N. L., Bilbao.- El doctor Adolfo Valls i Soler, jefe clínico de Neonatología del Hospital de Cruces de Bilbao, ha comentado que el aumento de partos de bajo peso se debe, principalmente, a la edad de la progenitora y a la reproducción asistida. Este especialista es uno de los promotores del VI Simposio Internacional sobre Neonatología, organizado por la Sociedad Española de Neonatología, la Universidad del País Vasco (UPV) y el Hospital de Cruces, que ha tenido lugar en el Palacio Euskalduna de la capital vizcaína.
Valls i Soler, catedrático de Pedagogía de la UPV, ha recalcado en el Simposio de Bilbao, en el que se han abordado los tratamientos y las nuevas técnicas para los bebés prematuros, que "el hecho de que una mujer se quede embarazada a los 35, 36 ó 37 años, en lugar de a los 27, implica un cierto riesgo, aunque se trate de señoras que se cuidan muy bien". "La posibilidad de un parto múltiple es mayor. Y cuando hay más de un feto, la duración del embarazo se acorta", asegura.
Para el catedrático de la UPV lograr prevenir los partos prematuros es un sueño que tienen todos los especialistas, aunque considera que aún está lejos de hacerse realidad. "Lo que sí se puede hacer "continúa- es intentar que el bebé nazca con el pulmón maduro. Hay que asumir que no lo podemos hacer".
El doctor Valls i Soler reconoce, al igual que otros expertos del simposio, que la inmensa mayoría de los bebés prematuros tienen una integración social perfecta. Los problemas que puede haber son transitorios o aquellos en los que se les puede ayudar. "Sólo un número muy reducido acabará con alguna cosa. Además, las grandes complicaciones, como retrasos mentales, suelen darse en otros bebés nacidos a término que padecen otro tipo de problemas", añade.
El responsable de Neonatología del Hospital de Cruces hace especial hincapié a la hora de señalar que los facultativos de su especialidad tienen muy claro que "nunca hay que hacer nada que no valga para nada". "De nada vale sacar a un niño adelante si sabemos que tiene muchas posibilidades de quedar mal. No sería razonable", dice.
Información a los familiares
"Los especialistas "comenta Valls i Soler- siempre hablamos de lo que es mejor para el paciente y su familia. El objetivo consiste en lograr que el bebé, si sobrevive, se adapte a la familia y genere un plus positivo. Son temas éticos que afectan a la moral de cada cual".
Este tema se plantea a la familia. "Si ven que se trata de un bebé de 23 semanas, pueden decir: "No vamos ni a intentarlo". Se habla con los familiares, se les da la información y entre todos se toma una decisión. No es acabar con nada, sino saber que si existe un tratamiento que no vale para nada, es innecesario llevarlo acabo". "Además, concluye este experto, en algunos países se consideraría un maltrato y podría ser punible".