Con el paso del tiempo, la presión elevada dentro del ojo daña el nervio óptico, llevando a la pérdida de la visión. Desafortunadamente, no hay manera de predecir con exactitud qué pacientes podrían perder la visión más rápidamente.
Ahora, gracias a estudios en modelos experimentales y líquidos extraídos de los ojos de pacientes con glaucoma, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, Estados unidos, han identificado un marcador de daño a las células en el ojo que potencialmente podría emplearse para monitorizar la progresión de la enfermedad y la eficacia del tratamiento, como se informa en un artículo que se publica en la revista 'JCI Insight.'
'No ha habido una forma fiable de predecir qué pacientes con glaucoma tienen un alto riesgo de pérdida rápida de la visión --afirma el investigador principal, Rajendra S. Apte, profesor de Oftalmología y Ciencias Visuales--. Pero hemos identificado un biomarcador que parece estar relacionado con la gravedad de la enfermedad en los pacientes. Lo que este marcador está midiendo es el estrés de las células en lugar de la muerte celular. Algunas pruebas de glaucoma miden la muerte celular, que no es reversible, pero si podemos identificar el momento en el que las células están bajo estrés, entonces existe el potencial de salvar esas células para preservar la visión'.
El glaucoma es la segunda causa de ceguera en el mundo, con más de 60 millones de personas afectadas en el mundo. La enfermedad a menudo comienza en silencio, con pérdida de visión periférica que ocurre tan gradualmente que puede pasar desapercibida. Con el tiempo, la visión central se ve afectada, lo que puede significar que se ha producido un daño considerable antes de comenzar con una terapia agresiva.
Muchos pacientes empiezan a recibir tratamiento cuando sus médicos descubren que tienen presión elevada en el ojo, como gotas oculares, que están dirigidas a disminuir la presión en el ojo. Sin embargo, estas terapias no siempre protegen a las células ganglionares de la retina, que son las células que resultan destruidas en el glaucoma, lo que conduce a la pérdida de visión.
Apte, también profesor de Biología del Desarrollo, Medicina y Neurociencia, señala que todos los tratamientos actuales para el glaucoma están dirigidos a disminuir la presión en el ojo para reducir la pérdida de células ganglionares y no necesariamente a la preservación directa de las células ganglionares.
Niveles elevados de una molécula cuando hay daño del nervio óptico
Los especialistas en glaucoma intentan rastrear la pérdida de visión causada por la muerte de las células ganglionares con pruebas de campo visual, que consisten en que el paciente apriete un botón cuando ve una luz parpadeante. A medida que se pierde la visión, los pacientes ven menos luces parpadeando en la periferia del campo visual, pero estas pruebas no siempre son completamente fiables, según Norimitsu Ban, oftalmólogo e investigador postdoctoral en el laboratorio de Apte.
Algunas personas mayores no completan bien la prueba de campo visual por razones que pueden no estar relacionadas con lo que les está pasando a sus ojos, apunta Ban, quien considera que encontrar un marcador de daño celular en el ojo sería una manera mucho más fiable de seguir la progresión del glaucoma.
'Tuvimos la suerte de poder identificar un gen y estamos muy emocionados de que el mismo gen parezca ser un marcador de estrés para las células ganglionares en las retinas de ratones, ratas y seres humanos', afirma Ban, quien junto a Apte y sus colegas hallaron una molécula en el ojo denominada factor de diferenciación del crecimiento 15 (GDF15), observando que los niveles de la molécula aumentaron a medida que los animales envejecieron y desarrollaron daño en el nervio óptico.
Cuando repitieron los experimentos en modelos experimentales se replicaron los resultados. Además, en los pacientes sometidos a cirugía ocular para tratar el glaucoma, las cataratas y otros problemas, los científicos de este trabajo encontraron que aquellos con glaucoma también presentaban GDF15 elevado en el líquido de sus ojos.
'Fue emocionante porque al comparar el líquido de los pacientes sin glaucoma con aquellos con glaucoma, el biomarcador GDF15 estaba significativamente elevado en los pacientes con glaucoma --resalta Apte--. También encontramos que los niveles más altos de la molécula se asociaron con peores resultados funcionales, por lo que este biomarcador parece correlacionarse con la gravedad de la enfermedad'.
Apte y Ban no creen que la molécula provoque que las células de la retina mueran; sino que, más bien, que es un marcador de estrés en las células de la retina. 'Parece ser un precursor de la muerte celular en el futuro en lugar de una molécula que realmente esté dañando las células', subraya Apte.
Una posible limitación de este estudio es que las muestras de líquidos se tomaron de los ojos de los pacientes sólo una vez, por lo que no fue posible monitorear los niveles de GDF15 a lo largo del tiempo. En estudios futuros, Apte cree importante medir el biomarcador en varios puntos de tiempo para determinar si los niveles del biomarcador aumentan a medida que la enfermedad progresa.
También le gustaría saber si los niveles de GDF15 eventualmente disminuyen en aquellos que tienen pérdida significativa de la visión por glaucoma. En teoría, según Apte, cuando la mayoría de las células ganglionares en la retina ya han muerto, habría menos células bajo estrés, y eso podría significar niveles más bajos.
'Estamos interesados en hacer un estudio prospectivo y tomar muestras de líquido del ojo durante varios meses o años para correlacionar la progresión del glaucoma con los niveles de este marcador -adelanta--. También nos gustaría saber si los niveles de GDF15 cambian después del tratamiento, una cuestión particularmente importante a medida que tratamos de desarrollar terapias que preserven la visión de manera más eficaz en estos pacientes'.