E.P., Madrid.- Dos grupos de investigadores españoles han descubierto en sendos trabajos los mecanismos que controlan la expresión de dos proteínas cardíacas (las Troponinas I y T). Estas investigaciones , desarrolladas de forma coordinada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Autónoma de Madrid, contribuyen a solucionar el problema del control cuantitativo de las proteínas musculares, según han señalado fuentes del CSIC.
Los estudios, dirigidos por los investigadores Alberto Ferrus, del Instituto Cajal (CSIC), y Margarita Cervera, de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, se han publicado en la revista científica 'Molecular Biology of the Cell'.
Las Troponinas I y T son esenciales para el control de la contracción muscular. Enfermedades como la hipertrofia cardíaca familiar o las contracciones incontroladas de la arthrogriposis están producidas por mutaciones en dichas proteínas. Asimismo, accidentes como la isquemia, la fibrilación o el infarto provocan la rápida aparición en sangre de fragmentos de degradación de estas proteínas, lo que las convierte en buenos indicadores de la severidad del daño cardíaco.
Estos investigadores han estudiado los genes que codifican las Troponinas I y T en Drosophila, lo que les ha permitido desvelar un mecanismo común en ambos casos. Se trata de dos regiones del DNA que se localizan a cada lado del área de inicio de la transcripción (lugar donde el DNA es copiado en forma de RNA). Ambas regiones trabajan de forma sinérgica y han de adoptar una cierta estructura para que las cantidades finales del producto sean las adecuadas.
Sin embargo, el problema, según los expertos, no sólo consiste en saber qué cantidades hacen falta, sino cómo diseñar herramientas genéticas que produzcan dichas cantidades. Para conseguirlo no existe otro camino que reproducir los métodos naturales que el genoma emplea.
Los investigadores del CSIC han logrado, tras estos estudios, averiguar qué regiones reguladoras de estos genes es preciso incluir y a qué distancia han de estar entre sí. Gracias a ello, en el futuro sería posible realizar una construcción utilizable en terapia génica, y que se exprese casi como el gen nativo.