E.P.- Análisis de sangre rutinarios pueden medir con fiabilidad el riesgo de afecciones cardiacas en personas sometidas a diálisis que esperan un transplante de riñón, incluso cuando no muestren síntomas de las mismas.

Así lo indica un estudio desarrollado por investigadores de University of Maryland (EE.UU.), publicado en la última edición de la revista Journal of the American Medical Association (JAMA). Los tests, que miden la troponina T y la proteína C-reactiva, parecen detectar isquemias cardiacas silenciosas y afecciones de las arterias coronarias.

Las troponinas son moléculas reguladoras que se encuentran en los tejidos musculares y que controlan la contractilidad muscular. La troponina T es específica del corazón y habitualmente se libera en la sangre después de una isquemia cardiaca, si bien se podría liberar después de cualquier otro tipo de afección cardiovascular.

Los resultados harán posible, por primera vez, que se pueda evaluar el riesgo de afección cardiaca en los pacientes sometidos a diálisis que no muestren síntomas cardiacos, y determinará qué pacientes necesitan tratamiento adicional para combatir su propia enfermedad cardiovascular.

Pese a los avances en diálisis, los índices de muerte de personas en la fase final de las enfermedades renales se elevan a un 23 por ciento cada año, provocando los problemas cardiovasculares un 45 por ciento de estas muertes. Los eventos cardiacos afectan con frecuencia a los pacientes que han recibido un transplante de riñón, produciéndose, por isquemia cardiaca, la mitad de las muertes en los primeros 30 días después del transplante.