La fenilcetonuria o PKU es
una enfermedad metabólica
progresiva severa que puede
producir retraso mental si
no se trata a tiempo. Se origina
por la acumulación plasmática
de un aminoácido, la
fenilalanina.
Se presenta un caso por
cada 10.000-20.000 recién
nacidos vivos, sin distinción de
sexos. Es una enfermedad hereditaria
con carácter autosómico
recesivo, es decir, ambos
padres deben tener el gen defectuoso.
Cuando esto ocurre,
la probabilidad de que el gen
anómalo se transmita a los hijos
es del 50 por ciento, e independiente
en cada embarazo,
y un 25% de padecer la
enfermedad.
Aunque los niveles de fenilalanina
estén aumentados, el
periodo neonatal cursa sin síntomas
pero, en ausencia de
tratamiento, se llega a un retraso
mental permanente. En
principio, los niños afectados
comienzan a desinteresarse
por lo que ocurre a su alrededor
y, al año, ya tienen retraso
mental además de presentar
irritabilidad, inquietud e incluso
comportamientos destructivos.
El desarrollo físico y la estatura
son normales.
El metabolismo
y la fenilalanina
La fenilcetonuria es un "error
congénito del metabolismo de
la fenilalanina". El metabolismo
es el conjunto de reacciones
químicas que tienen lugar en
nuestro organismo gracias a
las cuales se generan todos los
compuestos que van a formar
los órganos y tejidos, y también
la energía necesaria para
que podamos vivir, movernos,
crecer, e incluso pensar, es decir,
para que funcione todo
nuestro cuerpo. Por su parte,
la fenilalanina es un aminoácido,
molécula simple que forma
parte de las proteínas.
Error congénito
Se dice que este error es congénito
porque nacemos con
él. Cada una de las reacciones
del metabolismo que van a
dar lugar a los compuestos
que forman nuestro cuerpo está
determinada genéticamente
(codificada). Todos heredamos
de nuestros padres la información
correcta o alterada que
determina que se realice cada
una de las reacciones del metabolismo.
Si heredamos de
ambos padres una información
errónea o parcialmente
alterada (que es muy habitual
en algunos pasos del metabolismo,
como el que causa la
PKU), aquel punto concreto
funcionará mal y se puede llegar
a producir una enfermedad
metabólica congénita.
Cuando existe fenilcetonuria,
el niño nace sin problemas,
ya que hasta el momento del
parto es su madre la que se encarga
de metabolizar todos los
compuestos. Cuando el bebé
comienza a alimentarse, las proteínas
de la leche se degradarán
y liberarán todos los aminoácidos,
que se metabolizarán cada
uno siguiendo su propia vía. No
obstante, la fenilalanina tendrá
interferida su vía de transformación
en tirosina, ya que la fenilalanina
hidroxilasa no se ha formado
bien, y la fenilalanina
comenzará a acumularse. La tirosina,
en cambio, no se formará
en cantidad suficiente para
poder utilizarse en la síntesis de
proteínas que necesita el cuerpo
del bebé para crecer. Se produce
entonces un error metabólico:
se habrá roto el equilibrio
que debe haber en el organismo
entre todos sus compuestos
para que el metabolismo funcione
correctamente. Esto puede
tener consecuencias negativas
para el niño (un cierto grado de
retraso del desarrollo), que no
serán detectadas hasta pasados
unos meses.
Detección precoz
Para evitar las consecuencias de
la PKU, es fundamental el diagnóstico
precoz, por lo que se
han puesto en marcha, siguiendo
la normativa de la Comunidad
Europea, programas estatales
de cribado metabólico para
poder detectarlo. No se puede
esperar a detectar síntomas convencionales
ya que para entonces
puede ser tarde. El cribado o
seguimiento se realiza entre las
48 horas y los 10 primeros días
de vida para detectar los errores
innatos del metabolismo, entre
los que se encuentran el hipotiroidismo
y la fenilcetonuria. Es
suficiente con una pequeña
muestra de sangre del bebé: se
le pincha en el talón, la sangre
se impregna en un papel especial
y se manda por correo para
ser analizada en un laboratorio
bioquímico.
En caso de que el análisis
confirme la alteración, es preciso
instaurar un tratamiento
que se basa en evitar que la
fenilalanina se acumule en
grandes cantidades, restringiéndola
en la alimentación
del niño. La dieta de estos niños
ha de basarse en la restricción
de proteínas naturales
(leche, carne, pescado, huevos
y otros alimentos que
contienen fenilalanina), sustituyéndolas
con una fórmula
especial que contiene todos
los demás aminoácidos (excepto
la fenilalanina), y que se
suplementa con tirosina para
evitar su deficiencia. De esta
forma se vuelve a conseguir el
equilibrio que se había roto y
todo el metabolismo vuelve a
funcionar correctamente.
Tanto la fenilalanina como
la tirosina son aminoácidos indispensables
para la formación
de proteínas que constituirán
el cuerpo del recién nacido,
por lo que la restricción de fenilalanina
debe ser la adecuada
para cada niño de forma que
alcance una concentración correcta
en sangre y tejidos.
El bebé afectado de fenilcetonuria
no puede ser amamantado
ni recibir las fórmulas
habituales para lactancia,
pero existen fórmulas especiales
que contienen los nutrientes
necesarios para su desarrollo.
La dieta se irá ajustando,
bajo estricto control médico, a
medida que el niño crezca.
Muchos médicos aconsejan
seguir la dieta de por vida, pero
cada caso debe ser estudiado
de manera individual.
La mujer fenilcetonúrica
embarazada puede llevar una
vida normal, pero debe ponerse
en tratamiento antes de la
gestación para evitar que la
subida de los niveles de fenilalanina
interfiera en el desarrollo
del bebé. Su médico le
prescribirá la dieta que tiene
que seguir.
Aun cuando ésta es una
enfermedad hereditaria que, si
no se trata, puede conllevar
graves consecuencias, modificando
la dieta y con la correcta
información de los padres
sobre la enfermedad, se consigue
que estos niños puedan
llevar una vida normal en todos
los sentidos, con limitaciones
sólo alimentarias.
Avances
en el tratamiento
Recientemente, el Comité de
Medicamentos de Uso Humano
(CHMP), Comité Científico
de la Agencia Europea de Medicamentos
(EMEA), ha recomendado
la autorización de
comercialización de la sapropterina
en Europa, incluida España,
como tratamiento oral
de la hiperfenilalaninemia en
pacientes con PKU o con déficit
de tetrahidrobiopterina
(BH4). La sapropterina había
recibido previamente la designación
de Fármaco Huérfano
de la EMEA, siendo el primer
medicamento huérfano indicado
para el tratamiento de la
hiperfenilalaninemia.
La disponibilidad de la sapropterina
va a suponer un
gran avance en el tratamiento
de la fenilcetonuria ya que,
hasta la fecha, no existen medicamentos
aprobados para el
tratamiento de esta patología
en Europa. El único tratamiento
alternativo para pacientes
con PKU para controlar la enfermedad
es una dieta muy
restrictiva en fenilalanina. No
seguir este tipo de dieta puede
dar lugar a un deterioro mental
y del comportamiento.
Los datos proporcionados
por los ensayos clínicos realizados
hasta la fecha han demostrado
que la sapropterina reduce
los niveles de fenilalanina en
sangre e incrementa la tolerancia
a la fenilalanina en la dieta,
con lo que se reduce la necesidad
de limitar su ingesta. Por
tanto, la disponibilidad de la
sapropterina en toda Europa
permitirá a los pacientes que
sufren esta enfermedad debilitante,
mejorar el control de sus
niveles de fenilalanina, al mismo
tiempo que mejorar su calidad
de vida.
Más información:
www.eimaep.org
www.feder.org.es
www.emea.europa.eu
Federación de Asociaciones Españolas de
Fenilcetonuria y Otros Trastornos del Metabolismo