Las medidas higiénico-dietéticas son claves a la hora de manejar el estreñimiento y deben continuarse una vez iniciada la pauta farmacológica
4 de enero 2023. 11:20 am
Ante un paciente con estreñimiento, la primera medida será una buena anamnesis para cerciorarse de que está realizando correctamente las medidas higiénico-dietéticas oportunas, ya que el tratamiento farmacológico se instaurará una vez que las medidas anteriores hayan fracasado. Con el tratamiento farmacológico no solo se…
Ante un paciente con estreñimiento, la primera medida será una buena anamnesis para cerciorarse de que está realizando correctamente las medidas higiénico-dietéticas oportunas, ya que el tratamiento farmacológico se instaurará una vez que las medidas anteriores hayan fracasado.
Con el tratamiento farmacológico no solo se busca aumentar el número de deposiciones; el objetivo fundamental es mejorar consistencia y volumen, tratando de que la defecación sea completa, sin esfuerzos, sin dolor y sin distensión intestinal asociada.
Para la adecuada elección farmacológica hay que tener en cuenta el origen del estreñimiento y las características del paciente, así como sus comorbilidades. Entre los laxantes se encuentran los osmóticos. Diversos ensayos clínicos han demostrado efecto beneficioso en el número de deposiciones por semana comparado con placebo. Entre ellos, el uso laxantes con molécula de polietilenglicol, ya que se ha demostrado su beneficio respecto a la lactulosa en cuanto a la frecuencia de deposiciones por semana, alivio del dolor abdominal y menor necesidad de usar productos adicionales contra el estreñimiento.
Distintos laxantes
Los laxantes formadores de masa mejoran el tránsito y la expulsión de las heces. Normalmente, el paciente suele recurrir a ellos antes de ir a la consulta, ya que son de venta libre muy usados en herbolarios y parafarmacias. De modo general, los pacientes los perciben como productos naturales que pueden usar a demanda, sin tiempo ilimitado y sin efectos secundarios.
Los laxantes estimulantes se suelen utilizar de rescate, cuando el resto de medidas no han sido efectivas, o de forma puntual, mientras que los laxantes procinéticos se consideran de poco uso.
En cuanto a los laxantes secretores, como la linaclotida, se centran en pacientes con síndrome de intestino irritable, con tendencia a estreñimiento.
Si el paciente no responde a laxantes orales y llevan varios días si defecar se puede recurrir a los enemas de limpieza.
Recomendaciones
A la hora de manejar el estreñimiento, se dispone de diversas guías, entre las que algunos especialistas comentan la Guía de Práctica Clínica sobre el manejo del estreñimiento crónico en el paciente adulto de la Revista Española de Gastroenterología y Hepatología, los documentos SEMG Manejo y derivación. Estreñimiento crónico, la Guía Clínica para estreñimiento Fisterra, la Guía de Tratamiento del Estreñimiento Crónico de SEMERGEN y el Manual de Urgencias y Emergencias del Hospital 12 de Octubre. Estas son algunas de las guías empleadas, pero hay disponibles más dependiendo de la zona sanitaria.
En la consulta del día a día se intenta que el tratamiento farmacológico pautado sea el más idóneo para el paciente, aunque la realidad es que no siempre se consigue. Entre los motivos de esta situación es que el tiempo en consulta suele ser escaso y no permite realizar una anamnesis exhaustiva que permita adecuar el tratamiento al tipo de paciente que estamos tratando. En otras ocasiones, el paciente tiene sus reticencias a la hora de tomar diversos laxantes, por motivos económicos o por referir escasa efectividad en ocasiones anteriores.
Medidas higiénico-dietéticas
Lo más importante a la hora de tratar el estreñimiento en el adulto son los cambios en el estilo de vida y las medidas higiénico dietéticas. El tratamiento farmacológico se inicia una vez que han fracasado estas últimas. Sin estas, por mucho que se añada el tratamiento farmacológico de forma puntual, en cuanto el paciente deje de tomarlo o disminuya la periodicidad de la toma por tener un tránsito adecuado se volverá al punto de partida inicial.
La gran mayoría de los pacientes que consultan por estreñimiento crónico presentan factores de riesgo relacionados con el estilo de vida: dieta baja en fibra, nula o escasa ingesta hídrica, y tendencia al sedentarismo.
Muchos no son conscientes de la importancia de estas medidas, creen que es algo accesorio y que el estreñimiento es algo inherente a ellos con poca posibilidad de realizar cambios que puedan evitarlo.
Reforzar los hábitos saludables
Es fundamental reforzar estilos de vida saludables y reducir la dependencia de los laxantes. Así, se recomienda una dieta rica en fibra. Si el paciente está caracterizado por un tránsito lento a veces la fibra produce flatulencia e hinchazón abdominal, por lo que hay que comenzar con pequeñas cantidades e ir aumentando de forma paulatina.
También es importante adoptar un horario regular, con tiempo suficiente para llevar a cabo la defecación, y una posición adecuada, entrenando los músculos pélvicos y esfínteres anales para conseguir la maniobra expulsiva sin esfuerzos excesivos. No se debe pasar por alto el aporte hídrico suficiente, que es clave, al igual que el ejercicio físico.
Es importante recalcar que existen estudios clínicos que han demostrado que la actividad física disminuye el tiempo de tránsito, por lo que las heces serán menos duras, incompletas y el paciente necesitará realizar menos esfuerzo para la maniobra de expulsión.