En España, la escasa sinergia entre la Iglesia y el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero es pública y notoria, sobre todo en el área de las políticas sociales. En este terreno, decisiones como autorizar el matrimonio entre homosexuales o la investigación con embriones humanos han provocado reacciones enfrentadas especialmente en los obispos españoles, que también han hecho evidente su rechazo a otras medidas del Ejecutivo como, por ejemplo, la de la puesta en marcha de una campaña a favor del preservativo para evitar la propagación del VIH.
Muchos de los avances científicos acaecidos en la Medicina han encontrado a lo largo de la Historia un rechazo frontal por parte de la Iglesia Católica
No obstante, la postura de las obispos españoles sobre cuestiones controvertidas como la investigación con células madre embrionarias, el aborto, la eutanasia, el preservativo... presenta una cohesión sin fisuras con la doctrina del anterior Papa Juan Pablo II, cuyo reciente fallecimiento ha puesto de manifiesto lo indeleble de su huella en la Iglesia Católica para los tiempos venideros y el enorme valor como referencia moral. Posiblemente, el Papa que más ha sabido acercarse al pueblo, Juan Pablo II, que tuvo un hermano médico, se ha mantenido, sin embargo, firme en sus convicciones contra ciertos avances científicos que, por el contrario, una gran parte de las sociedades desarrolladas consideran esenciales para afrontar el futuro con una mayor calidad de vida y una mejor asistencia sanitaria, cuestión que no sólo ha marcado en cierto modo su pontificado, sino que parece haber dejado trazado un camino para el nuevo Papa Benedicto XVI.
En este sentido, el doctor José María Simón Castellví, presidente de la Asociación de Médicos Cristianos de Cataluña, no duda la calificar a Juan Pablo II como 'el Papa de la vida y de la familia' y 'el gran defensor de la vida y de unos estilos de vida más sanos'. 'Es mucho más sano tener un marido o una mujer y serle fiel, que la promiscuidad sexual', asevera Castellví, que considera que fomentando esta conducta la Iglesia está al mismo tiempo 'promocionando la salud'.
Sobre el rechazo que en la sociedad generan estas ideas de la Iglesia, el doctor Castellví señala, en declaraciones a EL MEDICO, que 'la sociedad piensa lo que algunos medios de comunicación le hacen pensar'. En general, Castellví entiende que la posición de la Iglesia 'generadora de conductas sanas' debe ser tenida en cuenta por los Gobiernos, ya que 'millones de personas se encuentran felices y sanas de esta manera'.
Respecto a la figura del pontífice, el autor del libro 'Juan Pablo II. Un hombre extraordinario', Manuel Hidalgo, señala que ha sido también un Papa criticado 'porque no ha variado su criterio en aspectos como la moral del matrimonio, la eutanasia o los métodos anticonceptivos'. En lo que se refiere a esta última materia, Hidalgo destaca que la doctrina de Juan Pablo II se ha basado 'en los mismos principios que existían en el Evangelio, aunque con otro nombre, porque cuando se escribieron, todo esto no existía'.
La Iglesia y los científicos mantienen posiciones enfrentadas respecto a la investigación con células madre, en base a la doctrina de la primera sobre 'la defensa de la vida'
Por otro lado, y en relación con la investigación con células madre embrionarias, Castellví asegura que la defensa del embrión que hace la Iglesia constituye una postura 'muy coherente'. 'Todo lo que se está consiguiendo con células madre adultas no se está logrando con células procedentes de embriones humanos, y ahí está el quid de la cuestión', opina Castellví, que se pregunta '¿dónde se ha visto que unas células madre procedentes de embriones hayan funcionado, en ningún sitio del mundo?
Desde el punto de vista científico, el presidente de Médicos Cristianos de Cataluña destaca que se trata de células 'muy difíciles de controlar, que pueden provocar todo tipo de tumores o en aberraciones'.
Por otro lado, acerca de la polémica sobre el tratamiento del sida y los preservativos, el doctor Castellví recuerda que la Iglesia 'hace mucho por los pacientes de sida y por otros. de hecho al 26 por ciento de los enfermos a nivel mundial los trata la Iglesia más que la ONU, y allí donde la Medicina no es negocio se ocupa de la mayor parte de los enfermos'. En el caso concreto del preservativo, considera que su papel en la lucha contra el sida 'es sólo un aspecto, y que va mucho más allá la opinión de la Iglesia'.
'Si la ministra Salgado estuviera convencida de que los preservativos son útiles, los tendría que dar racionados a cada persona y dejarse de historias. lo que no puede ser es acusar a la Iglesia cuando te va bien que ésta diga eso porque así te estás ahorrando un dinero que si fueras consecuente con tus ideas tendrías que gastarte', añade.
Para Castellví, el preservativo constituye 'una barrera' para el sida, aunque 'con límites', de forma que 'si se salta más veces puede fallar más veces'. Por este motivo, es necesario, a su juicio, 'huir de este reduccionismo'.
Sobre la posibilidad de que el nuevo Papa introduzca ideas nuevas en relación con la Biomedicina, el doctor Castellví deja claro que 'la Iglesia nunca va a decir que matar a un niño en el vientre de su madre, despedazarlo como en el aborto, está bien, que no lo pretendan. la Iglesia es misericordiosa con la madre, pero nunca va a justificar eso porque es una cosa de por sí injustificable'. 'Hay que encontrar otras salidas 'añade' a los problemas. los médicos estamos para transformar el sufrimiento en felicidad, y tenemos que trabajar, pero con métodos éticos'.
La relación entre la Iglesia y el Gobierno de Rodríguez Zapatero se ha caracterizado en este primer año de mandato socialista por sus opiniones contrapuestas en temas, en este caso, de carácter médico
La investigación con embriones
Puede que una de las cuestiones en la que existen más posturas enfrentadas está relacionada con investigaciones con células madre procedentes de embriones, sobre todo después de varios años de mensajes esperanzadores sobre las posibilidades que ofrecen de cara a una curación futura de enfermedades como la diabetes. Sin embargo, la Iglesia y una gran parte de los científicos mantienen aquí posiciones contrapuestas, ya que estos últimos, sin negar los caminos que pueden abrirse con las células madre adultas, quieren seguir investigando para conocer hasta qué punto la plasticidad de las embrionarias puede dar resultados positivos.
En este terreno, así como con todo lo que tiene que ver con lo que la Iglesia denomina 'la defensa de la vida', uno de los líderes de opinión más influyentes ha sido, durante el pontificado de Juan Pablo II, el cardenal Alfonso López Trujillo, presidente del Consejo Pontificio para la Familia, que no ve aceptable ninguna de las formas de clonación humana, ni la reproductiva 'algo sobre lo que existe un acuerdo casi unánime a nivel mundial' ni la terapéutica.
En lo que se refiere a la clonación humana terapéutica, López Trujillo destaca que es presentada 'como un progreso que permitiría obtener los beneficios de una terapia genética, como remedio a enfermedades que la Medicina actualmente no puede curar', aunque advierte que 'esas posibles y discutibles consecuencias positivas no cambian, en el fondo, la índole moral de la clonación en sí misma'. 'Hay una estricta continuidad objetiva entre clonación reproductiva y terapéutica. En ambas se produce un embrión humano, pero en la terapéutica se prevé su ulterior destrucción, al extraer células madre embrionarias o materiales biológicos para utilizarlos con fines terapéuticos', añade.
Además, en relación a los aspectos técnicos, entiende que 'persisten numerosas incertidumbres', ya que 'no siempre se tiene debidamente en cuenta la condición precaria del embrión clonado y la elevada probabilidad de causar diferentes neoplasias (cánceres y tumores) en el paciente en el que se introducirían las células', por lo que 'muchos investigadores consideran que la investigación con células madre adultas es la que permite esperar mayores éxitos, y no tiene los límites éticos que conlleva la utilización de células madre embrionarias'.
'La clonación terapéutica para obtener células madre implica no sólo la producción de un embrión, sino también su manipulación y ulterior destrucción. No es aceptable considerar a un ser humano, en cualquier fase de su desarrollo, como un material de almacén o fuente de tejidos y órganos, de piezas de recambio', asevera López Trujillo.
Para el cardenal, 'un modo de afrontar esta cuestión sería ponerse en la situación del embrión (como hemos sido todos nosotros) y no en la de los científicos que clonan'. 'Desde luego, a nadie le gustaría venir al mundo en un laboratorio, en vez de ser el fruto de la unión de sus progenitores. Como tampoco resultaría muy agradable ser un superviviente de decenas o centenares de hermanos gemelos eliminados como defectuosos. Y menos agradable aún ser luego manipulados para producir piezas (por ejemplo, riñones) que necesitara algún otro. ni morir después de esta breve y sufrida vida producida precisamente con esa finalidad', según su postura.
De hecho, para la Iglesia es incluso peor la clonación terapéutica que reproductiva. En palabras de López Trujillo, mientras que 'la clonación humana que podría llevar al nacimiento de un ser humano (reproductiva) se ha de considerar un método inmoral de procreación artificial', en la terapéutica 'ese proceso se interrumpe intencionalmente', ya que 'se crea voluntariamente un embrión humano para destruirlo después, con el fin de extraer células madre embrionarias', lo que 'desde el punto de vista ético es aún peor'. Por ello, sostiene que 'rechazar la posibilidad de matar una vida humana para curar otras vidas humanas, no procede de una posición específicamente religiosa, sino de la fuerza de argumentos y razones de buen sentido, y de la fuerza de una antropología coherente y de una bioética personalista'.
En consecuencia, la posición del Vaticano al respecto se concreta en que si bien la utilización de células madre en terapia celular 'puede llevar a investigaciones beneficiosas que hoy abren perspectivas muy interesantes', para conseguir esta finalidad 'la utilización de células madre embrionarias (y, por consiguiente, de la clonación terapéutica para obtenerlas) se ha mostrado un camino científicamente poco comprobado y difícil, y éticamente inaceptable', mientras que 'la investigación con células madre adultas, satisfactoria tanto en sus aspectos éticos como en los técnicos, realizada de modo digno y responsable, y sometida a los criterios éticos, constituye un camino de esperanza y de futuro, que no plantea objeciones éticas especiales'.
La lucha contra el sida
En el caso del sida, pero también de otras enfermedades de transmisión sexual, el cardenal López Trujillo pone de relieve una postura 'absolutamente clara contra el llamado sexo desordenado y la promiscuidad, favorecida hoy por ciertas medidas políticas permisivas y por ciertos medios de comunicación', y contrapone a estas conductas la 'posición moral' que enseña la Iglesia, y que es 'válida para todos, creyentes y no creyentes' a favor de la fidelidad en el seno del matrimonio.
Sobre la validez del preservativo contra la infección por VIH, un elemento considerado por la Iglesia un arma 'inmoral y equivocada' contra el sida, López Trujillo propone que los Ministerios de Salud 'exijan etiquetas en los paquetes de preservativos, como se hace con los cigarrillos, donde se diga, que la protección ofrecida por éstos no es total, y que los riesgos son, ciertamente, significativos', ya que, entre otras cosas, el virus del sida es 450 veces más pequeño que el espermatozoide, sin olvidar 'otros riesgos respecto a diferentes factores en la estructura del condón y en su empleo en la actualidad'.
De hecho, la Iglesia considera que, lejos de prevenir el sida, el preservativo puede ser incluso un elemento que ayuda a propagar la enfermedad. En este sentido, tal como señalaba recientemente la Conferencia Episcopal de Obispos Católicos de Sudáfrica, Botswana y Swazilandia, el uso de este método es 'contrario a la dignidad humana', ya que 'cambian la belleza del acto de amor por una búsqueda egoísta de placer mientras se rechaza la responsabilidad'. Además, según los obispos africanos, 'los preservativos no garantizan protección contra el VIH/sida' y 'pueden ser incluso una de las principales razones de su difusión'.
Una postura similar mantienen los obispos españoles. Así, la Subcomisión para la Familia y la Vida de la Conferencia Episcopal Española sostiene que las campañas de fomento del preservativo contra el VIH son irresponsables por varios motivos. Uno de ellos es que inducen a engaño porque ocultan información y porque no colaboran a la prevención, sino a una mayor difusión de las conductas de riesgo, e implica que las autoridades sanitarias estén dando su visto bueno a las conductas y estilos de vida que son responsables de la epidemia'.
En la misma línea, para López Trujillo, 'la falsa seguridad generada por las campañas de sexo seguro obstaculiza el derecho a una información correcta y completa'. A su criterio 'el público debe ser informado de que el preservativo no garantiza una total protección ni contra el sida ni contra otras ETS'. 'Muy importante también es que se presente la solución alternativa (que es realmente la solución primaria', cien por cien efectiva contra la transmisión sexual de estas enfermedades, sin gastos, sin tensión del carácter y libertad de la persona: la abstinencia antes del matrimonio y la fidelidad a la esposa de uno', concluye.
No obstante, la posición de la Iglesia sobre el preservativo y el sida ha recibido duras críticas desde numerosos organismos y Gobiernos. Sin ir más lejos, la propia Organización de Naciones Unidas disiente de esta postura, y así lo expresó con claridad hace poco en España Peter Piot, director ejecutivo del Programa de Naciones Unidas contra el VIH/sida (ONUSIDA), que es de la opinión de que la jerarquía eclesiástica mantiene posturas 'dogmáticas y cerradas' mientras que los miembros del clero más cercanos a los enfermos se muestran más abiertos a la utilización del preservativo para evitar el contagio.
Para Piot, tanto en la Iglesia Católica como en otras confesiones del mundo se observa una evolución en los últimos años en torno al uso de este método anticonceptivo, ya que se ha pasado de rechazar tajantemente su utilización a la existencia de cierto 'debate interno' que ha dado lugar a que haya sectores 'más abiertos' a esta posibilidad de prevención de la enfermedad.
Una de las cuestiones más delicadas a las que debe hacer frente la sociedad en el siglo XXI es el debate sobre la legislación de la eutanasia
A juicio del director de ONUSIDA, que es 'optimista' sobre la evolución que puede mostrar la Iglesia en los próximos años al respecto, resulta evidente que no hay ningún país que haya conseguido reducir el número de nuevos casos de contagio sin una promoción 'muy activa y muy extendida' del preservativo. Por este motivo, ONUSIDA apuesta por la llamada estrategia 'ABC', basada en la abstinencia y la fidelidad, pero también inevitablemente en el uso del preservativo para evitar los contagios.
La propia ministra de Sanidad española, Elena Salgado, ha señalado recientemente, que en su reciente visita a Mozambique pudo comprobar que lugares donde trabajan religiosos 'estaban llenos de carteles y de recomendaciones de uso del preservativo'. 'No es la teoría, es la práctica. allí donde se está cerca del problema, se entiende que el preservativo, en determinadas sociedades es una herramienta imprescindible para luchar contra la enfermedad', dijo.
Salgado tiene claro que el Ministerio seguirá apostando por el preservativo porque sabe que 'la razón está de su parte', y está convencida de que al final la Iglesia Católica al igual que otras iglesias entenderán 'que el preservativo es una herramienta imprescindible en la lucha contra el sida'.
Postura clara contra
la eutanasia
Una de las cuestiones más delicadas a las que debe hacer frente la sociedad en el siglo XXI es el debate sobre la legalización de la eutanasia, un tema de la máxima actualidad en los últimos tiempos.
Sobre esta cuestión, el propio Juan Pablo II se pronunciaba el pasado mes de noviembre de 2004, aprovechando la celebración de una conferencia internacional sobre cuidados paliativos organizada por el Vaticano. Así, condenó la eutanasia como 'un drama ético' y defendió 'el rechazo del ensañamiento terapéutico'.
El Papa polaco era de la opinión de que la eutanasia forma parte de 'los dramas causados por una ética que pretende establecer quién puede vivir y quién debe morir', y se mostró claramente defensor de que el rechazo al llamado 'ensañamiento terapéutico es expresión del respeto que en cada instante se debe dar al paciente'. 'El sufrimiento, la ancianidad, el estado de inconsciencia, la muerte inminente,... no deben disminuir la intrínseca dignidad de la persona, creada a imagen de Dios', agregó.
Sin embargo, señaló por aquel entonces que 'la eutanasia, en vez de rescatar a la persona del sufrimiento, la elimina', advirtiendo que la compasión 'cuando no enfrenta el sufrimiento y acompaña al que sufre, conduce a la cancelación de la vida para alejar el dolor, cambiando el estatuto ético de la ciencia médica'.
La propia actitud del Papa Juan Pablo II ante la enfermedad que finalmente le llevó a la muerte ha sido vista como un mensaje contra la eutanasia. Así, el arzobispo de Pamplona, Fernando Sebastián, consideró que Juan Pablo II mostraba en su enfermedad 'cómo la persona puede dar sentido a una situación de enfermedad, de dolor y de sufrimiento, sobreponiéndose espiritualmente'. 'Con una cierta no sé si propaganda en favor de la eutanasia en España, ésta es otra manera, creo que más grandiosa hasta humanamente, de enfrentarse con la muerte', dijo tras realizar una visita al Papa cuando estaba ingresado en la Clínica Gemelli, poco antes de su fallecimiento.
Iglesia y Gobierno en España
En lo que se refiere a la situación del debate sobre todas estas cuestiones en España, cabe destacar que la relación entre la Iglesia y el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se ha caracterizado, en el último año, por sus desencuentros no sólo acerca de estos temas, sino también de otros como los matrimonios entre homosexuales, las clases de Religión y la financiación de la Iglesia.
Estos desencuentros se intensificaron a partir del mes de septiembre, cuando la Conferencia Episcopal Española decidió 'llevar a pie de calle' la visión cristiana y católica de temas de actualidad con el fin de 'despertar' las conciencias.
Poco después, en octubre, los obispos españoles anunciaron el lanzamiento de cuatro campañas de concienciación, la primera de las cuales se centró el la eutanasia, pese a que el Gobierno ha anunciado que no tiene intención de regular esta cuestión en la presente legislatura, y tuvo como finalidad recalcar que sólo la postura de la Iglesia a favor de una muerte 'verdaderamente digna' es capaz de aportar a las personas 'esperanza y seguridad', así como de garantizar a la sociedad 'la protección de los más débiles'.
Ya en el pasado mes de noviembre irrumpió la cuestión del uso del preservativo como medio de prevención del contagio del sida a raíz de una campaña de concienciación presentada por el Ministerio de Sanidad y Consumo que fue rechazada por la CEE.
También, la ministra de Sanidad, Elena Salgado, se reunió con el portavoz de la CEE el pasado 18 de enero para tratar de acercar posturas. Tras aquel encuentro el portavoz episcopal señaló que los preservativos 'tienen su contexto en una prevención integral y global del sida', declaraciones sobra las que al día siguiente la Iglesia tuvo que incidir afirmando que no había cambiado de postura sobre el uso del preservativo y que, por tanto, continúa considerando que el uso del condón 'implica una conducta sexual inmoral'.