrimiento pasivo del humo del tabaco. Según afirma el Dr. Miguel Aizpún, portavoz de la Academia de Dermatología, el tabaco 'favorece la formación de arrugas, seca la piel, la hace más macilenta, dificulta la cicatrización, reseca el cabello y favorece el cáncer de labios, entre otros'.
Recientemente la publicación especializada 'Medscape', recuerda el especialista, publicó una extensa revisión titulada 'Uso del tabaco y enfermedad dermatológica' donde se detallan todos los efectos negativos del tabaco sobre la piel.
En primer lugar, la nicotina afecta muy negativamente a la cosmética de las personas. Así, aunque la aparición de arrugas faciales es un proceso inevitable, está demostrado que fumar es un factor de riesgo para que se acelere la aparición de dichas arrugas. Concretamente, un estudio estadounidense demostró que las personas que fuman más de 50 cajetillas de tabaco diarias tiene 4,7 veces más riesgo de tener arrugas que los no fumadores.
El movimiento facial repetitivo que se hace cuando se contraen los labios para fumar provoca la formación de arrugas alrededor de la boca y la acción, también muy repetida, de 'achinar' los ojos para evitar el humo, causa las arrugas alrededor de los ojos. Sin embargo, esto no es lo único que explica la mayor aparición de arrugas en la cara de los fumadores.
Fumar contrae los vasos sanguíneos. esto reduce la cantidad de flujo sanguíneo que llega a la piel, lo que hace que le falte el oxígeno y otros nutrientes esenciales. Además, el humo del tabaco en el ambiente tiene un efecto deshidratador para la superficie de la piel. Por esta razón, el Dr. Aizpún afirma que la piel 'se puede ver afectada por el tabaco tanto si se es fumador como si no'. Otro efecto cosmético directamente relacionado con el tabaco es la pigmentación amarilla que provoca alrededor de los dedos la adicción al cigarrillo.
'Los fumadores que llevan más de 10 años consumiendo desarrollan lo que denominamos 'cara del fumador' con más arrugas, más marcadas, una piel más grisacea, menos luminosa y más atrofiada', subraya el portavoz de la Academia de Dermatología.
Relación con el cáncer de piel
Además de los efectos cosméticos, el tabaco tiene otras consecuencias dermatológicas relacionadas con graves problemas de salud. Así, está demostrado que a los fumadores les cicatrizan peor las heridas, efecto que se ha estudiado concretamente en operaciones de cirugía estética, a las que las mujeres fumadoras han respondido peor que las no fumadoras por tardar más en cicatrizar las lesiones.
Por otra parte, está demostrado que el tabaco es uno de los mayores factores de riesgo para desarrollar enfermedad vascular periférica, una dolencia con graves (y visibles) consecuencias para la piel.
El tabaco también tiene relación con el cáncer de piel, aunque no de forma tan directa como con otros tipos de neoplasias. Así, diversos estudios han demostrado que los tumores más asociados con el humo del tabaco (como el de pulmón) tienden más a producir metástasis en la piel que otros tipos de cáncer. Además, el Dr. Aizpún señala que, aunque está demostrado que el tabaco no provoca el cáncer de piel más mortal, el melanoma, 'se observa un peor pronóstico en los pacientes de melanoma fumadores'.