La identificación de los genes causantes de la metástasis ósea en el cáncer de mama llevará a conocer "en el momento del diagnóstico" la posibilidad que existe de que el tumor se extienda; y permitirá prescribir tratamientos "más agresivos" y precoces para frenar su desarrollo. El oncólogo Hernán Cortés-Funes, jefe de servicio del hospital Doce de Octubre de Madrid, destacó ayer así la importancia de la investigación dirigida por el español Joan Massagué del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York, que ha identificado los genes implicados en la metástasis ósea del cáncer de mama, según recoge el diario EL CORREO DIGITAL.
El descubrimiento, según el especialista madrileño, permitirá bloquear la actividad de los genes a través de una terapia génica, un campo de la medicina "en el que se trabaja desde hace tiempo". Durante años, los especialistas se han guiado sólo por el tamaño del tumor para establecer si éste desarrollaría algún tipo de metástasis.
Con ese nombre, metástasis, se conoce al proceso por el que células del tejido afectado emigran y se implantan en otros lugares del organismo. El ‘viaje’ lo hacen a través de la sangre y del sistema linfático. En virtud de las posibilidades de que se produzca, los oncólogos prescriben un tratamiento complementario con quimioterapia para reducir las posibilidades de reaparición del cáncer.
Hay estudios, no obstante, que han demostrado que tumores de poca agresividad aparente por criterios clásicos, como su pequeño tamaño y poco tiempo de desarrollo, "se comportan luego de forma agresiva". El grupo de Joan Massagué ha trabajado con las células de una paciente muerta con metástasis ósea de cáncer de mama y ha establecido la existencia de una cadena de genes que se activan unos a otros y que incluso están presentes en células normales. Sin embargo, cuando aparecen en la misma célula tumoral se coordinan unos con otros y dan las condiciones idóneas para producir metástasis, explicó el especialista Cortés-Funes.