A pesar del calor -y su inevitable impacto sobre el descanso- y de los numerosos hándicaps que presentan las vacaciones de verano para el sueño -cambios horarios, exceso de actividades, peor alimentación, mayor consumo de alcohol o el estrés asociado a los viajes-, desde la Sociedad Española de Sueño (SES) consideran que las
semanas de asueto estival pueden ser una “excelente oportunidad” para reorientar nuestra
atención hacia el descanso y la calidad del sueño.
“El verano es un buen momento para establecer rutinas que favorezcan el descanso, como evitar el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir, crear un ambiente propicio para el sueño y practicar técnicas de relajación. Además, aprovechar el verano para priorizar el sueño no solo nos ayudará a sentirnos más descansados durante las vacaciones, sino que también puede tener efectos duraderos en nuestra salud y bienestar a largo plazo”, subraya María José Martínez Madrid, coordinadora del grupo de trabajo de Cronobiología de la SES. Entre esos efectos beneficiosos, según la doctora, se encontrarían la mejora del estado de ánimo, el i
ncremento de la energía y la vitalidad, el fortalecimiento del sistema inmunológico, la mejora de la memoria y el procesamiento cognitivo o la prevención del burnout.
Calidad del sueño y siesta veraniega
Entre otras cuestiones, una de las claves para recuperar calidad del sueño en verano puede ser precisamente la siesta veraniega. Lo recomendable es
una siesta que dure entre 10 y 20 minutos, ya que esta duración es la ideal para obtener un impulso rápido de energía sin causar somnolencia posterior y sin entorpecer el sueño nocturno.
“Dormir un poco durante el día también puede
mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés, lo cual es especialmente útil durante las vacaciones para disfrutar al máximo de las actividades y la compañía. Además, una siesta puede ayudar a mejorar la concentración y la memoria, lo que puede ser útil para actividades recreativas como la lectura, los juegos o las visitas culturales. Las siestas regulares pueden incluso reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y mejorar la salud en general”, explica la experta.
“Es importante encontrar un
lugar tranquilo, oscuro y fresco para la siesta, ya que esto puede mejorar su calidad. Usar una máscara para los ojos o tapones para los oídos si es necesario puede ayudar también a crear un ambiente más relajante”, aconseja Martínez Madrid, que recuerda que cada persona tiene necesidades diferentes, por lo que es importante escuchar al cuerpo