Jesús Ponce, presidente de Farmaindustria, ha asistido a la presentación del informe
‘El valor del medicamento desde una perspectiva social 2024’, realizado por la Fundación Weber. Ha comenzado con la idea de que destinar presupuesto para financiar medicamentos “no es un gasto, sino una inversión estratégica para España y Europa, fundamental para la sostenibilidad del sistema”.
Estudios como el informe presentado este miércoles demuestran que “la calidad y la esperanza de vida han mejorado en España durante los dos últimos años, un dato significativo teniendo en cuenta que España ya tenía uno de los índices más elevados del mundo. Esta mejora se debe en gran medida al avance de la investigación en medicamentos”, ha afirmado el presidente.
Cardiología y Oncología son las dos áreas en las que más se han demostrado los beneficios para los pacientes, con la consiguiente reducción de la carga asistencial. “En los últimos 10 años se han lanzado 115 nuevos fármacos en el área de Oncología. También cabe destacar que entre 1996 y 2006, el 96 % de la mejora de pacientes con enfermedades oncológicas se debe a los avances terapéuticos”.
Por tanto, Jesús Ponce ha recalcado “el valor sanitario y también el valor social” del medicamento, especialmente por sus repercusiones en los ámbitos productivo, de cohesión social, la reducción de la discapacidad, etc.
Inversión estratégica en medicamentos
Como ha dicho el presidente de Farmaindustria, “la inversión en medicamentos es una inversión estratégica para España y Europa, fundamental para la sostenibilidad del sistema”. En concreto, el informe ha dedicado un amplio espacio a analizar “el poder de las vacunas”, especialmente de la vacunación infantil. En este apartado, Jesús Ponce ha dicho que “cada euro dedicado a la vacunación infantil supone 22 euros de ahorro directo e indirecto al sistema. El valor de la innovación, por tanto, es innegable”.
“Detrás de cada medicamento hay una gran cadena de valor, como se recoge en este informe de la Fundación Weber. Desde Farmaindustria, queremos innovar para las personas”, ha concluido.
El valor del medicamento
Néboa Zozaya, de la Fundación Weber, ha sido la encargada de analizar las principales conclusiones del informe. En línea con lo avanzado por Jesús Ponce, también ha hablado de los tres pilares del informe:
- Valor clínico del medicamento: resultados en salud, valor social, salud autopercibida por el paciente.
- El impacto del medicamento en costes directos e indirectos: productividad laboral, por ejemplo.
- La industria del medicamento: generación de empleo de calidad, impuestos, etc. En este apartado, ha hablado del “récord histórico, con más de 51.000 personas empleadas en 2021. También ha destacado que esos puestos de empleo son cualificados, con un 64 % de personas que tienen estudios superiores.
Ahorro neto de costes
Néboa Zozaya ha incidido en que “los fármacos innovadores pueden generar un ahorro neto de costes”. “Se produce un potencial efecto compensación de los nuevos medicamentos sobre el coste sanitario neto. Además, y a pesar del mayor coste farmacéutico, se produce una potencial reducción del resto de partidas de coste sanitario”, en referencia al ahorro de recursos.
Otro efecto positivo del fármaco innovador, según el informe de Weber, es el aumento de “la productividad laboral de los pacientes”.
Esperanza y calidad de vida
A continuación, han analizado las conclusiones del informe
Carina Escobar, presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP);
Mara Dierssen, presidenta del Consejo Español del Cerebro, y
Pedro Luis Sánchez, director del Departamento de Estudios de Farmaindustria. El moderador del coloquio ha sido
Álvaro Hidalgo, presidente de la Fundación Weber.
En su intervención, Carina Escobar ha comentado que la innovación terapéutica “aporta esperanza y calidad de vida al paciente”. También ha hablado de la necesidad de promover un diagnóstico precoz y preciso, así como mejorar el acceso a los medicamentos innovadores.
“Hace falta un reconocimiento de la cronicidad compleja en el ámbito laboral”, ha apuntado la presidenta de la Plataforma POP. Igualmente, se ha referido a cómo repercute la enfermedad en el ámbito familiar y social. “El médicamento ayuda al paciente a ser independiente, reduce costes y aumenta las posibilidades de inclusión laboral”, ha dicho.
También ha apuntado la necesidad de que el paciente sea “corresponsable” de su propia salud.
Enfermedades neurodegenerativas
Las novedades terapéuticas en las patologías neurológicas se han puesto de manifiesto en la intervención de Mara Dierssen. “La carga de discapacidad más alta se produce entre los pacientes con enfermedades neurológicas, como el alzheimer”, ha señalado. “Mejorar los síntomas de las enfermedades neurodegenerativas y de los trastornos cognitivos supone una mejor calidad de vida para el paciente, y también un alivio para su familia y cuidadores”.
Mara Dierssen ha hablado de las novedades, como el empleo de la inteligencia artificial para detectar y diagnosticar de forma precoz patologías como el alzheimer, al analizar, por ejemplo, los cambios en el lenguaje de una persona durante una conversación telefónica.
Un producto complejo
Como portavoz de la industria farmacéutica, Pedro Luis Sánchez ha hablado del “valor clínico del medicamento, un producto complicado por sus propiedades y su producción”. “Se trata de un bien complejo, pero también preferente”. La evaluación y la valoración de la financiación de un fármaco innovador debe ser siempre “desde una perspectiva social”, según ha dicho.
Respecto a los cambios ministeriales anunciados en el ámbito farmacéutico, Pedro Luis Sánchez se ha referido al
RD de Evaluación de Tecnologías Sanitarias. “El objetivo es darle al decisor una información que sea completa, útil y relevante. Si los datos son parciales, decididamente parciales, seguramente no será una buena evaluación”.
En estos cambios legislativos, Carina Escobar ha pedido la intervención de los representantes de los pacientes en la evaluación de las innovaciones terapéuticas. En este sentido, ha reclamado “más formación”, así como “transparencia” y “cogobernanza” de los pacientes.
Pedro Luis Sánchez se ha referido a “los incentivos” previstos para los medicamentos huérfanos, que realmente pueden ser “desincentivos”. “Veremos cómo se articula finalmente el real decreto”, ha dicho.
Por su lado, Mara ha reclamado un registro de ensayos clínicos, así como una mejor definición de la colaboración público-privada. También ha definido como una cuestión pendiente “el apoyo filantrópico”, todavía sin regular.
Evidencia científica
En la clausura de la jornada han intervenido
Juan Yermo, director general de Farmaindustria, y
Antonio Blázquez, jefe del Departamento de Medicamentos de Uso Humano de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
En su intervención, Juan Yermo ha hablado de “evidencia científica” del valor social del medicamento. “Debemos tener una visión a medio y largo plazo para reconocer el impacto social y económico del medicamento”, ha apuntado.
Según ha señalado, casi el 75 % del aumento de la esperanza de vida es gracias a los medicamentos innovadores. En el caso del cancer, este porcentaje supera el 90 %. Las cifras también son destacables en las enfermedades cardiológicas.
En cuanto a los costes, se ha referido a la covid, que en España representó ahorros de cinco euros por cada euro invertido en las vacunas contra el virus.
Otro dato aportado por Juan Yermo ha estado relacionado con “el buen uso del medicamento y la adherencia”. Así, una investigación en diabetes, enfermedades cardiológicas, EPOC y depresión mayor ha revelado que si aumenta 10 puntos porcentuales la adherencia, se conseguiría un ahorro al sistema de 500 millones de euros. “Por supuesto, también hay otros beneficios intangibles”, ha añadido.
Cambios legislativos
“Estamos en un momento de cambios legislativos”, ha recordado Juan Yermo, que también puede ser “una oportunidad para mejorar que nos llega desde Europa”. “Tenemos la esperanza de que la reforma de la Ley de Garantías reconozca el valor ddel medicamento y que, sobre todo, favorezca a las personas que lo necesitan. Es una inversión para el futuro, debemos asegurarnos de que el medicamento sea una herramienta de progreso, de cohesión social”.
Dificultades en el proceso de evaluación
Por parte de la AEMPS, Antonio Blázquez ha hablado de las dificultades que se plantean a la hora de evaluar las novedades terapéuticas, así como las complicaciones que surgen para fijar un precio de financiación.
“¿Podemos plantear un cambio de paradigma y pasar del impacto presupuestario a valorar el resultado coste-efectividad?”, se ha preguntado. En su opinión, es complicado compaginar ambos conceptos. En todo caso, considera necesario que el proceso sea transparente, con figuras como las IPT y el análisis del coste-beneficio de los medicamentos. “La Adminitración debe ganar en transparencia y explicar por qué se toman las decisiones”.