A pesar del actual marco legislativo que controla y supervisa la IT, Administraciones sanitarias, sindicatos e, incluso, Sociedades Científicas no cesan de un tiempo a esta parte de expresar su preocupación por el aumento del número de bajas de los profesionales sanitarios. 'Tenemos la impresión de que ahora se están registrando más incapacidades temporales entre los médicos que antes' tal como explica al respecto Luciano Santiago, responsable de relaciones sindicales y profesionales de la Sociedad Española de Medicina Rural y Generalista (SEMERGEN).
El personal sanitario mantiene un índice de ausencias bajo en comparación al resto de colectivos sanitarios, según datos recientes
Para los expertos, los datos son más preocupantes si cabe, ya que como señala el vicesecretario de la OMC, Francisco Toquero, 'los médicos son los profesionales más reacios a coger la baja', mientras que Asensio López, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) considera que está generalizándose entre los profesionales 'la tendencia a retrasar sus propios síntomas, minimizar sus riesgos, a consultarse tarde o entre los compañeros en los pasillos de los centros sanitarios, y aplicar patrones diferentes automedicándose y autodiagnosticándose'. Sin embargo, para el vicepresidente de esta Sociedad Científica, 'esta práctica extendida entre los profesionales sanitarios 'puede esconder un número de bajas superior de las que realmente se conocen'.
Experiencias autonómicas
La incidencia al alza en el número de IT es una de las razones que ha llevado en el caso de la Consejería de Sanidad valenciana a aprobar recientemente un Plan de inspección de las IT entre el personal de las instituciones sanitarias. Decisión que no ha dejado indiferente a ninguno de los actores involucrados y que bien pudiera permitir entrever muchos de los problemas reales con los que se encuentra, en general, el sistema de salud en España.
El problema del absentismo entre el personal sanitario es compartido en todo el territorio español, de ahí que se estén implementando planes de control en las distintas CC.AA.
Así se lo planteó el consejero de Sanidad de la Comunidad Valenciana, Vicente Rambla, quien en enero de 2005 hizo pública la puesta en marcha de dicho Plan previsto para cubrir el período 2005-2007. Durante la presentación del mismo, Rambla expuso su intención de hacer 'especial hincapié en la supervisión de las bajas o incapacidad temporal del personal sanitario', puesto que, tal y como ha declarado a este medio Pilar Viedma, directora general de Ordenación, Evaluación e Investigación Sanitaria de la Generalitat Valenciana, 'es un compromiso de nuestra Consejería de Sanidad potenciar la estructura de la Inspección de Servicios Sanitarios como garante de los derechos de los ciudadanos a una asistencia sanitaria de calidad en el sistema sanitario valenciano'.
Este especial interés por las bajas lo argumenta la Consejería valenciana con datos en la mano. En concreto, y según Pilar Viedma, 'la tendencia de las jornadas perdidas es claramente ascendente de 1999 a 2004'. El incremento durante dicho periodo ha sido, según los datos facilitados por dicha Consejería, del 35 por ciento, situándose el índice de ausencias 'Índice de ausencias = (jornadas perdidas/jornadas totales)*100- en el año 2004 en un 7,14 por ciento. Por colectivos, se percibe que, aunque exista una tendencia al alza, el personal médico mantiene un índice de ausencias bajo en comparación al resto de colectivos sanitarios. Así, dicho índice se sitúa en el 3,04 por ciento entre personal médico, en un 7,09 por ciento entre el colectivo de enfermería, en un 8,94 por ciento entre el personal no sanitario, y se eleva a 10,87 por ciento cuando se trata de los auxiliares de enfermería.
También durante 2004, y en base a las mismas cifras oficiales, se registró un total de 1.273.004 jornadas laborales perdidas en el ámbito de las instituciones sanitarias valencianas. Del total, un 32,8 por ciento fueron jornadas perdidas entre el colectivo de enfermería, un 30,2 por ciento respondieron a personal no sanitario, un 26,4 a auxiliares de enfermería y un 10,6 a personal médico. Del cómputo global de estas jornadas, además, el 23 por ciento se dieron en el ámbito de la Atención Primaria, mientras que el 77 por ciento restante lo hicieron en Especializada. El índice de ausencias se sitúa en un 7,34 por ciento entre el personal de Atención Especializada y en un 6,51 entre los que ejercen en el primer nivel asistencial.
Según la responsable de la Administración valenciana, en declaraciones a EL MEDICO, 'el diagnóstico que más jornadas hace perder al año es la gripe, las patologías que producen procesos de más larga duración son las lumbalgias y el grupo formado por las patologías como depresión y ansiedad'.
Con todo, el proyecto de la Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana para los dos próximos años se ha marcado como objetivo general, tal como ha explicado Viedma, 'invertir la tendencia al alza y disminuir el indicador índice de ausencias en las tres provincias de la comunidad'.
Al respecto, y para el Sindicato de Médicos de Valencia (CESM-Comunidad Valenciana), no obstante, son las propias ineficiencias del sistema las que inciden en esta tendencia al alza de la incapacidad temporal entre los profesionales médicos.
'La principal causa del aumento de la IT en Valencia es el envejecimiento y la falta real de personal médico y las consecuencias que esto puede acarrear en la salud de los profesionales', explica el doctor Andrés Cánovas Martínez, secretario general de CESM-Comunidad Valenciana.
Finalmente, la directora general de Ordenación, Evaluación e Investigación Sanitaria de la Generalitat Valenciana, asegura convencida que 'el problema del absentismo del personal de instituciones sanitarias es compartido con el resto del Estado español. Es por ello que se están implementando planes de control en las distintas Comunidades Autónomas'.
En el caso de la Comunidad Autónoma Andaluza, es digna de mención la controvertida actuación que a finales de 2004 llevó a cabo la Delegación en Granada de la Consejería de Salud y que ocasionó un conflicto abierto, que aún hoy se mantiene, entre sindicatos y Administración.
La Orden de la Consejería de Salud de Andalucía del 24 de febrero de 2004 da facultad a la 'Secretaría General Técnica para la adopción de las medidas necesarias en orden al desarrollo y ejecución de los programas de inspección, y para el cumplimiento y apoyo de los objetivos propuestos'. En el uso de esta competencia, la Secretaría General Técnica de la Consejería de Salud de Andalucía, en colaboración con la Subdirección de Inspección, elaboró con fecha del 5 de octubre del 2004 un protocolo de control de la incapacidad temporal que fue remitido por la Directora del Equipo Provincial de Inspección, Carmen González Campos, a los médicos de Atención Primaria responsables de firmar las bajas laborales y que fue causa de desencuentro entre ambas instituciones.
En la circular emitida por González Campos se dejaba claro sus intenciones de reducir 'el elevado absentismo laboral por IT en los Servicios de Salud de Andalucía, con un 6,79 por ciento de prevalencia con respecto al resto de la población, 2,93 por ciento'. Sin embargo, en declaraciones hechas a este medio por la directora del Equipo Provincial se apunta que 'en la actualidad, la tendencia de la prevalencia en IT del personal del Servicio Andaluz de Salud, y en concreto en la provincia de Granada, tiende a la baja, si es comparada con lo acaecido años atrás'.
El protocolo de actuación obligaba al cumplimiento de una serie de puntos por parte de los profesionales. Uno de ellos, el referido a que 'en caso de alta laboral por 'agotamiento de plazo' debe ir cumplimentado en recuadro de mejoría o curación' como exactamente se expresaba en la hoja emitida por la Delegación, el cual se encontró con la oposición airada del sindicato, que si bien no rechaza la propuesta de un control sobre las bajas laborales, sí se opone 'a un protocolo que induzca a los profesionales a la comisión de un delito de falsedad de documento público' como explica la doctora Mª Jesús Hidalgo Valverde, secretaria general del sindicato médico de Granada (SMG).
Parte de la solución a este problema estriba en la necesidad de una mayor planificación de los recursos humanos por parte de todas las Administraciones sanitarias
El SMG tomó cartas en el asunto e impugnó el protocolo. A pesar de ello, 'la Administración no realizó ninguna acción al respecto, lo que nos llevó a recurrir a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de la Junta de Andalucía', según cuenta la secretaria general del SMG. Finalmente, dio la razón al sindicato granadino, calificando el protocolo, en relación al punto que ocasionó el conflicto, como una actuación 'constitutiva de un delito de falsedad en documento público del art. 390-4º del Código Penal'. No obstante, y ante la falta de constancia de que algún médico hubiese elaborado el documento de alta laboral siguiendo las instrucciones de la Delegación Provincial, la Fiscalía consideró que 'la imputación sólo puede realizarse a título de provocación, forma de autoría que no está expresamente prevista en el delito de falsedad en el actual Código Penal, por lo que, al final, se acordó archivar las diligencias de investigación'.
Impulsados por esta decisión de la Fiscalía, el pasado 14 de marzo el sindicato médico granadino solicitó explícitamente al delegado provincia de Salud y Consumo de Granada, Francisco Cano Bueso, el cese inmediato de la directora del Equipo Provincial de Inspección de esa Delegación Provincial de Salud, y le instó a que, en su calidad de delegado provincial, 'se dirijieran escritos a todos y cada no de los médicos de A.P. de la provincia de Granada desautorizando la instrucción octava del escrito de 8-10-04' según se exponen en el documento oficial del SMG. Desde el Equipo Provincial de Inspección se considera que si bien la Fiscalía 'informó de que el punto en cuestión podría inducir a una mala interpretación' pero que 'ninguno de los más de 540 médicos que hay en la provincia de Granada lo han malinterpretado en todo este tiempo, por lo tanto, no se han lesionado los intereses de nadie' afirma Carmen González Campos.
El desacuerdo ha sido tomado muy en serio por parte del sindicato, cuya secretaria general ha expresado a este medio que 'la solución del aumento de bajas profesionales en determinados sectores sanitarios no pasa por medidas represivas, sino por un análisis profundo de porqué se está produciendo esta situación'. Y en este sentido recalca que, desde su punto de vista, 'la Administración está transfiriendo el problema a los sanitarios cuando en realidad es un problema de base estructural del sistema sanitario andaluz'.
Sin embargo, la problemática de las bajas laborales no se circunscribe únicamente a la Delegación Provincial de Granada. Así, el doctor Carlos López Madroñero, vicepresidente de la Sociedad Andaluza de Medicina General (SAMG) y delegado de Atención Primaria en el Sindicato Médico de Málaga asegura que en el área sanitaria de esta provincia 'entre los años 2003 y 2004 han aumentado en un 30 por ciento las incapacidades temporales entre el personal médico'.
Mientras, en otras CC.AA. como el País Vasco, según las cifras ofrecidas por Dirección de Recursos Humanos del Osakidetza-Servicio Vasco de Salud- en el año 2003, la IT alcanzó en esta comunidad el 8,71 por ciento, cifra que ha ido en progresivo aumento respecto fechas anteriores, en el año 2002 supusieron un 8,60 por ciento y en 2001 un 7,86 por ciento. Por grupos profesionales, durante 2003 en el Osakidetza-Servicio Vasco de Salud- 2.622 facultativos estuvieron de baja, además de 7.267 diplomados sanitarios, 672 técnicos especialistas y 5.754 técnicos auxiliares.
El trasfondo de la incapacidad temporal
Aparte de la tradicional baja por gripe anteriormente referida, otras causas destacadas de IT son las lumbalgias, los problemas circulatorios, las cardiopatías isquémicas, la depresión y la ansiedad.
Pero ¿qué es lo que está pasando realmente en la profesión médica española?, una profesión en la que el 53 por ciento de sus facultativos ha pensado alguna vez abandonarla, a pesar de que más del 40 por ciento de los profesionales se dedican a ella por la posibilidad que esta carrera ofrece de influir en el bienestar de la sociedad, según se demuestra en un reciente estudio realizado por la Organización Médica Colegial en el año 2005, bajo el epígrafe 'La profesión Médica en España'.
El carácter universal y gratuito del sistema sanitario español es una condición muy valorada por los profesionales sanitarios, como se desprende del estudio realizado por la OMC, sin embargo, para estos facultativos también es necesaria una mejora en la planificación de los recursos que permita adaptarse a los cambios demográficos e inmigratorios surgidos en los últimos años. 'Somos el país de Europa en el que mayor presión asistencial soportan los profesionales médicos y ello trae inevitables consecuencias' afirma Asensio López. Estrés físico y psíquico, agotamiento, síndrome de Burnout, son las consecuencias más destacadas, y que, a su vez, traen como resultado 'un aumento de las bajas breves, aquéllas inferiores a semanas' apunta el vicepresidente de semFYC.
Si a esto se suma la existencia de una plantilla de profesionales sanitarios caracterizada por una edad avanzada, el problema de las bajas laborales se incrementa, ya que como apunta el doctor Ángel Pizarro, secretario general del Sindicato Médico Andaluz 'soportan menos el estrés y tienden a ponerse enfermos'. Las facultades de estos profesionales 'ya no son las mismas, una gripe para la que antes necesitaban dos días de cama, ahora te obliga a descansar seis' explica, por su parte, el doctor Cánovas, de CESM-Valencia.
La baja como consecuencia
del entorno laboral
La aplicación de mecanismos de burocratización que 'crean sobrecargas de trabajo y que merman el tiempo disponible para la asistencia' como afirma el doctor Cánovas, son causa 'de un agotamiento real y estrés del profesional'.
El propio proceso de control de las bajas laborales implantado desde la Administración es un claro ejemplo de ello. El médico de A.P. responsable de firmar la baja, se encarga de rellenar los partes médicos correspondientes, comenzando con el cumplimiento de un primer modelo (P9) en el que se solicita la baja en el caso de contingencia común. A los cuatro días de la solicitud de la baja, el médico responsable deberá firmar y rellenar el primer parte médico de confirmación de IT (modelos P9/1) en el que se cumplimentarán cuatro ejemplares donde constará el diagnóstico, la descripción de la limitación de la incapacidad temporal y la duración del proceso patológico. Esta operación se repetirá semanalmente hasta que al paciente se le dé de alta. Según lo establecido por la ley, al cumplimentar el médico el tercer parte médico deberá realizar un informe complementario en el que se deja constancia de la duración probable del proceso, las pruebas realizadas, los tratamientos prescritos, etc. Todo un cúmulo de actividades burocráticas que el profesional realiza entre consulta y consulta.
Por su parte, la falta de personal de repuesto es otro de los factores que los profesionales asocian con el aumento de bajas, como apunta el doctor Pizarro. 'En la actualidad las bajas laborales no se están sustituyendo, lo que implica un incremento del trabajo acumulado, perjudicando al profesional y a las listas de espera'. Situación que se agrava al establecerse 'políticas de plantillas de personal muy ajustadas que no dejan margen ante situaciones de riesgo' afirma la doctora Hidalgo Valverde. Un círculo vicioso que asocia de forma indisoluble, según los expertos, la causa y la consecuencia de la realidad de las bajas laborales.
Salud laboral, una cuestión olvidada
Los expertos en la materia destacan la inexistencia en España de 'un verdadero estudio sobre la salud laboral de los profesionales médicos' como afirma el vicepresidente de la semFYC, Asensio López. Aspectos como los factores de estrés o del síndrome de burnout tienen que ver, según los destacados en la materia, con los factores organizacionales y laborales, y es por ello que, en este sentido, los profesionales sanitarios insisten, principalmente, en el mantenimiento y control de una adecuada salud laboral de los profesionales sanitarios. Aspecto que, sin embargo, en la actualidad 'no se está protegiendo y que puede ser el problema de fondo de las bajas laborales en el sector sanitario', apunta la doctora Hidalgo.
Tal como ha resaltado, por su parte, el doctor Asensio López 'los gabinetes de salud laboral de la Administración no afrontan los problemas de los trabajadores sanitarios, no se realizan mediciones de los riesgos de estos profesionales, ni de las condiciones de trabajo' apunta el vicepresidente de semFYC, para quien esta carencia vislumbra su origen 'en la falta de inversión por parte de la Administración, que al no hacerla satura al trabajador'.
En torno a este problema hay generado un círculo vicioso, al establecerse políticas de plantillas muy ajustadas que no dejan margen ante situaciones de riesgo
En la misma línea, la secretaria general del sindicato médico de Granada destaca la ineficacia de las Unidades de Salud Laboral, que 'sólo ahora comienzan a nombrarse a pesar de su creación en 1995', opinión a la que también se suma el secretario general del sindicato de Álava, Kepa Urigoitia, quien considera que 'éstas no se preocupan realmente de la salud laboral de los profesionales sino de las cifras del absentismo laboral'.
En esta línea, los profesionales abogan por una Administración más implicada en la salud de los trabajadores, que esté 'atenta para que sus profesionales tengan un entorno laboral adecuado y que establezca mecanismos para mejorar su salud' tal como esgrime el doctor Asensio López. Mecanismos que han de pasar por el 'establecimiento de medidas educativas, promoción y prevención', apunta la doctora Hidalgo, para quien la problemática de las bajas laborales en el sector sanitario es en el fondo 'una cuestión de responsabilidad política que no se ha asumido'.
En resumen, 'el posible incremento de las bajas laborales entre personal sanitario es una manifestación más de que el sistema, tal y como está montado, no es grato para el profesional. Las sobrecargas repercuten directamente en las incapacidades y esto es algo que ocurre en Sanidad pero también en otros ámbitos como, por ejemplo, la educación', explica el doctor Luciano Santiago. Si a esto se suman las negras perspectivas de futuro del análisis realizado por la Fundación CESM, nos encontramos con una situación en la que se hace patente, tal y como se subraya desde esta organización sindical, la necesidad de una mayor planificación de los recursos humanos por parte de las Administraciones sanitarias.
Marco jurídico de la regulación de la IT
Para adentrarnos en la más reciente regulación de la IT desde un plano jurídico conviene remontarse al año 1997, en el que el Gobierno español, en un intento por luchar contra el uso indebido de la protección social y el fraude, inicia un proceso de reformas en el que se aprueba el Real Decreto 575/97 que pretende dar una mayor transparencia y eficacia a la gestión de la IT. En dicho decreto se establece que la baja médica por contingencia común será formulada por 'el médico del Servicio Público de Salud que haya efectuado el reconocimiento del trabajador' (art.1.1) y al mismo tiempo obliga, en su artículo 2, a los Servicios de Salud Pública a remitir 'directamente a la Entidad Gestora o a la Mutua, según corresponda, una copia del parte médico (') en un plazo de cinco días contados desde el momento de su expedición'.
Bajo la premisa de un mayor seguimiento de la enfermedad del afectado se han puesto en marcha modelos de partes médicos de baja, alta y confirmación, en los que el facultativo debe dejar constancia del diagnóstico, la descripción de las limitaciones funcionales y una previsión del proceso patológico, durante todo el tiempo en el que se prolonga la IT. Todo ello bajo el objetivo de llevar a cabo un mayor seguimiento de la enfermedad del afectado y de la propia gestión de la baja laboral, lo que ha supuesto una burocratización y sobrecarga de la labor del médico de Atención Primaria. Nuevas modificaciones legislativas han ido ofreciendo una participación más relevante a otros organismos como las Entidades Gestoras y las Mutuas a las que el artículo 14 de la Orden de junio de 1997 les ofrece la posibilidad de hacer propuestas de alta a través de la Inspección de Servicios Sanitarios de la Seguridad Social. De la misma manera, la Ley 66/1997 autoriza, en su artículo 39, a los médicos del INSS a expedir la correspondiente alta médica en IT, a los exclusivos efectos de las prestaciones económicas de la Seguridad Social.
Posteriores Reales Decretos han introducido más novedades en todo este minucioso proceso de 'supervisión', como lo denomina el vicesecretario de la Organización Médica Colegial y antiguo inspector, Francisco M. Toquero Torres, quien habla de 'un proceso de supervisión de la enfermedad cuyo objetivo es acelerar la curación del paciente'. Así el RD 1117/1998 determina que el alta médica podrá ser expedida por un facultativo adscrito al INSS, la cual 'determinará la extinción de la prestación económica por incapacidad temporal y la consiguiente obligación del trabajador de incorporarse a la empresa'. El facultativo del INSS comunicará su decisión a la Inspección Médica u órgano similar del Servicio de Salud correspondiente 'a fin de que dichos órganos puedan en el plazo de tres días, manifestar su disconformidad' (Art. 1.4). De la misma manera, el Real Decreto-Ley 6/2000 en su artículo 44, habilita a las MATEPSS para expedir altas médicas en los mismos términos que a los facultativos del INSS.