Una mujer muere cada seis minutos en Europa y cada 60 segundos en EE.UU. a causa de
enfermedades del corazón. De hecho, la mortalidad por eventos cardiovasculares en ellas es un 20 por ciento mayor que en hombres. “Las diferencias entre ambos sexos, en lo que a enfermedades cardiovasculares se refiere, han sido tradicionalmente ignoradas y, a día de hoy, aún falta reconocimiento de su particularidad y tratamiento. Como consecuencia de ello, las mujeres están poco representadas en los ensayos clínicos dentro del terreno de la investigación”, explica la doctora Leticia Fernández-Fiera, impulsora del
movimiento Corazón de Mujer (CDM) y directora de la Unidad de Cardio-Mujer en ATRIA Clinic. De ahí la importancia de este tipo de unidades específicas enfocadas a la prevención y el tratamiento femenino.
De hecho, según datos de CDM, el 80 por ciento de los eventos cardiovasculares se podrían evitar si se actúa desde la prevención y se tienen en cuenta los factores de riesgo específicos que afectan a las mujeres.
Factores de riesgo en los eventos cardiovasculares
Una de las áreas sobre las que trabaja el movimiento CDM formar a la población sobre la importancia de conocer nuestro corazón, como por ejemplo
distinguir los factores de riesgo de eventos cardiovasculares de la mujer.
Un ejemplo son las
mujeres diabéticas, que pueden tener más riesgo de presión arterial alta, niveles altos de colesterol o triglicéridos e insuficiencia cardíaca. Diferentes estudios apuntan a diferencias de género en cuanto al tratamiento y pronóstico de las enfermedades cardiovasculares en personas con diabetes, teniendo más riesgo ellas de sufrirlas. Asimismo, las
mujeres fumadoras tienen más riesgo de sufrir una cardiopatía que los hombres fumadores. Según los expertos de Go Red for Women, campaña de la Sociedad Americana del Corazón, hasta un 25 por ciento más.
Respecto a mayor riesgo de eventos cardiovasculares, también se sabe que las mujeres con sobrepeso o que hayan llegado a la etapa de la menopausia van a tener más riesgo de sufrir hipertensión o dislipemia. Igualmente, las
enfermedades autoinmunes, como por ejemplo el lupus, que son más frecuentes en mujeres, implican una serie de trastornos que afectan a distintos niveles, entre ellos el sistema cardiovascular.
Por último, algunos
tratamientos del cáncer pueden comprometer al sistema circulatorio y causar problemas cardiovasculares como hipertensión, ritmo cardíaco anormal o insuficiencia cardíaca. En concreto, las
mujeres con cáncer de mama tratadas con radioterapia presentan un riesgo de mortalidad cardíaca entre 1,25 y 1,62 veces superior al de la población general.