La modificación de la Ley de Reproducción Asistida que ha decidido el Gobierno y que será aprobada por Consejo de Ministros cuando el presidente Aznar o el vicepresidente Rajoy lo decidan -podría ser hoy-contiene dos claves: reducir el número de fecundaciones de embriones en las clínicas y centros de fertilidad españoles, y permitir -en última instancia- la investigación con embriones que no pueden vivir pero de los que sí se podrían extraer células madre. Así, se permitiría la investigación con células madre embrionarias bajo estrictos controles y se evitaría la creciente acumulación de embriones sobrantes de los tratamientos de fertilidad, informa el diario ABC.
"Toda la reforma está destinada a combinar esos dos principios" y, después de las conversaciones mantenidas por el Ministerio de Sanidad con expertos en la materia, la solución es del agrado de una inmensa mayoría, según las fuentes consultadas por ABC. El peso de la reforma ha sido llevado por la ministra de Sanidad, Ana Pastor, quien delegó en el equipo del subsecretario de Sanidad, Pablo Vázquez, que anteriormente, había sido asesor de la Presidencia del Gobierno. ¿Cómo se impedirá que aumente año tras año el número de embriones congelados? Según ha podido saber ABC de fuentes próximas al Gobierno, con la introducción en la ley de un artículo que limitará a dos o, como máximo, a tres, el número de embriones que se implantan a la futura madre por tratamiento. La idea es evitar desde el principio el exceso de embriones y reducir la tasa tan elevada de embarazos múltiples que tiene España, lo que se consigue fecundando el menor número de embriones y congelando los óvulos sobrantes del proceso. De esta manera, si no se tiene éxito en el primer tratamiento, se utilizarían los óvulos congelados en posteriores intentos. Alemania es el único país europeo que ya ha legislado sobre este tema y limita el número de fecundaciones de óvulos para obtener sólo tres embriones.
En segundo lugar, ¿cómo se puede utilizar con fines científicos y sin reparos éticos los miles de embriones congelados que existen en las clínicas españolas? Sólo se podrán utilizar aquellos que no sean reclamados por sus progenitores, ni se haya autorizado su adopción o destrucción, si así lo deciden los progenitores. La fórmula que se plantea y que intentaría despejar los reparos éticos es lo que se conoce como la descongelación de esos embriones "huérfanos" en un medio de disgregación celular: el embrión quedaría inviable para su desarrollo, pero sus células permanecerían vivas y aptas para su uso. En ningún caso se permitirá la utilización de las células embrionarias con fines económicos, como sucede en otros países, que comercializan las líneas celulares.