A la espera de que la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS) obtenga la aprobación definitiva del Parlamento, la obligatoriedad de la formación continuada de los facultativos españoles se está convirtiendo en una realidad de hecho. Entre los principios rectores sobre la formación sanitaria, contemplados en la citada normativa, se recoge la obligatoriedad de 'la actualización permanente de conocimientos, mediante la formación continuada, de los profesionales sanitarios, como un derecho y un deber de éstos', reza la ley.
La formación continuada ha sido, en los últimos tiempos, uno de los campos en los que más han trabajado las Sociedades Científicas.
Los principales objetivos que se persiguen con dicha normativa son los de garantizar la puesta al día de los profesionales para mejorar su cualificación e incentivarles, potenciar su capacidad para valorar con equilibrio el uso de los recursos, y generalizar los conocimientos en aspectos como los científicos, técnicos, éticos, etcétera. Además, se busca que el propio médico sea consciente del papel social que juega como agente individual en un sistema general de atención de la salud, y posibilitar el establecimiento de instrumentos de comunicación entre ellos.
En el ámbito de la Medicina de Familia, la formación continuada ha sido uno de los campos mejor cuidados por los propios profesionales, y las Sociedades Científicas que han sido las que se han implicado en la preparación y oferta de la misma, así como en su acreditación. Ante la nueva situación que se les plantea, estos profesionales de Atención Primaria están preparados para darle la bienvenida, mas sin restarle importancia a la ardua labor que le resta por delante a las diferentes Administraciones.
Según el presidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, Luis Aguilera: 'estamos ante un texto muy esperado y felicito al Ministerio por tomar la decisión de incluir la formación continuada en una norma con rango de ley, y que sea tan ambiciosa, pero es necesario y prioritario que su desarrollo normativo sea tenaz e imprescindible, que sea igualitario para todas las autonomías y que cuente con los propios profesionales para no alejarse de la realidad. Aquí, las Sociedades Científicas lideramos un papel importante'.
Provisión de programas formativos
Para este profesional, la colaboración del médico de familia para la puesta en marcha del proceso general de formación continuada de la especialidad es básica, teniendo en cuenta la experiencia que tiene detrás. En este aspecto, semFYC es la pionera en el desarrollo de un Sistema de Acreditación de Atención Primaria, el SAAP, en aras de dar respuesta a un sentir de los facultativos que han querido acreditarse ante la sociedad civil.
Desde que se creó, por Real Decreto, la especialidad de Medicina de Familia y Comunitaria, en 1978, se han formado en España un total de 18.000 facultativos, mejorando la Atención Primaria en general y creando un cuerpo formativo que ha aportado su conocimiento y su experiencia. Se trata de las 93 unidades docentes que existen en España y en las que participan más de 3.000 especialistas de Medicina de Familia que han ejercido como tutores. 'El hecho de contar con esta experiencia puede facilitar el nacimiento de nuevos sistemas de acreditación en el ámbito nacional', subraya Aguilera.
Al respecto, el presidente de la SemFYC añade que, incluso, en otros países cuentan con departamentos de Medicina de Familia en sus Universidades, de modo que la formación de estos profesionales empieza en el pregrado. 'Esa es una de nuestras demandas para con la Administración, que se incluyan conocimientos de Atención Primaria en los planes de estudio de los facultativos. De ese modo, se mejora la formación de los médicos y a otros se les ayuda a descubrir su vocación por rama para la especialización', opina. Actualmente, hay tres Facultades de Medicina que incluyen estos conocimientos como asignaturas de carácter obligatorio: Albacete, Barcelona y Sevilla, y otras siete la incluyen de manera opcional.
Además, y tras la aprobación de la revisión de los programas de Medicina Familiar y Comunitaria el 20 de noviembre de 2002, semFYC ha pedido al Ministerio de Sanidad que acelere los plazos para que dicho programa cuente con su aprobación definitiva antes del próximo mes de febrero de 2004 con el objetivo de que pueda empezar a aplicarse en la convocatoria de los MIR del próximo año.
'Se trata de un programa que incluye la actualización de la especialidad y busca la integración y cohesión del médico en el sistema al contar con todos los elementos de pluripotencialidad del médico de Atención Primaria', explica Aguilera quien apuesta porque este programa también sea utilizado en la formación continuada de estos profesionales. 'La metodología que hemos incluido les puede proporcionar a los médicos, fórmulas para actualizarse de manera permanente. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) nos ha solicitado permiso para colgarlo de su portal de Internet por su elevado grado formativo', comenta el presidente de la semFYC.
Aguilera advierte que no hay que hacer tantas distinciones porque los facultativos entran en un proceso formativo desde que llegan a la Universidad y han de mantenerse actualizados toda su vida, 'de ahí la importancia de la formación continuada y el interés que nuestra Sociedad ha puesto desde hace tiempo en este aspecto', señala.
Profesionales y centros con validez para la docencia
'Que las Sociedades Científicas han sido las únicas que han llevado adelante la formación continuada es una realidad, y lo han hecho muy bien, algo que no se puede decir de la Administración. Por tanto, es con ellas y con los propios profesionales con los que se ha de contar para llevar a cabo la nueva iniciativa ministerial', argumenta el doctor Andrés Gimeno, presidente de la Sociedad Española de Medicina Rural y Generalista (SEMERGEN).
A su juicio, la Administración no está siguiendo un buen proceso en las actividades de este tipo de formación por lo que es preciso que cambie. 'Actualmente, el profesorado del que dispone la Administración deja mucho que desear porque no cuentan con la especialización en Medicina de Familia sino en otras ramas, por lo que cada profesional se encarga del curso que le toque. No es lo mismo que la actualización sobre Cardiología para Atención Primaria la imparta un cardiólogo que un médico de familia experto en esa área y eso produce un sesgo tremendo', explica.
'No se puede tener un número de médicos contratados y tras hacer un sondeo sobre los aspectos a revisar se reparten los temas entre los profesionales, lo que no es de recibo. Necesitamos una formación ofertada por expertos cualificados y de prestigio en las áreas en las que sean docentes', arguye. Se trata de acreditar los centros y el profesorado que imparta la formación continuada.
Sobre este aspecto, la LOPS reza que será el Ministerio de Sanidad y Consumo y los órganos competentes de las Comunidades Autónomas quienes 'podrán acreditar actividades y programas de actuación en materia de formación continuada de los profesionales sanitarios, así como, con carácter global, centros en los que las mismas se impartan'. La Ley también dice que los 'centros sanitarios acreditados para desarrollar programas de formación continuada deberán contar con los jefes de estudio, coordinadores docentes y tutores de la formación que resulten adecuados en función de las actividades a desarrollar'. Además, estas instituciones también podrán auditar y evaluar a los centros en cualquier momento.
Acreditación de la Comisión Nacional de FC
Con el objetivo de armonizar el ejercicio de las funciones de las Administraciones sanitarias y los demás organismos en materia de Formación Continuada, la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias contempla la creación de una Comisión de Formación Continuada. En dicha comisión estarán representadas todas las autonomías, los Colegios Profesionales, las Universidades, el Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud y las Sociedades Científicas.
Este nuevo organismo será el heredero de la anterior Comisión de FC del Sistema Nacional de Salud dependiente del Consejo Interterritorial (CI) que vio la luz en 1997, junto con la formación continuada en sí misma, fruto del Convenio de Conferencia Sectorial suscrito entre el Gobierno y las 17 Comunidades Autónomas. En 1999, en cumplimiento de las funciones que se le encomendaban, la Comisión instauraba el sistema de acreditación de actividades de formación continuada. Cinco años después, la LOPS establece que esa educación del médico tiene carácter obligatorio. En palabras de Joaquín Fernández Cruz, presidente de la Federación de Asociaciones Científicas de Medicina (FACME), y más reticente al desarrollo real de la normativa: 'esta Ley hacía falta pero llega tarde'.
El hecho de que la FC sea ahora de obligado cumplimiento supone un cambio demasiado brusco para que se realice de manera inmediata, según Fernández Cruz. 'Puesto que hasta ahora a ningún profesional se le había exigido nada, ahora no puede ser todo obligatorio y, además, sin subvención. Es preciso ir creando un hábito, no se puede pasar de una situación a otra sin más. En mi opinión, esta Ley se ha hecho, como muchas otras, con la voluntad de que no se cumpla', subraya el profesional.
La Comisión de Formación Continuada tendrá como funciones valorar las necesidades de los profesionales y del sistema en cuanto a la actualización en materia de formación sanitaria, así como proponer programas y actividades prioritarios. Además, deberá ser el organismo que organice, planifique y coordine las actuaciones, y proponga los procedimientos y criterios para la acreditación de los profesionales en cada área funcional específica de una profesión o especialidad.
No obstante, con las transferencias sanitarias, son las Administraciones autonómicas las encargadas de regular los procedimientos de acreditación de las actividades de formación continuada. Eso supone que cada comunidad que ya tiene su regulación en esta materia cuenta con su propia comisión, permaneciendo el resto de las actividades de las demás regiones bajo el paraguas del organismo nacional. Sin embargo, cuando la nueva Comisión funcione a pleno rendimiento tendrá que compenetrarse con las entidades autonómicas y el resto de los entes acreditadores como es el caso de la Organización Médica Colegial (OMC). 'Si no fuera así, nos encontraríamos con 17 reinos de taifas', esgrime Gimeno.
El presidente de SEMERGEN matiza que lo primordial es crear un marco general de orientación lógica que sirva de referente para todas las autonomías y en el que 'nadie ajeno a la Medicina y sin la debida acreditación pueda ofertar formación para los profesionales', subraya. Sin embargo, también explica que para ello hay que dar una cierta flexibilidad, teniendo en cuenta que la formación continuada es algo cambiante, ya que la acreditación también ha de ser un tanto elástica.
Por su parte, Fernández Cruz apunta al respecto que es fundamental que los criterios en materia de FC sean universales en todo el territorio nacional, a través de una vigilancia del Consejo Interterritorial, y con las mismas garantías, exigidas desde las Sociedades Científicas. 'Nos encontramos iniciando un nuevo proceso y, de no hacerlo así, lo que conseguiremos es paralizar la libre circulación de los facultativos que, a su vez, está asociada a una tremenda disparidad. Si se valora la formación ha de hacerse de manera centraliza sino empobreceremos el sistema', asegura.
Procedimientos de acreditación:el decreto andaluz
Las comisiones autonómicas de acreditación de formación continuada actualmente en funcionamiento son las de Cataluña, Extremadura, Galicia, Madrid, Navarra, Valencia y País Vasco. Otras, como la de Castilla-La Mancha, están constituidas pero aún no acreditan actividades. La última en entrar en esta parcela ha sido Andalucía que el pasado mes de julio promulgó el Decreto 203/2003, por el que se regula el procedimiento de acreditación de las actividades de formación continuada de las profesiones sanitarias en la referida Comunidad. Dicha norma, que entró en vigor el pasado 26 de julio, tiene como fin mejorar la calidad de la formación, adecuarla a las necesidades de salud de la población y garantizar la calidad de las prestaciones sanitarias.
Según el texto andaluz, el órgano de acreditación autorizado es la Dirección General de Organización de Procesos y Formación de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía que podrá hacerlo directamente o a través de otras entidades que dictamine. Este organismo será el encargado de acreditar y evaluar las actividades, los centros y los profesionales con validez en todo el todo el conjunto del Sistema Nacional de Salud (SNS).
'En realidad, la Agencia de Calidad de Andalucía, que ya hemos constituido y que esperamos que empiece a funcionar este mes, será la que dé la validez definitiva', adelanta Antonio Torres, director general de Organización, Procesos y Formación, de la Consejería que dirige Francisco Vallejo. El decreto también recoge la creación de un Consejo Andaluz de Formación Continuada como órgano consultivo y de asesoramiento formado por 23 vocales relacionados con las diferentes especialidades. En el caso de que surjan programas o actuaciones específicas relativos a profesiones sanitarias distintas a las representadas, se invitará a un representante del Colegio Profesional o Sociedad Científica relacionada que tendrá 'voz y voto', según la norma.
En opinión de Torres, lo que pretenden con esta Ley es dar una visión mucho más integrada de la formación de los profesionales, teniendo en cuenta todos los elementos que entran en juego. 'Entendemos que las actividades de la FC son una parte muy importante para los facultativos, pero tanto más lo son los centros en los que se imparta, el personal y los programas docentes que se ofrezcan, y eso lo vamos a seguir muy de cerca', explica el director general andaluz quien asegura que en esta Comunidad las cosas van a cambiar de forma radical, incluso, en la valoración del nivel de competencia de los médicos a la hora de su contratación en los diferentes centros.
Seaformec: la acreditación de los Colegios Profesionales
Otro organismo acreditador a nivel nacional es Seaformec. En 2002, mediante un convenio de colaboración suscrito entre la Administración central y el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, se encomendaba a éste último la gestión de la acreditación de actividades de formación continuada, lo que suscitó el revuelo de las autonomías que entendían que se estaban invadiendo sus competencias, aunque no llegó la sangre al río y ese tema ha quedado sub iudice. Un año después y en virtud del mencionado pacto, la Organización Médica Colegial (OMC) creaba Seaformec, el Sistema Español de Acreditación de la Formación Médica Continuada.
Este nuevo órgano, legitimado para acreditar la educación de los facultativos, está integrado, además de la OMC, por la Federación de Asociaciones Científico-Médicas de España, la Conferencia de Decanos de las Facultades de Medicina, y el Consejo Nacional de Especialidades Médicas. El sistema de acreditación que utiliza sigue los mismos procedimientos y baremos que los de la Comisión de FC del Sistema Nacional de Salud, con el objetivo de evitar disparidades, además de ser válido en todo el territorio español.
Los profesionales demandan una formación ofertada por expertos cualificados y de prestigio en las áreas de docencia
Para el presidente de la OMC, Guillermo Sierra, la creación de este organismo supone el reconocimiento al Consejo General de Colegios de Médicos su función reguladora de la profesión en España y sus esfuerzos por adaptarse a las nuevas necesidades de este colectivo. 'Este sistema va a permitir que seamos capaces de armonizar el sistema español con los del resto de Europa y de Estados Unidos con los que Seaformec ha suscrito acuerdos de homologación', explica Sierra. De hecho, esta entidad, que se espera que empiece a acreditar en octubre, ya está integrada en el sistema de acreditación de la Union Européenne de Médecins Specialistes (Uems), y mantiene convenios de colaboración con el Accreditation Council for Continuing Medical Education (Accme) de Estados Unidos, y con la American Medical Association (AMA).
La Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias contempla la creación de una Comisión de Formación Continuada
En palabras de la ex presidenta de la Conferencia de Decanos de Facultades de Medicina, Dolores Serrat: 'este convenio rompe con la idea, bastante extendida, de que nuestro único papel es la formación de pregrado. Las Facultades disponemos de personal altamente cualificado y preparado para la docencia, con recursos formativos útiles y eficaces'. Por su parte, el presidente de FACME argumenta que la OMC tiene garantías absolutas para certificar la formación del médico. 'En cualquier país serio, la acreditación la hacen los propios profesionales y las Administraciones lo avalan después', recalca Fernández Cruz. Por su parte, el responsable de estas cuestiones en Andalucía está convencido de que aunque se trata de una buena iniciativa, nada tiene que ver con la acreditación que realiza la Administración que es la que garantiza la validez de la garantía de la formación continuada en el sistema público.
La financiación en manos de la industria
Uno de los principales aspectos criticados de la LOPS, entre los profesionales consultados, es la falta de implicación financiera del Gobierno para la implantación de la misma, incluida la formación continuada, entre los más de 600.000 profesionales. Para el presidente de FACME: 'llama la atención que si bien la Ley, actualmente en el Senado, introduce modificaciones importantes, ésta no va acompañada de ningún compromiso económico por parte de la Administración para su desarrollo e implantación en las Comunidades Autónomas'.
Fernández Cruz se pregunta cuándo el Ministerio va a preocuparse de introducir, de una vez por todas, la formación continuada en nuestro país. Según sus declaraciones, la titular de Sanidad, Ana Pastor, responde a esa cuestión alegando que la media de la FC de postgrado en España reportaba un 6 por ciento sobre PIB, lo que se suma a un gasto farmacéutico de casi un 13 por ciento, motivo por el que el Ministerio no lo puede asumir. Para este profesional, en realidad la implicación de los médicos de familia en la FC en la actualidad se aleja mucho del 100 por cien, 'por tanto, los cálculos de la ministra son erróneos, ya que la formación continuada deberá suponer un porcentaje bastante mayor del supuesto', en su opinión.
Llegado a este punto, Fernández Cruz se pregunta hasta qué punto el gasto en medicinas no se está viendo condicionado porque no se está atendiendo de manera adecuada la formación del médico. Según sus palabras, 'si un profesional está escasamente formado por falta de horas, de capital o de medios de desplazamiento, entre otros, puede que no lleve bien una historia clínica y que nos encontremos con una ficha de un enfermo llena de medicamentos, es decir, que el prescriptor receta sin más. Creo que se debería controlar en mayor medida el exceso de prescripción que es la conclusión de la dependencia de los profesionales de la industria'.
En la actualidad, la formación continuada de todos los facultativos está ligada, de forma ineludible, a la industria farmacéutica que es la gran entidad financiadora de los estudios de los médicos. Algo con lo que están de acuerdo los expertos y que los responsables de Farmaindustria declinan comentar.
Para el presidente de la semFYC, se debería llegar a acuerdos entre los profesionales, que han de aportar los conocimientos científicos, la Administración, que ha de facilitar los tiempos, los espacios y la financiación fundamental, y la industria, que puede colaborar en este último aspecto. 'Es una labor de cooperación, las tres patas para el progreso y para una asistencia de calidad en un intento de resolver las necesidades sanitarias de la población', según manifiesta el doctor Aguilera quien hace hincapié en que los recursos sanitarios siempre son insuficientes.
El responsable de SEMERGEN es de la misma opinión y apunta que este aspecto ha de cambiar y que las Administraciones deberían ofrecer más apoyo económico e implicarse a fondo en el asunto de los horarios. 'No se puede sostener que la formación continuada del médico sea 'siempre' fuera de su horario laboral a voluntad de éste, dependiendo sólo de él y sus recursos', especifica.
El presidente de la Sociedad Española de Medicina General (SEMG), José Manuel Solla, quien también aboga por esta postura administrativa, se ha mostrado reticente a que la LOPS sirva de algo en este campo si su iniciativa no va acompañada de una financiación específica. 'Se trata, -indica- de un elemento estratégico que está en manos de la industria. Me gustaría pensar que va a cambiar, y no lo dudo, pero no de momento, ya que en el presupuesto destinado a Sanidad no se ha incrementado la partida destinada a estos aspectos. Insisto, sin partida económica, esto no va a funcionar'. Solla apostilla que la acreditación de la formación continuada se ha de hacer desde la Administración como organismo independiente, asesorado por las Sociedades Científicas, lo que hasta ahora se ha hecho de manera correcta pero donde ha faltado la financiación.
El menos crítico es el presidente del Consejo Nacional de Especialidades Médica, el profesor Alfonso Moreno, quien declara que 'no es malo que la industria participe apoyando la formación médica, pero no hay que permitir que se entrometa en el contenido'. En cualquier caso, Moreno subraya que dicha financiación debería ser sufragada por las empresas, públicas o privadas, que son las primeras interesadas en que los profesionales que en ellas trabajan tengan una buena educación en pro de una asistencia sanitaria de calidad.
En contra de todas las detracciones, el director general de Formación de Andalucía explica que la mayor parte del coste de la formación en su Autonomía corre a cargo del Servicio Andaluz de Salud (SAS) que ha destinado un montante de 24,04 millones de euros tanto a la formación continuada de Atención Primaria como de Especializada, además de otra cantidad adicional satisfecha por los propios hospitales. 'Es cierto que una parte importante la aporta la industria, pero el mayor porcentaje sale del sistema e intentamos abrir más canales que hagan que esa colaboración sea cada vez más transparente, lejos de la promoción. Algo similar ocurre en el resto de las autonomías', matiza Torres.
En opinión de los facultativos, las Administraciones deberán ofrecer más apoyo económico para la formación continuada e implicarse a fondo en cuanto a los horarios
Finalmente, el presidente de la Federación de Asociaciones Científico-Médicas de España reflexiona que la Administración no puede dar ese ejemplo frente a la industria con actitudes que se le suponen. A este respecto, Fernández Cruz quiere subrayar que el Ministerio no debería de permitir que sean los laboratorios farmacéuticos los que financien actividades de centros como el CNIO o el Instituto de Salud Carlos III, o lleven a los médicos a los congresos científicos. 'Si Sanidad tiene una relación de comprador proveedor con la industria debería negociar al más alto nivel y destinarlo por sí misma a formación continuada', insiste y amplia dicha premisa a los ensayos clínicos sufragados por las firmas de medicamentos.
¿Le sirve la formación a un médico que está 'desmotivado'?
El presidente de la FAMCE se muestra muy susceptible ante la escasa valoración que hace, en la actualidad, la Administración de la formación de sus profesionales a la hora de acceder a un puesto de trabajo, lo que termina desmotivando a los profesionales. El doctor Fernández Cruz opina que es muy importante que se tenga en cuenta la cualificación de los facultativos y su nivel de competencia en todos los ámbitos. Fernández Cruz critica que, aunque un profesional tenga la obligación de formarse, los medios han de ser facilitados por el ente en el que desarrolla su trabajo. 'Antes, el acceso a un centro sanitario se hacía mediante concurso de libre oposición, mientras que ahora eso ya no tiene valor porque se dan los cargos de interinidad a dedo. Se les está quitando a los médicos la ilusión porque su currículum ya no les sirve como ha ocurrido en algunos casos de la OPE Extraordinaria de consolidación de empleo', señala.
En su opinión, pese a que las expectativas no son muy halagüeñas por la indolencia de los profesionales (entre el 18 y el 38 por ciento de los facultativos españoles padecen el síndrome del burnt out) hay que intentar que las cosas cambien y 'estamos en el momento adecuado', manifesta al tiempo que recuerda que no se debe olvidar que los hospitales son unidades docentes continuas, aunque 'ahora carecen de estímulos, lo que desfonda a los profesionales. Un sistema coherente de Sanidad ha de ser igualitario, considerar los mismos niveles de carrera profesional en toda España, unos sueldos similares y una formación equivalente', concluye.
A este respecto, el presidente de la SEMG añade que si las empresas de ámbito privado tienen sus propios departamentos de formación continuada y la valoran según las aptitudes y habilidades del trabajador y las necesidades del sistema para aplicarlo después a la realidad, por qué no se hace lo mismo en el ámbito de lo público. Según este profesional, el desánimo de los profesionales viene porque ahora se está reconociendo cualquier curso, y los que tienen calidad no se acreditan, lo que repercute de manera negativa en el quehacer del médico.
'Creo que si somos capaces de que exista una acreditación adecuada en la que ninguna Sociedad Científica sea juez y parte, el sistema tendrá validez. Una FC que repercuta en el salario de los trabajadores y en su puesto laboral', opina José Manuel Solla. Para que esto suceda, el presidente de la SEMG propone que no se obligue a que todos hagan todas las actividades formativas, sino que se estipule que a quien tenga un grado de formación podrá optar a determinadas ofertas y posibilidades de promoción profesional.
Para el profesor Alfonso Moreno, presidente del Consejo Nacional de Especialidades Médicas, el control de la formación de cada profesional ha de correr a cargo de los Colegios Profesionales. Sin embargo, este experto considera que la norma legal no puede entrar en tanto detalle, sino sólo en los conceptos básicos por lo que se debe entender que la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias es una regulación muy positiva que hacía falta, y en la que la formación continuada aparece de manera básica en la vida de los profesionales de la Medicina, 'la Ciencia más cambiante', asegura.
A modo de conclusión, el presidente del Consejo Nacional de Especialidades manifesta que la formación continuada es una garantía para la sociedad y los ciudadanos de que los médicos renuevan sus conocimientos cada cierto tiempo por lo que controlan el ámbito cambiante de la Medicina. 'No obstante, hay que intentar siempre que esta formación sea de los profesionales y para los profesionales, siendo la Administración la que ha de reconocerla y darle un respaldo, teniéndola en cuenta a la hora de valorar los méritos de cada facultativo. Lo estamos intentando, pero aún no lo hemos logrado'. Y el primer paso es la aprobación definitiva de la LOPS y su posterior desarrollo.