La docencia y la formación, junto a la investigación, son vertientes esenciales para los médicos, ya que contribuyen a desarrollar su perfil profesional. Los profesionales de la Medicina están sometidos, cada vez más, a la exigencia social y profesional de una formación continuada durante toda su carrera. De hecho, al salir de la Facultad lo primero que hace un licenciado es ponerse en manos de otros colegas con mayor experiencia, tutores, que guían su aprendizaje en la práctica clínica y asistencial.
Al igual que ocurre con cualquier facultativo, el docente sanitario debe realizar una formación continua durante toda su carrera.
Pero, el médico docente no es tan sólo aquel que ejerce una tutoría de médicos MIR a través de una Unidad Docente en un centro de salud o en un hospital, con clases teóricas o mediante seminarios. José Manuel Iglesias Clemente, coordinador del Grupo de Trabajo de Carrera Profesional de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), resalta otro aspecto de esta labor de los profesionales médicos 'muy importante', como el que, por ejemplo, surge todos los días en los centros de salud por intercambio de conocimientos entre unos y otros profesionales. 'Uno hace docencia en cuanto a que es un modelo y un referente para los demás, tanto para los médicos en formación como para los más jóvenes y el resto de compañeros', ha declarado a EL MEDICO el doctor Iglesias. El experto en formación de médicos docentes y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), José Luis Bimbela, destaca que, además de la tutoría propiamente dicha, hay profesionales que ejercen una función docente 'desde en las sesiones clínicas que se pueden hacer en los hospitales varias veces por semana, hasta en el trabajo de revisión de casos'. Para Bimbela, todos estos y otros momentos son ocasiones en las que se da la formación. En este sentido, 'la actividad más eficaz es la que está relacionada con los problemas cotidianos de la práctica clínica', explica José Manuel Iglesias, quien añade que 'si ésa es, por tanto, la formación más eficaz, la docencia que se produce entre unos y otros compañeros en el centro de salud, creo que habrá que estimular la misma', añade.
Los tutores deben mostrar unas condiciones determinadas para formar correctamente a los residentes
En definitiva, el reconocimiento de la labor del docente en Medicina va acompañada de un esfuerzo por un constante reciclaje, según Fernando Pérez Iglesias, secretario de la Asociación de Redes de Comisiones Docentes y Asesoras, quien afirma que 'el tutor no se entiende como un puesto vitalicio, sino dentro de un marco de formación continua, de voluntad de ser tutor y de impulsar la docencia y la formación de los residentes y, al mismo tiempo, de autoevaluación y autocrítica para ir mejorando'.
Necesidad de formar
al docente
Al igual que ocurre con el médico, el docente sanitario debe realizar una formación continua durante toda su carrera. Se trata de una actividad que comienza cuando él mismo se está haciendo como profesional y que, a lo largo de los años, va depurando, con su propia práctica profesional y con su práctica como formador, señala Iglesias Clemente. Según explica el representante de la semFYC, 'son necesarios conocimientos, habilidades, actitudes y comportamientos específicos' que se pueden adquirir de otros formadores. Sin embargo, en muchos casos, la transmisión de conocimientos, habilidades, actitudes y comportamientos que realiza el médico docente carece de una metodología educativa, elemento esencial a la hora de enseñar, según algunos expertos. José Luis Bimbela ha manifestado a este medio que los encargados de formar en el ámbito de la salud en España, ya sean tutores MIR u otros profesionales, 'son gente con una gran vocación, muy entregada, pero que, en verdad, no han tenido una formación específica en habilidades propiamente docentes'.
La preocupación por la falta de preparación en formación docente de muchos médicos formadores también ha sido manifestada a este medio por José María Martínez Carretero, subdirector general del Instituto de Estudios de la Salud (IES), entidad que depende del Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña. Martínez Carretero considera que 'uno de los problemas graves que tenemos en este país es que la docencia como ámbito científico está muy abandonada, los profesionales no consideran importante formarse en metodología docente', añade. Este experto constata que la formación de pre-grado y postgrado, también la continuada, 'adolecen de que se realizan con metodologías demasiado tradicionales'. Martínez cree necesario que los profesionales también se formen en metodología docente, no sólo en aspectos clínicos. Considera que los médicos 'deben ser capaces de actuar como profesores, de mejorar esta tarea, para que en caso de que alguien les encarge ser profesor o tutor de estudiantes de Medicina de postgrado o de formación continuada, utilice métodos docentes que estén más adaptados a la solución de problemas y no tanto a la clase magistral habitual'.
Sobre esta idea también coincide José Luis Bimbela, quien lamenta que en el ámbito sanitario 'aún se dan con mucha frecuencia intervenciones pretendidamente educativas que ponen especial énfasis en lo que es toda una clase magistral, a pesar de que ésta es una metodología poco favorecedora del aprendizaje'. Bimbela considera que lo importante es que la lección teórica vaya acompañada de una parte en la que el alumno aplique, cuestione y trabaje la información que previamente ha recibido. 'Sin esa parte, es difícil que luego se pueda realmente hablar de un aprendizaje en el buen sentido del término, es decir, aprender y, por tanto, modificar formas de hacer y formas de abordar', afirma el experto de la EASP.
Metodología
Aun así, el subdirector general del IES reconoce que últimamente se han producido avances notables en este sentido, 'sobre todo en el postgrado, con la aparición de la figura del tutor en la formación de médicos residentes, que es una herramienta fundamental'. En definitiva, José María Martínez sugiere que 'todo el mundo reciben formación en metodología docente', pero especifica que los médicos que tienen una tarea como tutores en formación de residentes 'deberían recibir una formación más especializada como tutores'. Precisamente, el profesionalismo de la figura del tutor en la docencia médica centró algunas de las conclusiones del recientemente celebrado XVI Congreso de la Sociedad Española de Educación Médica (SEDEM), de entre las que resalta la que indica que 'la profesionalización del tutor es la expresión del desarrollo de un trabajo hecho con rigor, con la metodología e instrumentos adecuados'.
Expertos demandan una regulación de la formación de formadores a iniciativa de la Administración, y crear un marco legal que refuerce la figura de estos profesionales
Otra de las conclusiones del último Congreso de SEDEM manifiesta 'la necesidad que tienen los tutores de formarse en metodología docente y en el uso de instrumentos evaluativos que sean aplicables en su ámbito de acción'.
La realidad plantea que las iniciativas y estándares en la formación de los médicos docentes se encuentran hoy por hoy muy dispersos, y es la vocación y también el desamparo las constantes que acompañan en la mayoría de los casos a estos profesionales. Los expertos coinciden en señalar que no existe en España un sistema homogéneo para la formación del médico docente, tampoco existe un acceso homogéneo a esta formación, ya que depende de muchos factores. Por otra parte, la exigencia y regulación de la acreditación docente no está extendida a todas las especialidades ni es homogénea en el ámbito de las comunidades autónomas.
El experto en actualización docente de Medicina de Familia, Juan Manuel Mendive, considera que debería regularse la formación de los formadores por iniciativa de la Administración y 'crear un marco legal que refuerce la figura del médico docente, ya que actualmente está lleno de debilidades'. Mendive cree que es necesario que los tutores acrediten unas condiciones determinadas para poder formar correctamente a los residentes. José Luis Bimbela, por su parte, añade que uno de los obstáculos que los médicos docentes se encuentran a la hora de formase es que 'no hay una buena oferta al respecto, hay pocos cursos que sean de formación de formadores como tales y la poca oferta que hay en esta línea no siempre tiene la calidad que debería tener'. Bimbela asegura que algunos cursos que llevan el título de 'formación de formadores' luego se convierten en una serie de charlas magistrales. 'No puede ser que un curso de formación de formadores se convierta en un conjunto de cinco charlas magistrales, porque es algo absolutamente incoherente', asegura este especialista. Vista la importancia de la formación del médico docente, el Instituto de Salud Carlos III, a través de la Escuela Nacional de Sanidad, puso en marcha a finales de 2002 el Departamento de Metodología Docente y Gestión de la Educación en Ciencias de la Salud, con el objetivo de facilitar la formación en metodología docente sanitaria a los centros y unidades del Sistema Nacional de Salud, así como a todos aquellos centros vinculados con la formación en este ámbito.
Algunas comunidades autónomas ya han comenzado a dar pasos en firme para regular los requisitos que se deben exigir a los docentes
Acceso a la formación
del docente
El especialista en formación de médicos docentes de la EASP pone de relieve la falta de un programa estandarizado de formación para la docencia por el que deban pasar todos los médicos en la Facultad de Medicina o inmediatamente después de obtener la carrera, ya que 'sólo hay cursos aquí y allá, a los que asiste la gente más motivada o que despunta, pero no todo el mundo pasa por esos cursos ni éstos están estandarizados como para que podamos garantizar que el cien por cien de los formadores sanitarios tengan el a,b,c mínimo para la docencia, que es básico, no muy complicado pero que muchos formadores no tienen', añade José Luis Bimbela.
El coordinador del Grupo de Carrera Profesional de semFYC tampoco tiene constancia de la existencia de ningún tipo de evaluación de los formadores en el ámbito clínico, pero sí constata que se están dando pasos para que eso ocurra. José Manuel Iglesias destaca la necesidad de exigir acreditaciones internas y externas a los formadores. En este sentido, resalta que en estos momentos hay muchas Unidades Docentes de Medicina de Familia que ya realizan una evaluación continuada de sus tutores. Al doctor Iglesias Clemente también le parece 'interesante' la idea de que sean agencias externas las que evalúen a los tutores de Medicina de Familia.
A pesar de las lagunas en cuanto a la acreditación de los médicos formadores, algunas comunidades ya han comenzado a dar pasos en firme para regular los requisitos que se deben exigir al docente. Por ejemplo, en Cataluña, los tutores de Medicina de Familia están obligados a una acreditación y reacreditación desde el año 1996, por lo que deben realizar formación en metodología docente, recuerda el subdirector general del IES. El Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña está a punto de dar un salto más en este sentido, ya que ha preparado un decreto sobre actualización activa continua, que está a punto de aprobarse, mediante el que se exigirá a los tutores de formación de postgrado una acreditación externa, en la que deben demostrar no sólo sus conocimientos clínicos sino también su formación docente. Esta acreditación externa no sólo deberán hacerla los médicos de familia, como hasta ahora, también tendrán que someterse a ella todos los tutores del resto de especialidades médicas.
Por tanto, según avanza Martínez Carretero, 'quien quiera ser tutor de residentes deberá formarse en metodología docente, porque se lo exigiremos en los sistemas de acreditación y reacreditación de tutores'. El representante del IES reconoce que la medida va a suponer un coste importante para las arcas del Departamento de Salud, ya que 'habrá un pago ligado a esta nueva tarea que vamos a exigir'. Andalucía es otra de las comunidades que ha iniciado el proceso para la implantación de un modelo de acreditación para los docentes de los especialistas en formación.
En Madrid, la Agencia Laín Entralgo pondrá en marcha en 2005 cursos de formación para tutores. Según indica Pérez Iglesias, que también es el presidente de la Red de Comisiones Docentes de la Comunidad de Madrid, 'esto supone un avance, pero aún hay que trabajar mucho para no distanciarnos de lo que se está haciendo en las comunidades autónomas punteras. El área de Formación de la Laín Entralgo está haciendo un trabajo importante, pero hay que potenciarla más porque las tareas que se nos vienen encima será difícil cumplirlas con la infraestructura de formación de postgrado que tenemos en Madrid'.
Pérez Iglesias lamenta la existencia de grandes diferencias entre comunidades autónomas en materia de acreditación de tutores. 'En Cataluña ya se plasma en los presupuestos de la Generalitat, pero en otras autonomías ni siquiera el tutor tiene proceso de acreditación interna y externa, es designado de manera tradicional por la dirección de los centros o los jefes de servicio', explica este facultativo. Asimismo, es partidario de 'avanzar hacia un modelo como el que ha puesto en marcha Cataluña', de acreditación interna y externa.
En suma, las Redes de Comisiones Docentes y Asesoras de las distintas autonomías consideran que el modelo marco de acreditación y formación de tutores debería ser común, pero con la 'flexibilidad' que posibilite que luego cada comunidad lo adapte a sus peculiaridades, según ha especificado Pérez Iglesias.
Carrera profesional
y docencia
Los expertos consultados expresan su confianza en que el desarrollo de la carrera profesional en las diferentes CC.AA. ayude a proyectar y consolidar, con la importancia que se merece, la figura del médico formador. El subdirector del IES subraya la importancia de la faceta docente en el trabajo profesional del médico, considera que 'la docencia es una parte importante y consustancial de cualquier profesional sanitario', por lo que, a su juicio, la docencia 'debe influir en la carrera profesional, debería constar y valorarse'.
La carrera profesional es un instrumento que puede ayudar a reconocer que un médico es un buen profesional, pero también un buen docente. Según Martínez Carretero, el peso específico de la faceta de docencia de la carrera profesional de un médico debería ser mayor, 'en ella debería constar y valorarse la docencia y el peso de la docencia debería ser mayor conforme es más experimentado el profesional'. Así, el subdirector del Instituto de Estudios de la Salud propone utilizar los últimos niveles de la carrera profesional para potenciar la faceta docente del médico 'e intentar que se dedique más a la docencia que no a la asistencia'. José Manuel Iglesias también hace hincapié en la importancia de la carrera profesional para proyectar la faceta docente del profesional de la Medicina, ya que considera que 'supone un incentivo de la organización asistencial que tiene como objetivo, como aspecto diferencial de otros muchos incentivos que tienen las organizaciones en general y las sanitarias en particular, estimular la competencia profesional'. El experto explica que 'uno hace docencia en cuanto a que es un modelo y un referente para los demás. Entonces, en la medida en que la carrera profesional pueda incentivar mejores profesionales en todos los aspectos, no sólo en conocimientos sino en actitudes y en comportamientos, estaremos creando modelos de referencia de excelencia clínica'. Iglesias está convencido de que la carrera profesional estimulará las competencias profesionales del médico, entre las que se encuentra la docencia, cada una en su medida. El representante de semFYC especifica que ese estímulo 'no tiene por qué ser homogéneo, ya que puede ocurrir que en un momento de la vida profesional el estímulo pueda ser mayor en la investigación o en la docencia. Parece lógico que los profesionales con mayor experiencia hagan partícipes de su dilatada experiencia a otros médicos más jóvenes'.
La implantación de la carrera profesional supone, con respecto a la formación, un avance en el ámbito internacional, según destaca el subdirector general del Instituto de Estudios de la Salud de Cataluña. En este sentido, Martínez Carretero cree que en España 'vamos por delante', ya que el concepto de carrera profesional entendido como un reconocimiento y una valoración que hace la empresa que contrata al médico, para pagarle más y reconocerlo profesionalmente a medida que aumenta su nivel facultativo mediante diferentes niveles, 'no existe en el ámbito internacional', subraya. Internacionalmente, lo que existe es un reconocimiento profesional que viene dado por colectivos asociativos profesionales como puedan ser los Colegios de médicos o las Sociedades Científicas, según el representante del IES, que destaca que el reconocimiento que hacen estas instituciones profesionales con cada médico 'es tenido en cuenta por las empresas que lo contratan, lo que no significa que haya una carrera profesional', añade.
Martínez Carretero pone como ejemplo a Estado Unidos. allí cuando un hospital quiere contratar a un médico le exige a éste una certificación de la Sociedad médica correspondiente, y cuando llega la hora de renovarle el contrato vuelve a solicitarle una recertificación en la especialidad. De esta forma, mientras que aquí existe un reconocimiento económico, en otros países sólo hay un reconocimiento académico y científico. El subdirector general del IES considera que, además de la excelencia en la práctica clínica y asistencial, 'debería ser un mérito e influir de alguna manera en la carrera profesional, en el futuro debería tener su impacto, la certificación y la recertificación'. En este sentido, aunque la carrera profesional que se está implantando en España tiene sus ventajas sobre el sistema que se da fuera, Martínez Carretero opina que no se deben olvidar los elementos de certificación del profesional que se aplican en otros países.
Compensación del esfuerzo docente
El reconocimiento administrativo, y, por tanto, económico, de la labor docente es otra de las asignaturas pendientes en los servicios de salud. Se trata de una labor que requiere una gran dedicación y preparación, y a menudo el tiempo que los tutores restan de su obligación asistencial no es suficiente para poder llevar a cabo en condiciones idóneas su función. José Manuel Iglesias reclama que el esfuerzo docente sea incentivado, no necesariamente de forma económica, sino, por ejemplo, con tiempo sabático para formación.
Precisamente, una de las primeras comunidades autónomas que desarrollará actividades destinadas a incentivar la labor de los tutores será Baleares, que contemplará en los contratos de gestión de 2005 'un mínimo reconocimiento' de la función docente. El director general de Evaluación y Acreditación de la Consejería de Salud balear, Jaume Orfila Timoner, ha avanzado a EL MEDICO que se va a poner en marcha en las islas un 'reconocimiento administrativo' de la figura del tutor, que consistirá en un 'mínimo aumento económico' de su sueldo que irá acompañado de una reducción de su actividad asistencial, para que pueda dedicar más tiempo a la docencia. Orfila señala que la de los tutores es 'una reivindicación histórica', ya que 'no hay un reconocimiento general del docente', añade.
Formador médico,
¿nace o se hace?
Muchos profesionales de la Medicina que, además de su labor asistencial, ejercen una tarea como formadores, tal vez nunca se hubieran imaginado que acabarían exponiendo sus conocimientos y habilidades ante un auditorio o grupo de trabajo compuesto por médicos con menor experiencia. Muchos de estos expertos señalan que hay toda una serie de características en el formador que son más o menos innatas, pero dan por hecho que un buen formador se puede hacer a pesar de que no tenga unas cualidades singulares. José Manuel Iglesias asegura que una parte importante del formador 'se puede hacer', pero matiza que 'desde luego, como en muchas otras profesiones esenciales, debe haber un componente de los buenos, de los excelentes formadores, éste ha de ser casi genético, dependiente de la personalidad'.
José Luis Bimbela, desde su experiencia educativa, considera que, fundamentalmente, el formador realmente se hace. 'He visto el proceso de profesionales que, de entrada, cuando se han visto obligados a ejercer de formadores tenían muchas reticencias, pero en cuanto han aprendido las técnicas de docencia y han empezado a disfrutar, se han convertido, finalmente, en personas que se vuelven apasionadas, porque realmente les resulta gratificante la labor de formar a otros médicos', relata Bimbela. A partir de este punto, el experto de la EASP asegura que los formadores 'se hacen vocacionales'. Para conseguirlo, recalca que es muy importante aprender las técnicas docentes que a su entender 'no son ninguna cosa esotérica'. Una vez finalizado el proceso para adquirir ciertas técnicas metodológicas, los expertos afirman que los formadores sanitarios se convierten en unos docentes 'excelentes'.
RECUADRO
El efecto 'burnout'
en la docencia
Entre las habilidades de las que se tiene que dotar el formador sanitario, está la capacidad para hacer frente al estrés que conlleva la docencia en general. Según constatan algunos expertos, en el ámbito sanitario es muy frecuente el fenómeno del 'burnout' del docente o tutor quemado. José Luis Bimbela, especialista en cursos de formación de docentes, detecta que se está produciendo entre el colectivo de los formadores un consumo de fármacos 'por encima de la media de la población general' para hacer frente a las situaciones estresantes provocadas por su labor educativa.
Esto se debe, según afirma Bimbela, a que 'formar es una tarea con elementos estresantes 'per se'', por lo que recomienda que, además de adquirir técnicas docentes específicas, estos profesionales también aprendan ciertas habilidades para el manejo del estrés y el desbordamiento emocional que el hecho de ser formador conlleva.