La depresión crónica se define como un episodio de depresión mayor durante un tiempo continuado de dos años. Es más frecuente entre los 55 y 65 años, y afecta a un mayor número de mujeres
13 de junio 2023. 9:25 am
El trastorno de depresión mayor crónica engloba una situación clínica en la que se cumplen los criterios diagnósticos según clasificaciones internacionales para un episodio de depresión mayor durante un tiempo continuado de dos años. También se puede denominar trastorno depresivo persistente con episodio depresivo mayor…
El trastorno de depresión mayor crónica engloba una situación clínica en la que se cumplen los criterios diagnósticos según clasificaciones internacionales para un episodio de depresión mayor durante un tiempo continuado de dos años. También se puede denominar trastorno depresivo persistente con episodio depresivo mayor persistente según la quinta edición del Diagnostical and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM5).
La prevalencia en la clínica diaria suele oscilar entre el 15 y el 30% de los pacientes que presentan depresión. Se observa una diferencia entre sexos, siendo más frecuente en la mujer que en el hombre; hasta dos veces más frecuente.
Además, la prevalencia aumenta con la edad, sobre todo en el tramo comprendido entre los 55-65 años.
También influye el nivel socioeconómico, y en rentas más bajas existe una mayor prevalencia de depresiones cronificadas.
Son motivo frecuente de incapacidades temporales que con el paso del tiempo se convierten en una las patologías que terminan incapacitando de manera definitiva a la mayoría de los pacientes.
Factores de riesgo
Tener una enfermedad crónica o una patología que curse con dolor y limitación física relevante es un elemento de riesgo para que se cronifique la depresión.
Además, aumentan el riesgo de desarrollar dicho trastorno tener un familiar de primer grado con antecedentes de depresión mayor o cualquier otro trastorno afectivo, atravesar situaciones traumáticas o estresantes, como la pérdida de un ser querido; problemas económicos; rupturas de parejas…
Los rasgos de personalidad con baja autoestima, dependencia afectiva, autoexigente, auto crítico y pesimista también influyen.
A esto hay que añadir tener antecedentes de otros trastornos mentales, como lo puede ser un trastorno de la personalidad. Todos estos factores incrementan la vulnerabilidad y condicionan la persistencia de las manifestaciones depresivas que perduran en el tiempo y facilitan la cronificación del cuadro psicopatológico.
Manejo del trastorno
Como primer paso en el manejo de los trastornos depresivos crónicos es importante realizar una historia clínica completa que ofrezca información clara sobre la evolución de los síntomas depresivos y su gravedad a lo largo del tiempo.
En este sentido, puede ser clarificador la elaboración de una línea de tiempo que describa la variación e intensidad de los síntomas en la historia vital del paciente. También es crucial descartar la presentación de episodios hipomaniacos o maniacos previos, por sus implicaciones pronósticas y para el tratamiento.
Los antidepresivos y la psicoterapia por sí solos o en combinación suelen constituir el tratamiento principal para los trastornos depresivos persistentes. A pesar de que sea la práctica clínica habitual, algunos estudios han sugerido que dichas intervenciones pueden ser menos efectivas en formas crónicas de depresión, particularmente en la distimia, que en cuadros depresivos no crónicos.
Resistencia al tratamiento
Por este motivo, es importante definir la presencia de resistencia al tratamiento, a pesar de la falta de consenso sobre sus criterios o de pseudoresistencia, que se presenta de forma habitual en la práctica clínica. Puede aparecer por desaciertos en el diagnóstico o en las comorbilidades tanto psiquiátricas como médicas, que influyen en el curso de la enfermedad y que no han sido adecuadamente tratadas o abordadas.
Por otro lado, la pseudoresistencia se presenta en casos en que no ha habido un tratamiento previo a dosis y duración adecuadas, en lo que puede tener un papel importante la falta de adherencia a los planes terapéuticos indicados.
Las diferentes presentaciones clínicas y causas relacionadas con la mala evolución o la evolución crónica de estos trastornos hacen necesaria la elaboración de un plan de tratamiento individualizado.
En él se debe tener en cuenta todos los factores de riesgo para así garantizar estrategias más eficaces y dirigidas a las necesidades reales de cada paciente.
La psicoterapia ayuda al paciente a corregir pensamientos distorsionados, facilita la comprensión y el apoyo emocional.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Psiquiatría Guido Jorge Pérez García, de la Unidad de Salud Valterra-Lanzarote-Las Palmas; Cristina García Montero, del Complejo Asistencial de Ávila; Natalia Mesa Rodas, del Centro de Salud Mental de Carabanchel, Hospital Universitario Doce de Octubre, Madrid; María Isabel Barrera Salas, del Centro Salud Mental-IV, en Gijón; Luis Donaire Adánez, del Hospital Provincial de Toledo; Enrique Trujillano Fernández, del Centro Asistencial San Juan de Dios; Jon Ander Bilbao, BILSAR, en Bilbao; Rafael Rodríguez García, CAS Mataró, Barcelona.