La tasa de
eventos cardiovasculares y la mortalidad aumentan con la pérdida de función renal. Los pacientes en diálisis tienen una tasa de mortalidad hasta 40 veces más alta que la población general y es la
enfermedad cardiovascular la responsable de más del 50 % de esas muertes.
Los pacientes con
insuficiencia renal crónica tienen más probabilidad de morir por causa cardiovascular que de progresar a insuficiencia renal terminal.
La excreción urinaria de albúmina es un marcador de riesgo tanto de enfermedad renal como de enfermedad cardiovascular. En
insuficiencia renal crónica, la hipertensión, la dislipemia y la diabetes mellitus son los principales factores de riesgo de disfunción endotelial, inflamación, estrés oxidativo y arteriosclerosis acelerada.
La dislipemia es común en los pacientes con
enfermedad renal crónica y las anomalías de las lipoproteínas ya aparecen en estadios tempranos de la pérdida de función renal.
Factor de progresión
Los pacientes con enfermedad renal crónica suelen presentar dislipemia. La combinación de rosuvastatina y ezetimiba es necesaria para controlar dicho factor de riesgo cardiovascular.
De hecho, es un factor de progresión de la
enfermedad renal crónica que aumenta el riesgo de desarrollar aterosclerosis. Su adecuado control contribuye a reducir la elevada morbimortalidad cardiovascular que presentan estos pacientes.
En la
enfermedad renal crónica parece prioritaria una intervención precoz e intensiva de la
dislipidemia antes de que se produzca una disminución importante de la función renal. El tratamiento con
estatinas es seguro y eficaz en la disminución del cLDL y en la reducción de
episodios cardiovasculares en individuos con
enfermedad renal crónica o después del trasplante renal. Sin embargo, la evidencia en los pacientes dializados es menor.
En pacientes con
enfermedad renal crónica los niveles de colesterol no siempre presentan una relación lineal con los
eventos cardiovasculares. De hecho, existe una relación inversa en pacientes en diálisis en los cuales los niveles más bajos de cLDL se asocian a un peor pronóstico.
Pauta terapéutica
Para el tratamiento farmacológico, las
estatinas o la
combinación de estatinas y ezetimiba tienen un papel fundamental tanto para la mejoría del perfil lipídico como para la disminución de los
eventos cardiovasculares. No obstante, debería ajustarse la dosis en referencia a interacciones farmacológicas.
Aún se debate el tratamiento farmacológico con
hipolipemiantes en pacientes con insuficiencia renal crónica más avanzada. En estos pacientes, los niveles de colesterol no siempre presentan una relación lineal con los eventos cardiovasculares como ocurre en la población general.
Objetivos de control
En los que tienen enfermedad renal y diabetes deben tenerse como meta cifras de LDL <100 mg/dl y para aquellos con enfermedad cardiovascular y enfermedad renal diabética, <70 mg/dl.
Así, la indicación de la Food and Drug Administration y de las guías terapia establecen la
terapia hipolipemiante combinada en pacientes con nefropatías crónicas. Hay que abordar el tratamiento de la dislipemia con un tratamiento de alta potencia, como puede ser la combinación de
rosuvastatina y ezetimiba.
En la elección de la
estatina en sujetos con enfermedad renal crónica se debe valorar su eficacia hipocolesterolemiante y su seguridad, considerando que en pacientes con
enfermedad renal crónica es mayor la incidencia de miopatía con el tratamiento con
estatinas.
En estos pacientes hay que vigilar las posibles interacciones farmacológicas y resulta más adecuado la utilización de
estatinas con menor excreción renal.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas Sonsoles María Velilla Zancada, José María González-Gay García, Óscar Fernando Isaula Jiménez, Alejandro Bezares Olarte, Javier Luis Ruiz Soria y Juan José García Díaz, de Logroño, y Christian Leyva Prado, Felipe Cordero Méndez, Alfredo Marcos Sánchez, Guillermo Rivas Alcázar, Manuel Rodríguez Navarro y Manuel Ponce Bejarano, de Huelva.