La Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME) se ha propuesto promover una enmienda para evitar que la nueva Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal que está siendo tramitada en el Congreso de los Diputados suponga un freno a la investigación. En este sentido, defienden que lo correcto sería que la normativa de España siguiera la línea de la Unión Europea, con el objetivo de que no sea un obstáculo para el correcto desarrollo de la investigación biomédica en nuestro país, teniendo en cuenta el uso secundario de los datos médicos.

“Es importante recordar que la investigación biomédica es, sin ningún género de duda, una actividad de interés público general y ello debe tenerse en cuenta en la nueva Ley. Debe salvaguardarse la investigación biomédica que ya se está desarrollando en nuestro país y seguir mejorándola” apostilla Fernando Carballo, presidente de FACME.

En concreto, la posición de FACME es que tanto el propio reglamento europeo de protección de datos como los múltiples códigos y recomendaciones de ética de la investigación consideran que el uso secundario de los datos médicos con fines de investigación es un uso lícito y compatible, que debe ceñirse al cumplimiento de diversos procedimientos de garantía y salvaguarda de los derechos de las personas.

“Por todo ello consideramos necesario realizar las enmiendas al proyecto que sean oportunas para garantizar que es posible realizar investigación biomédica mediante uso secundario de datos asistenciales, tanto utilizando consentimientos informados amplios como la exención del consentimiento informado si fuera necesario; aplicando para ello las garantías de respeto a las personas que se aceptan internacionalmente en investigación biomédica, tales como la aprobación previa por Comités de ética de la investigación, la minimización del uso de datos y la pseudoanonimización de los mismos”, concluye el presidente de la Federación”.

Sobre el uso secundario de los datos

De hecho, una de las principales preocupaciones de FACME es la referencia en el Proyecto a la necesidad de consentimiento específico e inequívoco para cada uno de los tratamientos de datos personales que se realice. En este punto, Carballo aclara que  “queremos destacar que los datos clínicos obtenidos en el transcurso de la asistencia médica habitual deben poder analizarse, como uso secundario, tanto en la evaluación de los resultados en salud obtenidos por la asistencia médica como para su uso en nuevos proyectos de investigación biomédica”.

En cuanto a este uso secundario de los datos médicos, Carballo asegura que “está reconocido como fundamental para avanzar en el conocimiento médico y para asegurar que los pacientes son diagnosticados, tratados y seguidos de acuerdo con aquellos procedimientos que demuestran mayor efectividad y eficiencia”.

Igualmente recordaba que países como Alemania ya han incorporado referencias específicas a la situación de la investigación.