La
anemia ferropénica durante el embarazo es un problema de salud grave que afecta a millones de mujeres, especialmente en regiones como el
África subsahariana y el
sudeste asiático. Un reciente estudio, publicado en
Lancet Global Health, realizado por el Instituto Karolinska en Suecia, ha demostrado que un medicamento intravenoso, la
carboximaltosa férrica, es más rápido y efectivo que los comprimidos orales de hierro para corregir la anemia en mujeres embarazadas.
La anemia durante el embarazo, una amenaza para madres y bebés
La
anemia ferropénica afecta a más de cuatro de cada diez mujeres embarazadas en regiones vulnerables, aumentando el riesgo de mala salud y mortalidad tanto para la madre como para el bebé. A pesar de que muchas mujeres reciben
comprimidos de hierro como tratamiento preventivo, en algunos casos estos no son suficientes para corregir la anemia debido a varios factores, como los efectos secundarios que provocan (náuseas, vómitos, diarrea) o el simple olvido de tomarlos.
El tratamiento con hierro intravenoso ha sido una opción limitada en lugares como Nigeria, donde los medicamentos disponibles, como el hierro dextrano, presentan altos riesgos de efectos secundarios graves. Otras opciones, como el hierro sacarosa, requieren múltiples dosis, lo que genera la necesidad de alternativas más seguras y eficaces.
El estudio IVON TRIAL y sus descubrimientos
Un ensayo clínico reciente, llamado
IVON TRIAL, realizado en Nigeria, evaluó la eficacia y seguridad de la
carboximaltosa férrica, un medicamento intravenoso para tratar la anemia que es nuevo en gran parte del
África subsahariana. El estudio comparó este tratamiento con los comprimidos orales de
sulfato ferroso, actualmente utilizados en Nigeria para combatir la anemia en mujeres embarazadas.
El ensayo incluyó a
1.056 mujeres embarazadas de entre 15 y 49 años, todas con anemia diagnosticada (niveles de hemoglobina inferiores a 10 g/dl) y con embarazos de entre cinco y siete meses y medio. Las participantes fueron divididas en dos grupos: uno recibió una dosis intravenosa de carboximaltosa férrica, mientras que el otro grupo tomó
comprimidos de hierro tres veces al día hasta el parto.
Resultados: mayor rapidez y eficacia con el hierro intravenoso
El equipo de investigadores encontró que una sola dosis intravenosa de carboximaltosa férrica aumentó los niveles de hierro en sangre mucho más rápido, en un periodo de
cuatro semanas, en comparación con el uso diario de comprimidos orales. Además, el tratamiento intravenoso corrigió mejor los niveles bajos de hierro en el cuerpo que los comprimidos.
Los efectos secundarios asociados al tratamiento intravenoso fueron comparables a los de los comprimidos, y no se observaron
efectos adversos en los bebés. Se monitoreó a las madres y a sus bebés hasta seis semanas después del parto para recoger datos adicionales sobre su salud. Asimismo, se realizaron pruebas en la sangre del cordón umbilical al momento del parto para asegurarse de que el medicamento no afectaba los niveles de fosfato en los recién nacidos.
La importancia de nuevas estrategias de tratamiento
'Estos resultados son tranquilizadores, ya que las mujeres embarazadas suelen ser reacias a probar nuevos medicamentos por temor a que puedan afectar a sus bebés', explicó Ochuwa A. Babah, estudiante de doctorado del
Departamento de Salud Pública Global del Instituto Karolinska y una de las autoras del estudio.
La carboximaltosa férrica podría ser una herramienta crucial para combatir la anemia en regiones donde los tratamientos orales han resultado insuficientes. Los profesionales de la salud en Nigeria apoyan la implementación de este tratamiento, aunque señalan la necesidad de más personal y la posibilidad de
subvencionar los medicamentos para que sean accesibles a las mujeres que más lo necesitan.
Próximos pasos en la implementación del hierro intravenoso
Dado el éxito del estudio, los investigadores están colaborando con el
Ministerio Federal de Salud de Nigeria para incluir el uso de carboximaltosa férrica en la lista de medicamentos esenciales del país. Esta medida podría reducir significativamente la prevalencia de anemia entre las mujeres embarazadas, mejorando tanto su salud como la de sus bebés.
Este hallazgo representa un avance importante en la lucha contra la
anemia ferropénica en regiones de alta prevalencia, donde el acceso a tratamientos eficaces y seguros es clave para reducir las complicaciones asociadas con el embarazo.