Entre las enfermedades infecciosas relacionadas con el calor y la humedad hay dos en las que vale la pena detenerse: el molluscum contagiosum y los papilomas o verrugas plantares.El molluscum contagiosum produce una infección vírica caracterizada por la presencia en la piel de pequeñas protuberancias…
Entre las enfermedades infecciosas relacionadas con el calor y la humedad hay dos en las que vale la pena detenerse: el molluscum contagiosum y los papilomas o verrugas plantares.
El molluscum contagiosum produce una infección vírica caracterizada por la presencia en la piel de pequeñas protuberancias de color rosado, no presenta riesgo alguno y no suele tener más síntomas. El virus, que a pesar de su nombre no es muy contagioso, se aloja dentro de las protuberancias, que suelen aparecer en grupos de 2 a 20 y no son dañinas ni dolorosas, pero pueden provocar problemas estéticos si afectan a la cara u otras partes visibles del cuerpo. Las zonas más características en que aparecen las lesiones son la cara, el cuello, las axilas, los brazos y las manos, pero pueden manifestarse en cualquier parte del cuerpo, excepto en las palmas de manos y pies. En ocasiones aparecen en los genitales si la transmisión es sexual. En cualquier caso, después de un tiempo suelen desaparecer.
La infección se produce por contacto con personas infectadas, con sustancias u objetos (agua, aire, toallas, etc.) que contienen elementos infectantes y pueden ser vehículos de transmisión, o por autoinoculación (el virus se disemina localmente desde las lesiones de la piel hacia otras zonas adyacentes de la misma). El rascado tiene mucho que ver en esta circunstancia.
La humedad y el calor
Algunos estudios parecen confirmar que la transmisión del molluscum contagiosum podría residir en la humedad, el calor y la falta de higiene. Es raro encontrar esta enfermedad en menores de 1 año, lo cual se atribuye a la inmunidad que transmite la madre a su bebé, y al largo periodo de incubación del virus, que varía entre 2 y 7 semanas, y puede extenderse hasta los 6 meses.
El baño en piscinas está relacionado con estas infecciones, especialmente en niños, en los que la mayor incidencia se da entre los 8 y 12 años de edad. La proximidad y la gran afluencia de los pequeños en estos recintos facilitan la propagación del virus.
Un pico de incidencia más tardío, pero importante, se ha observado en adultos jóvenes, hecho éste achacado a la transmisión sexual, dado que las lesiones en estos casos se localizan con frecuencia en la zona del pubis, y en personas inmunodeprimidas a causa del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), en los que la presencia de formas extensas y fulminantes de molluscum contagiosum, especialmente en la cara, es notable.
Papilomas
Los papilomas o verrugas plantares son tumores benignos inervados y vascularizados, es decir, contienen pequeños nervios y capilares, y son producidos por el papilomavirus humano (HPV). Si las formaciones tienen lugar en la piel se denominan verrugas, y si se forman en las mucosas, condilomas.
Su incidencia es mayor desde los 5 a los 20 años y, aunque puede aparecer a cualquier edad, a partir de los 20 dicha incidencia disminuye de forma notoria. De igual modo, parece demostrado que las personas de raza negra y los diabéticos se libran de las infecciones por HPV, mientras que aquellas personas que alguna vez han tenido verrugas tienen tres veces más posibilidades de desarrollar nuevas lesiones que los no infectados.
El papiloma es contagioso y autocontagioso, es decir, podemos infectar a otras personas por contacto directo o a través de la sangre, e infectarnos a nosotros mismos propagando la infección a distintas zonas de nuestro propio cuerpo, si bien el paciente debe tener una predisposición al virus para que éste pueda crecer. Las verrugas más frecuentes de esta índole son las plantares y las palmares (40%), pero hay otros tipos: planas, filiformes, condilomas, verruga común y en mosaico.
Otra vez la humedad
Piscinas, playas, duchas y vestuarios son los focos responsables de muchos de los contagios de estos virus, cuyo periodo de incubación oscila de 4 semanas a 20 meses. La humedad y el calor dilatan los poros, lo que facilita la penetración del virus a través de la piel. La verruga plantar adopta el color de la piel y puede llegar a tener 2 centímetros de diámetro y 1 centímetro de profundidad. La presión que ejerce el peso del cuerpo las hace penetrar en la planta de los pies como si se tratase de clavos. Debajo de la capa más superficial de la piel (la capa córnea) suelen aparecer unos diminutos puntos negros que en realidad son pequeños capilares que provocan el sangrado de la lesión. El paciente, al caminar o simplemente al estar de pie, experimenta dolor.
La verruga en mosaico, por su parte, representa el 20% de todas las verrugas plantares, y es más resistente y recidivante que otras verrugas del pie. Tienen un aspecto rugoso, más elevado y un color grisáceo. Alrededor de ellas se pueden encontrar otras más pequeñas.
Tratamiento
Hoy día se cuenta con varios tratamientos eficaces para combatir las verrugas plantares; entre ellos, hay una serie de productos que se aplican directamente sobre la lesión para destruir su tejido. Si esta terapia fracasa, se recurre a la cirugía, donde mediante una técnica sencilla se extrae toda la verruga desde su raíz.