Lograr la adherencia terapéutica del paciente con asma es esencial en el control y manejo de la enfermedad, así como en la mejoría del paciente. Para ello la elección del dispositivo inhalador juega un papel fundamental. Se ha demostrado que la opinión del paciente y su satisfacción con el inhalador prescrito promueve la adhesión al tratamiento y, en consecuencia, proporciona un mejor control del asma, así lo señala el doctor Agustín Comes, del Centro de Salud Torrente 2, en Valencia.
“Algunos estudios que han relacionado la satisfacción del paciente con la adherencia y control del asma han demostrado que los pacientes que mostraron una alta satisfacción con el inhalador, independientemente de la molécula que recibían, presentaron una mayor adherencia y control del asma”, indica.
Por tanto, reflexiona el especialista: “Al pautar un inhalador lo recomendable sería que el paciente vea y valore como se usan los distintos inhaladores que el médico considere más adecuados para el paciente para que, tomando la decisión de forma conjunta, el usuario se implique más y se adhiera más al tratamiento”.
No se trata de un asunto baladí si tenemos en cuenta que la guía GEMA indica entre sus recomendaciones que se debe tener en cuenta la opinión del paciente en la elección del inhalador, ya que esto aumentará la satisfacción del paciente y por tanto la adherencia y control de la enfermedad.
Satisfacción del paciente
En palabras del doctor Pablo Ginés Sabater, médico de Familia en el Centro de Salud Albuixech, en Valencia, “la satisfacción del paciente es crucial para su adherencia al tratamiento. Por eso, un inhalador debe satisfacer las necesidades de cada paciente: principalmente, mejorar la sintomatología, que el paciente suele referir como ‘ya no me ahogo’”.
“Con eso mejoramos su calidad de vida y su función pulmonar. Hay que elegir el inhalador más adecuado para que no quiera dejarlo y nunca se le olvide llevarlo encima”, añade.
Características más apreciadas
Cuestionada por las características que más aprecian sus pacientes de los inhaladores que utilizan, la doctora María José Algarra, del Centro de Salud Els Xiprerets, en Manises (Valencia), señala tres: la facilidad de utilización, los requerimientos de flujo inspiratorio y la necesidad de coordinación para administrar correctamente el fármaco.
Una secuencia de uso sencilla e intuitiva con el menor número de pasos posibles para que el paciente comprenda su uso con unas sencillas instrucciones, preferiblemente ilustradas. Dispositivos que no requieran de una gran coordinación entre el mecanismo de dispensación del fármaco y la inhalación del mismo, dado que éste es uno de los pasos clave en el correcto uso del tratamiento, son las principales cualidades referidas, explica.
“También los diferentes requerimientos de flujo inspiratorio necesarios para que el fármaco alcance el mayor porcentaje de depósito pulmonar según el tipo de dispositivo”, agrega.
En cuanto al tamaño, otro aspecto que se valora por parte del paciente, el doctor Luis Miguel Navarro, del Centro de Salud de Benimaclet, en Valencia, resalta que el tamaño del inhalador ideal debería de ser el justo para caber sin problemas en el interior de la palma de la mano, de manera que incluso pueda ser manejado con una sola mano al hacer la inhalación.
“La mayoría de pacientes generalmente manifiesta que el tamaño es más importante tenerlo en consideración cuando el dispositivo será necesario usarlo en situación de urgencias, facilitando la apertura y el cierre. De igual manera el tamaño de la boquilla se considera como uno de los elementos de mayor importancia, ya que proporciones medianas que permitan el cierre completo de la boca garantizarán la administración del mayor porcentaje posible del medicamento”, concluye Erian Domínguez, del Centro de Salud Mislata, en Valencia.
Combatiendo la vergüenza
Otra dificultad que entraña el uso de los inhaladores y que influye en la adherencia terapéutica de los pacientes con asma tiene que ver con la vergüenza de tener que utilizarlos en lugares públicos. Esto es especialmente acuciante en adolescentes y adultos jóvenes a causa del estigma social, la moda o la aceptación en el grupo de amigos, entre otras.
“También existe miedo a su uso pues muchos piensan que el medicamento está asociado al aumento de peso o disminución del deseo sexual”, resalta el doctor Domínguez. De lo que no hay duda es de que el incumpliendo terapéutico en estas edades es mucho mayor que en niños pequeños, lo que deriva en una mayor incidencia de crisis de asma, hospitalizaciones e incluso muertes, relata.
“Son argumentos suficientes para demostrar a estos pacientes los potenciales peligros del no uso del inhalador. De hecho, se ha demostrado que los métodos educativos y de aprendizaje activo son pilares importantes en el control del asma”, arguye.
En ese sentido, el experto considera imprescindible el seguimiento en consulta del adolescente y joven asmático para dotarle de conocimientos básicos y combatir las ideas nocivas que puedan detectarse sobre el uso de los dispositivos. Asimismo, una opción interesante es crear grupos de ayuda donde los pacientes puedan compartir sus vivencias, así se haría visible la alta incidencia de la enfermedad y que no son casos aislados, sino un problema de salud muy importante, resalta el doctor.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores: Agustín Comes Monteagudo, Anabel Esteve Ardid, Ana María Toledo Muñoz, Ángel Luis Merino Gámez, Erian Domínguez González, Esther García Martínez, Luis Miguel Navarro Sánchez, María José Algarra y Álvarez de Laviada y Pablo Ginés Sabater Arnaldos.
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Referencias: