Redacción, Madrid.- Pese a que las estadísticas revelan que 500.000 mujeres españolas sufren cada año una o más fracturas vertebrales, los expertos afirman que, al ser asintomáticas, sólo se detecta un tercio de las mismas, lo que dificulta la elaboración de un diagnóstico y tratamiento adecuados. Así se puso de manifiesto en la jornada científica "La Fractura Vertebral y el Efecto Dominó", celebrada, recientemente, en Madrid como iniciativa conjunta de la Sociedad Española de Reumatología (SER) y la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC).
Durante su desarrollo, más de un centenar de médicos de Atención Primaria pudieron conocer de la mano de especialistas de prestigio nacional e internacional los motivos por los cuales el diagnóstico precoz de esta grave patología es de vital importancia para evitar el extraordinario "efecto dominó" que conlleva la aparición de la primera fractura vertebral en los pacientes que la sufren. Asimismo, dieron las claves para un abordaje terapéutico adecuado de la mujer fracturada.
Así, según indicó el doctor Eugene McCloskey, experto en Patología Ósea Metabólica del Hospital General del Norte, Sheffield (Reino Unido)"una fractura vertebral supone 7 años de envejecimiento en la capacidad funcional y la salud en general de quienes la padecen".
"Efecto dominó"
El proyecto "La Fractura Vertebral y el Efecto Dominó" pretende vincular la aparición de una fractura vertebral con la caída de la primera pieza de un dominó que va a desencadenar en la paciente una serie de consecuencias graves para su salud.
Según los expertos congregados, la aparición de la primera fractura vertebral está asociada a una mayor morbilidad y mortalidad. Una sola fractura vertebral multiplica por cinco el riesgo de sufrir más fracturas, ocasionando un deterioro acelerado de la calidad de vida del paciente.
Fuerte dolor de espalda, rigidez del cuello, deformidad en la columna, prominencia en el abdomen y muchas limitaciones funcionales son sólo algunas de las graves consecuencias de esta patología, tal como se recordó. Sin embargo, éstas repercuten a su vez en el estado anímico del paciente, provocándole alteraciones al dormir, depresión, ansiedad y cambios de conducta por miedo a sufrir una nueva lesión. No obstante, la peor consecuencia de la fractura vertebral es el incremento de mortalidad, dado que su porcentaje aumenta desde un 1,9 hasta un 4,4 por ciento en mujeres con cinco fracturas vertebrales o más.
Diagnóstico precoz
La fractura vertebral está infradiagnosticada lo que, unido a una mayor esperanza de vida de la mujer, constituye un hándicap importantísimo para tratar esta patología de forma adecuada, especialmente en las consultas de los médicos de Atención Primaria.
Los expertos aseguran, asimismo, que la menopausia es clave en la aparición de la fractura vertebral, ya que en este período los niveles de masa ósea comienzan a disminuir. De hecho, una pérdida del 10 por ciento de masa ósea en la columna vertebral duplica el riesgo de padecer este tipo de fractura.
Dado que la mayor prevalencia de esta fractura se presenta en mujeres posmenopáusicas, los especialistas aconsejan realizar un diagnóstico radiológico de la columna vertebral a partir de los 45 años. El médico debe valorar los factores de riesgo que pueda presentar la mujer y evaluar la presencia o no de una fractura.
En este sentido, se considera que las radiografías de columna lumbar son la mejor herramienta para realizar esta distinción. El diagnóstico de la fractura vertebral debe ser muy riguroso para evitar diagnósticos erróneos que ocasionen retrasos terapéuticos importantes y que generan graves consecuencias en la salud de la mujer.
La referida jornada, que ha contado con el patrocinio de Laboratorios Lilly, se enmarca dentro de un proyecto educativo previsto extenderse a 11 ciudades españolas con la intención de informar sobre la fractura vertebral al médico de Atención Primaria de la forma más cercana posible a la práctica clínica.