España se ha unido a los principales países del mundo en la
lucha firme contra el tabaco, Gracias al Plan Nacional contra el
Tabaquismo, habrá una mayor eficacia para acorralar al tabaco y ayudar
a los fumadores a que dejen su pernicioso hábito. El objetivo es reducir
en un 6 por ciento el número de fumadores. La situación en el mundo
occidental es la siguiente, según recoge el diario ABC en su
edición del domingo, 26 de enero.
Estados Unidos: 46 millones de fumadores buscan aire
Para los 46 millones de estadounidenses que siguen fieles al humo,
según datos de la poderosa industria tabaquera norteamericana,
encender y saborear un cigarrillo se está convirtiendo en una pesadilla a
medida que los Estados acentúan las medidas restrictivas para proteger
a los no fumadores.
El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, acaba de aprobar, sin
oposición de los concejales demócratas ni protestas en las calles, una
ultrarrestrictiva ley que prohibe fumar en los 14.000 bares y restaurantes
de la ciudad. Aquellos locales que sigan queriendo emular las escenas
del cine negro, tendrán que disponer de espacios cerrados a disposición
de los fumadores y pagarán impuestos especiales. Se ha convertido en
una estampa más de la ciudad de las imágenes cruzarse a las puertas
de los rascacielos con empleados adictos al hábito nefando apurando
su cigarrillo a la intemperie, a menudo en mangas de camisa o a cuerpo
gentil con los termómetros bajo cero, y junto a grandes ceniceros que
parecen lomos de puercoespín. La legislación varía de un Estado a otro,
pero la tendencia marcada desde California es a una progresiva
ampliación de la prohibición de fumar en lugares públicos y centros de
trabajo, así como en el entorno de hospitales o hasta en nuevos
condominios o comunidades de propietarios, que entre las cláusulas
para vender o alquilar exigen de los nuevos inquilinos pulmones limpios.
Desde que en 1999 el Ejecutivo de Bill Clinton presentara una demanda
contra las principales compañías tabaqueras por los gastos que había
tenido que asumir el Gobierno federal para atender enfermedades
provocadas por el tabaquismo, dos de las reclamaciones fueron
desestimadas y una última parte está pendiente de resolución. De las
40 demandas presentadas por particulares o grupos de perjudicados
por el tabaco, 13 sentencias condenatorias fueron establecidas contra
las compañías, mientras que cerca de dos mil litigios están aún
pendientes de resolución.
Francia: Más de sesenta mil muertes al año
En Francia, el tabaquismo activo se cobra anualmente más de 60.000
vidas humanas y el tabaquismo pasivo otras 2.500 o 3.000. El costo
financiero anual de esa catástrofe es superior a los 4.000 millones de
euros y, desde hace años, se consagran unos 20 millones de euros a la
prevención, para acompañar una legislación muy restrictiva.
Desde 1991, en Francia está prohibida toda publicidad directa del tabaco
en la radio, la tv y la prensa escrita. También está prohibido fumar en
espacios públicos (empresas, administraciones, etc.), donde deben
existir lugares especiales para fumadores. En cines, teatros,
restaurantes y transportes públicos está prohibido fumar, salvo en los
espacios especialmente habilitados para los fumadores. Las empresas
deben crear espacios especiales para fumadores. Y la infracción de las
prohibiciones está severamente castigada.
Un fumador impenitente puede ser castigado con multas de 75 a 200
euros en caso de reincidencia en lugares públicos. Los patronos que no
cumplan la legislación pueden ser castigados con multas de 450 a 1.000
euros. Durante la última década, numerosos tribunales nacionales han
dictado sentencias contra particulares, empresas y grandes grupos
audiovisuales por el incumplimiento de la legislación antitabaco.
El primer caso ejemplar fue el de una funcionaria del Estado, empleada
de la seguridad social, que denunció al Estado y consiguió reparación,
tras un largo proceso, en el que la justicia condenó a la Administración
pública por incumplir la legislación. Están en curso de instrucción
varios casos de particulares que han denunciado a grandes empresas,
acusadas de haber contribuido al deterioro grave de la salud de los
demandantes.
Italia: Prohibido fumar a partir de diciembre
La ley antitabaco italiana, que entrará en vigor el próximo mes de
diciembre, prohibe fumar en cualquier lugar público bajo pena de hasta
250 euros para el infractor y hasta 2.000 euros para el responsable del
local, ya sea un restaurante, oficina o agencia bancaria. En la
actualidad, está ya prohibido fumar en los aeropuertos, y el ministro de
Sanidad, Girolamo Sirchia, libra una batalla para que nadie fume en
uniforme: ni policías, ni carabineros, ni bomberos deben dar mal
ejemplo.
La nueva ley permitirá fumar en restaurantes siempre que delimiten las
zonas de fumadores, que serán menores que las de no fumadores, y
garanticen la extracción de aire, de modo que nadie sea víctima
involuntaria del «humo de segunda mano». Estas normas se aplicarán
también en las cárceles, pues a ningún detenido se le puede intoxicar
contra su voluntad.
El ministro Sirchia ha emprendido una campaña contra las máquinas
expendedoras de tabaco, que permiten burlar la ley a los menores de 16
años, y contra las multinacionales del sector, principales responsables
de la extensión del vicio. Algunas grandes tabaqueras americanas
fabrican cigarrillos en el Este de Europa destinados exclusivamente al
contrabando en Italia, por lo que no sólo hacen daño a la salud, sino
también al fisco y al orden público, pues alimentan los clanes de la
«camorra» napolitana.
Bélgica: La publicidad ha quedado en fuera de juego
El Gobierno belga ya había eliminado la publicidad del tabaco en los
medios de comunicación audiovisuales y escritos e incluso el patrocinio
de grandes acontecimientos un año antes de que la directiva comunitaria
fuera aprobada el pasado mes de diciembre por los ministros de
Sanidad de los Quince. Precisamente esta actitud fue la que originó el
año pasado un grave enfrentamiento político interno, al decidir la
Federación Internacional de Automovilismo (FIA) eliminar de su
calendario de 2003 de grandes premios de Fórmula 1 al circuito belga de
Spa-Francorchamps, pese a que expertos y pilotos lo consideran como
uno de los mejores del mundo. El debate político castigó severamente a
los ecologistas, que forman parte de la coalición de Gobierno en la que
participan también los socialistas y los liberales del primer ministro Guy
Verhofstadt.
El comisario europeo responsable de la Salud de los Consumidores,
David Byrne, acusó el pasado mes de octubre directamente a la FIA de
castigar a las autoridades belgas por su actitud beligerante contra la
publicidad del tabaco, anticipando la prohibición que la UE decidió
aplicar a este tipo de eventos a partir de 2005. Hace dos semanas, seis
ediles ecologistas y dos empresas de hostelería perjudicadas por la
desaparición de la competición en suelo belga denunciaron por esta
causa a la FIA ante un tribunal.
Alemania: Los tabaqueros pagan las campañas antitabaco
En Alemania más del doble de personas caen víctimas del tabaco que
del alcohol y todo el resto de drogas juntas. Consciente de ello, el
Gobierno de socialdemócratas y verdes llegó al poder prometiendo
desatar una campaña contra el consumo de tabaco y extender a toda la
UE una prohibición de la publicidad del tabaco.
Dado que los estudios demuestran que en uno de cada ocho niños
alemanes se encuentra el mismo nivel de sustancias dañinas
procedentes del tabaco que en un fumador corriente, la propuesta del
Gobierno busca reforzar explícitamente la posición de los no fumadores
en el conjunto de la sociedad. Los expendedores de tabaco en Alemania
están más restringidos y regulados que los de preservativos, el humo se
ha proscrito de lugares públicos, los impuestos han vuelto a a subir un
20 por ciento desde el 1 de enero y la industria del tabaco contribuirá en
los próximos 5 años con 11,8 millones de euros para campañas
antitabaco. La ley actual establece que fumar está prohibido en lugares
de trabajo y atención al público así como en espacios públicos cerrados
o transportes comunales, y también en comercios con mayoría de
propiedad estatal. En todos los casos será responsable del
cumplimiento de la ley el dueño o responsable de la empresa o lugar.
Las multas estipuladas son de 50 euros a partir de la segunda
advertencia de que no se puede fumar y alcanzan los 2.500 euros por
reincidencia.
Gran Bretaña: El mayor enemigo del tabaco, el precio
A pesar de que tanto Tony como Cherie Blair son enemigos declarados
del fumar, el primer gran escándalo del gobierno laborista tuvo que ver
precisamente con la publicidad del tabaco: por una gracia especial, las
carreras de Fórmula 1 pudieron seguir utilizando propaganda de
compañías tabaqueras. Resultaba que Bernie Ecclestone, dueño de ese
Scalectrix gigante, era un gran benefactor del partido laborista.
En realidad, el Reino Unido no ha adoptado prácticamente ninguna
medida unilateral en este terreno y se ha limitado a seguir las directivas
europeas con regular entusiasmo. Es cierto que el precio de la cajetilla
se pone en casi 8 euros y que no se permite fumar en muchos lugares
de trabajo, pero eso no se aplica a edificios oficiales como el
Parlamento. Por otra parte, se sigue fumando libremente en pubs y clubs
y no parece existir ninguna obligación específica para que los
restaurantes dispongan de zonas de no fumadores. Unos lo hacen y
otros no.
Por así decirlo, el mayor enemigo que tiene el fumar en este país es el
precio.
Rusia: De la prohibición al «gracias por fumar»
Con el tabaco sucede en Rusia lo mismo que en muchas otras esferas
de la vida: se supone que un amplio y prolijo conjunto de leyes regula su
uso hasta el mínimo detalle, pero en la realidad los textos se aplican
poco. La denominada «Ley sobre la limitación del uso del tabaco número
87-FZ» vio la luz el 10 de julio de 2001 y en su redacción, ajustada a los
criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), tomaron parte
todos los Ministerios.
La citada ley prohíbe en general el uso del tabaco en los locales
abiertos al público (no se incluyen discotecas ni bares), aunque en la
vida diaria se interpreta que se puede fumar siempre que no exista un
cartel que lo prohíba expresamente. La mayoría de los restaurantes
dispone de espacios separados para fumadores y no fumadores.
Asimismo, se prohíbe la publicidad del tabaco en televisión, en medios
escritos y también en la calle, aunque basta un paseo por Moscú para
comprobar que esto último no se cumple. En un gran estanco situado en
la Avenida de la Paz puede leerse un gran cartel en ruso y en inglés que
dice «gracias por fumar».