Redacción. Madrid.- La ecografía facilita el diagnóstico precoz de malformaciones urológicas durante el embarazo. Según el doctor Enrique Jaureguizar, del Servicio de Urología del Hospital La Paz de Madrid y miembro de la Asociación Española de Urología (AEU), la detección prenatal de este problema ha…
Redacción. Madrid.- La ecografía facilita el diagnóstico precoz de malformaciones urológicas durante el embarazo. Según el doctor Enrique Jaureguizar, del Servicio de Urología del Hospital La Paz de Madrid y miembro de la Asociación Española de Urología (AEU), la detección prenatal de este problema ha supuesto un extraordinario avance al hacer posible que se inicie el tratamiento tras el parto y no cuando la función renal se encuentra alterada. 'El diagnóstico durante el período prenatal previene las consecuencias negativas que se derivan de una detección tardía', añade este experto. De hecho, a los cuatro meses ya es posible lograr un diagnóstico prenatal de determinadas patologías. Este es un logro fundamental a la hora de identificar un grupo de riesgo.
Las malformaciones, las infecciones urinarias y la incontinencia de orina son las patologías urológicas más frecuentes en la población pediátrica. Éstos y otros aspectos sobre la Urología Pediátrica han sido abordados en el XVIII Congreso de la Asociación Europea de Urología, que se ha celebrado recientemente en Madrid y al que han asistido más de 6.000 urólogos de toda Europa.
Durante el congreso se abordaron desde las complicaciones más leves en el niño como son la resolución de las anomalías del pene y los testículos hasta el abordaje de los problemas de incontinencia, los trasplantes y la oncología urológica en niños. El doctor Jaureguizar ha destacado sobre todo la colaboración que se ha establecido en este tipo de encuentros entre urólogos que atienden adultos y los especialistas de población pediátrica para resolver problemas del niño fundamentalmente derivados de malformaciones congénitas, que pueden ser tratadas durante la infancia, la adolescencia o la etapa adulta.
Otro de los aspectos que se abordaron durante el Congreso han sido las posibilidades futuras de la laparoscopia en las patologías urológicas en niños. 'Al igual que ha ocurrido en el adulto, se trata de una técnica que cada vez cuenta con un mayor número de indicaciones entre las que destacan las intervenciones del riñón por vía retroperitoneal, las nefrectomías, la extirpación de tumores y la cirugía de los testículos', ha indicado el doctor Jaureguizar.
La infección urinaria
En un 5-10 por ciento de la población pediátrica española la infección urinaria suele ser síntoma de otra patología, como por ejemplo el reflujo vesico-ureteral, que es una de las más frecuentes y que consiste en el desplazamiento de la orina desde la vejiga a los uréteres, lo que provoca la posible infección del riñón. Las infecciones urinarias afectan a un 4 por ciento de los niños españoles en edad escolar. A diferencia de lo que sucede en el adulto, en el neonato, el lactante y el niño los síntomas no son tan específicos y es fundamental determinar en el diagnóstico si la infección se relaciona con el sistema genitourinario. Por ejemplo, las malformaciones que afectan al riñón tardan mucho en mostrar indicios del problema y es, frecuentemente, la infección urinaria la primera señal de alarma que hace posible el diagnóstico.
Los síntomas generales de la infección urinaria son vómitos, decaimiento o irritabilidad, rechazo del alimento, alteración en la hidratación y fiebre. Signos más específicos y más frecuentes, sobre todo en niños mayores, son la disuria, lumbalgia, dolor abdominal, incontinencia y hematuria. El dolor puede persistir durante un breve período tras la micción. Es habitual también que los niños lloren en el momento en que empiezan a orinar. En los más pequeños, este tipo de infección puede ser indicio de una malformación congénita subyacente.
Incontinencia y malformaciones urológicas
Respecto a la incontinencia de orina, se calcula, por ejemplo, que la enuresis afecta al 15 por ciento de los niños con una edad media de cinco años. Las malformaciones obstructivas son las más frecuentes en los niños varones. 'Cuanto más temprana y precoz sea la intervención de este tipo de malformaciones', comenta el doctor Jaureguizar, 'menos daño se producirá en los riñones'.
Cuanto más complejas son las malformaciones menos frecuentes. Es el caso, por ejemplo, de la extrofia vesical, que afecta a uno de cada 40.000 nacimientos. Más frecuentes son otras complicaciones, como la criptorquidia, que presentan el 1 por ciento de los niños, los hipospadias, que desarrolla el 0,8 por ciento de la población infantil o el reflujo vesico-ureteral. También la fimosis es una malformación común en los niños: en estos casos la piel impide descubrir el glande y por tanto hace imposible una higiene adecuada. La mayoría de estas malformaciones no tienen síntomas de alerta inmediatos. Las más fácilmente diagnosticables son las urogenitales externas, ya que se detectan a través de una simple exploración física. Entre las patologías malformativas, las hay con un claro componente hereditario, como es el caso del reflujo vesico-uretral o de los hipospadias. No obstante, se desconoce la causa de ambas malformaciones.