E.P.- Un nuevo estudio, desarrollado por especialistas de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos) ha confirmado el papel principal de una enzima, denominada "JNK2", en el desarrollo de los cánceres de piel.

Las conclusiones de la investigación, dadas a conocer en la reunión de la Asociación Americana de Investigación sobre el Cáncer que se celebra en Washington, indican que JNK2 debería ser tenida en cuenta como un objetivo en la prevención y tratamiento de este tipo de cánceres.

Los rayos ultravioleta del sol son los principales responsables del cáncer de piel, que suponen casi la mitad de los cánceres en el mundo occidental. El proceso del desarrollo del cáncer implica una serie de interacciones en cadena entre compuestos bioquímicos de la piel, que se convierten en los objetivos terapéuticos potenciales. Muchos cánceres humanos muestran una alta actividad en alguna forma de la enzima JNK, y el enzima se activa también con la luz del sol. Incluso en una leve exposición al sol de unos cuantos minutos, la actividad de JNK en la epidermis aumenta. En estos casos la actividad no se mantiene en un grado alto todo el tiempo. No obstante, si la exposición al sol es más prolongada, entonces la actividad de JNK se vuelve elevada permanentemente y ahí es donde se desarrolla el cáncer.

El nuevo trabajo demuestra que ciertas formas de actividad de JNK suponen un paso clave en el proceso mediante el cual se desarrollan los cánceres de piel no melanoma. En experimentos con ratones, los autores del presente trabajo se centraron en dos enzimas que se sabe que son activadas por los factores que hacen que las células se dividan y que se han considerado importantes en la reacción de las células de la piel a la luz ultravioleta.

De las dos enzimas, llamadas JNK1 y JNK2, tal solo la última, JNK2, resultó tener una función importante en el desarrollo de tumores.

Los datos indican que cuando JNK2 está ausente, las células de la piel se inhiben o, al menos, retrasan su reacción a la luz ultravioleta. Por ello, los autores del nuevo trabajo esperan que su hallazgo pueda resultar en la aplicación de nuevas terapias para combatir o retrasar el cáncer de piel en seres humanos.