EL MEDICO INTERACTIVO, S.P., Madrid.-Según datos manejados por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, el 20 por ciento de la población española bebe en exceso y un 5 por ciento sufre un síndrome de dependencia del alcohol. Así, y según estudios consultados por esta Sociedad Científica, un consumo semanal por encima de los 280 gramos de alcohol, en el caso de los hombres, y de 170 para las mujeres, se asocia a un incremento del riesgo de que se desarrollen problemas de salud. Este consumo equivaldría a 28 unidades de bebida a la semana para hombres y 17 para las mujeres.
Las cifras obtenidas respecto a la población joven son todavía más preocupantes, ya que siete de cada 10 personas entre 15 y 28 años beben los fines de semana. Todo ello, según esta Sociedad Científica, conlleva un incremento de problemas asociados a esta adicción, sobre todo, en este sector de la población: accidentes de circulación, laborales, violencia, lo que les convierte en uno de los mayores grupos de riesgo en relación con el alcohol.
Y es que como asegura convencido a EL MEDICO INTERACTIVO el vicepresidente de la semFYC, el doctor Asensio López, 'el alcohol tiene en estos momentos el síndrome del abandono, es decir, de unos años a esta parte se ha ido catalogando como un problema menor, sin que se perciba, además un abordaje estructural organizado de todo el sistema sanitario para afrontarlo'. Ello significa, en definitiva, que 'en España todavía no tenemos resuelto el modelo asistencial sanitario para los adictos al alcohol', en su opinión.
Para el representante de esta Sociedad Científica, la situación resulta preocupante si se tiene en cuenta que casi 30.000 médicos de familia, con su correspondiente personal de enfermería, 'no estamos siendo implicados directamente en una estrategia global en relación al alcoholismo'.
Profundo debate social
Para este médico de familia, el alcoholismo necesita de una respuesta a tres niveles: comunitario, preventivo y asistencial, 'respuesta que tendría que venir en forma de estrategia global y de la mano de un profundo debate social'. 'Es imposible llevar a cabo un abordaje adecuado del alcohol sin un gran debate social -insiste el doctor López Santiago- parecido a lo que ha sucedido con el tema del tabaco, y con el fin de conseguir que una ley o una propuesta de esa envergadura se convierta en una auténtica herramienta de salud pública'.
A su juicio, la única fórmula para fomentar dicho debate es 'crear una situación de pérdidas y ganancias y que la población comience a aceptar que hay que cambiar el vínculo que se tiene social y culturalmente con el alcohol, para que deje de ser un problema de salud pública'.
Eso sí, el vicepresidente de la semFYC está convencido de que todo ello requiere de un tiempo preciso, sin precipitarse, 'con el fin de generar un clima social similar al que se ha producido con el tabaquismo, ya que de lo contrario se corre el riesgo de fracasar'.
Estrategias desde los centros de salud
A nivel más particular, desde la semFYC se tiene previsto a corto plazo la movilización en todos los centros de salud para empezar a activar acciones en alcohol, 'en cierto modo olvidadas', tal como explica su vicepresidente.
Asimismo, según este experto, 'hay que facilitar a todos los profesionales la formación necesaria y conseguir que la población identifique a los médicos de familia y al personal de enfermería como profesionales que pueden aportar ayuda ante un problema de estas características'.
Además, se hacen imprescindibles otras herramientas en las consultas de Primaria, ante el paciente alcohólico, como la entrevista clínica o, incluso, el manejo del test denominado 'audit', recomendado por la propia Organización Mundial de la Salud, el cual no sólo mide la cantidad de alcohol consumida sino también las consecuencias que este consumo tiene en el paciente.
En definitiva, y como concluye el doctor López Santiago, 'no creo que sean tan necesarios estudios para comprobar los efectos del alcohol sobre la población, como sobre todo planificar y analizar muy bien cómo se puede producir la transformación entre el punto en el que estamos y en el deberíamos estar, siempre pensando en clave de salud y de respeto hacia el individuo'.