Aunque tras la pandemia se han hecho progresos en la identificación y tratamiento de algunas de las carencias en Atención Primaria, muchos problemas estructurales y de recursos continúan sin resolverse completamente. “La necesidad de inversiones sostenidas y una planificación estratégica a largo plazo es crucial para mejorar la fortaleza y la eficacia del sistema sanitario”, sostiene en la entrevista con
EL MÉDICO, Emilio Velasco Castañón, vocal de la
SEDAP por Asturias.
La pandemia de COVID-19 mostró carencias de nuestro sistema en AP. Dos años después, ¿están diagnosticadas correctamente y en vías de solución?
La pandemia de COVID-19 evidenció significativas deficiencias en el Sistema Nacional de Salud y también en AP. Se ha generado un gran debate sobre las medidas necesarias para mejorarlo, especialmente en áreas críticas como la Salud Pública. Dos años después se han abordado algunos problemas, aunque otros persisten. Durante la pandemia, las listas de espera se alargaron y muchos pacientes experimentaron demoras prolongadas para recibir atención médica. Aunque se han realizado esfuerzos para reducir estas listas, todavía el 74 por ciento de los españoles esperan hasta 10 días para ver a su médico; se necesita mejorar la accesibilidad y rapidez de la atención. La pandemia impulsó el uso de la telemedicina como una alternativa para mantener la atención médica durante los confinamientos. Sin embargo, aunque la atención online ha sido un avance positivo, no es válida para todo, porque la consulta presencial es imprescindible para la práctica y la relación con el paciente. Se han realizado progresos, pero queda mucho camino para contar con una AP fuerte y eficaz.
¿Desde la SEDAP creen que estamos preparados para atender a la cronicidad disparada y el alza de pluripatológicos?
El envejecimiento y el consiguiente aumento de enfermedades crónicas y pluripatologías plantean retos significativos para el sistema sanitario. Actualmente, alrededor del 88 por ciento de las personas mayores de 65 años tienen al menos una enfermedad crónica y se espera que esta cifra siga aumentando. Este crecimiento de enfermedades crónicas y pacientes pluripatológicos implica una mayor demanda de recursos en AP y hospitales, consumiendo hasta un 30 por ciento de los recursos disponibles. El sistema sanitario español no está completamente adaptado para enfrentar el envejecimiento de la sociedad y es necesario orientarlo, buscando el Sistema Sanitario hacia la cronicidad, buscando transformarlo con un enfoque más integral y preventivo, involucrando no solo al sector sanitario sino también a los servicios sociales, la prevención de factores de riesgo y los programas de educación para la salud.
¿Qué otras medidas serían precisas para adaptarse a esta realidad?
Las medidas pasarían por reforzar la AP, creando equipos multidisciplinares, y mejorar la coordinación entre niveles asistenciales, con modelos que busquen coordinar mejor los cuidados. También es importante incrementar el número de profesionales de enfermería y fomentar la atención domiciliaria; y asegurar la continuidad y mejorar los resultados en pacientes crónicos. Todo pasa por la humanización de la asistencia sanitaria, con perspectiva biopsicosocial en la atención a los pacientes crónicos, fomentando la comunicación entre el sector sanitario y social para una atención más integral y humana. Y es necesaria la total digitalización del sistema, incluida la implementación de la historia clínica compartida y el uso de telemonitorización, además de mejorar la gestión y seguimiento de los pacientes crónicos.
¿Mejorar el primer nivel asistencial es solo cuestión de más presupuesto?
La AP continua infrafinanciada; aunque ha mejorado. La diferencia con países de nuestro entorno con un modelo de sistema de salud semejante al nuestro es todavía notable. Según la OCDE, en España se dedica el 20 por ciento del presupuesto a la AP y el 46 por ciento a la atención hospitalaria, siendo muy inferior el destinado al sistema sociosanitario. Si bien en todos los países es mayor lo dedicado a la atención hospitalaria, esa horquilla es menor en la mayoría, con una mayor financiación de la AP; si, además, tenemos en cuenta que el porcentaje de PIB dedicado a Sanidad está por debajo de la media de la UE, la conclusión es clara: no existe un problema de gasto, sino de financiación. Pero solucionar los problemas del sistema sanitario no es una cuestión únicamente de más inversión, aunque sea una parte crucial, porque enfrenta una serie de desafíos complejos que requieren un enfoque múltiple.
La gestión sanitaria necesita de buenos administradores. ¿Se cuida y prepara con mimo a los gestores de AP?
La profesionalización de los directivos sanitarios en España es un proceso esencial para mejorar la eficiencia y la calidad en la gestión de los servicios de salud. Los directivos no solo deben de tener las competencias técnicas necesarias, sino que deben ser elegidos con criterios de transparencia, mérito y capacidad, alejándose de la politización de sus cargos. La despolitización de los nombramientos junto con las evaluaciones objetivas basadas en resultados asistenciales, económicos y de liderazgo es fundamental para mejorar la eficiencia y la calidad de los servicios de salud. Esto requiere del desarrollo de competencias específicas en aspectos como: la creación de programas formativos específicos, el grado en gestión sanitaria, el desarrollo de una carrera profesional que evalúe y certifique las competencia, establecer los conocimientos, habilidades, actitudes y desempeños necesarios para los distintos perfiles directivos y mejorar la transparencia en los procesos selectivos, asegurando que los directivos sean evaluados y seleccionados en función de criterios objetivos y verificables. La formación especializada y la certificación contribuyen significativamente a mejorar la calidad de la gestión de los servicios de salud. El desarrollo de competencias en este campo es crucial para Sistema Nacional de Salud.
Medios materiales, atención online, tecnología, IA… ¿En qué nivel de actuación diría que debiera colocarse la atención sanitaria en estos aspectos en AP? ¿es buena la dotación tecnológica en AP?
El uso de telemedicina y consultas virtuales ha demostrado ser efectivo, especialmente durante la pandemia de COVID-19, mejorando el acceso y reduciendo las cargas de trabajo en AP, permitiendo atender a pacientes con movilidad reducida o en zonas rurales. Si bien en ningún caso puede sustituir a la consulta presencial, se trata de una herramienta complementaria en todo caso. La dotación de los centros de AP con equipamiento avanzado, como ecógrafos portátiles, telemedicina y dispositivos de diagnóstico remoto, es esencial. La inversión en estas tecnologías mejora la capacidad resolutiva de AP, reduce los tiempos de espera y aumenta la satisfacción de los pacientes. Las plataformas digitales de gestión de pacientes son también una herramienta valiosa para mejorar la eficiencia en el control de pacientes con procesos crónicos. Además, estas tecnologías pueden utilizarse para la educación del paciente, permitiéndoles gestionar mejor su salud y promoviendo su participación en el propio cuidado, lo que es clave para la prevención y gestión de enfermedades. Es necesaria la inversión en infraestructura y modernización en AP, junto con la formación y capacitación adecuada de los profesionales. Los programas de formación continuada deben incluir el uso de herramientas digitales e innovaciones tecnológicas.
La actual relación AP-Atención Hospitalaria, ¿es buena, regular, muy mejorable? ¿Cómo cree que debiera ser?
Calificaría la relación como buena, porque ha mejorado en los últimos años. Persisten problemas, fundamentalmente por las diferencias en la cultura organizativa entre los distintos niveles de atención y la resistencia al cambio por parte de algunos profesionales. La fragmentación del sistema de salud, las barreras burocráticas y la falta de recursos son algunos de los obstáculos principales, junto con la sobrecarga de trabajo en AP y la presión asistencial en los hospitales. Una integración eficiente entre la AP y el hospital tiene un impacto significativo en la salud del paciente; la colaboración estrecha y el intercambio de información clínica entre ambos permite una gestión más precisa y una atención más personalizada, especialmente en las enfermedades crónicas. La adecuada gestión de las transiciones de cuidado entre la atención hospitalaria y la primaria es fundamental para reducir las tasas de reingresos, disminuyendo hasta un 20 por ciento los mismos. Las rutas asistenciales estandarizadas con protocolos consensuados y el uso de tecnología para gestionar las derivaciones reducen tiempos de espera y evitan duplicidades en pruebas diagnósticas. Los programas de formación conjunta y las rotaciones entre ambos niveles de atención también fomentan la comprensión mutua y mejoran la atención. Cualquier avance en la coordinación de la atención mejora los resultados en salud y reduce los costes sanitarios. Este enfoque debe centrarse en el paciente, asegurando que sus necesidades y preferencias guíen todo el proceso de atención.
Estos últimos años, ¿la entrada de la Medicina privada en la Sanidad española se está reflejando en AP? ¿Supone un reto, un acicate, una competencia, un complemento…?
Existen dos planteamientos en la pregunta. El primero, es sobre el aumento de la actividad privada en el sector salud. Esta es una actividad que ha experimentado un incremento considerable en los últimos años por la creciente demanda de servicios de salud, junto con la insuficiente capacidad del sistema público para satisfacerla. Otro aspecto es el modelo de provisión de los servicios del Sistema Nacional de Salud y la provisión pública de dicho servicio por proveedores privados. Esto nos lleva a un debate sobre la equidad y la accesibilidad, ya que la atención sanitaria privada puede aumentar las desigualdades existentes. La Medicina privada tiende a centrarse en tratamientos curativos en lugar de actividades preventivas. La prevención y la promoción de la salud son fundamentales para abordar las enfermedades crónicas, que representan una carga creciente para los sistemas de salud. La expansión de la Medicina privada puede desviar recursos y atención de los esfuerzos preventivos y también puede llevar a la medicalización excesiva y a un enfoque hacia la rentabilidad económica. Otro aspecto a tener en cuenta es que ambos sistemas compiten por profesionales de la salud, actualmente escasos. Esta migración podría comprometer la capacidad del sistema público para mantener sus niveles de servicio, especialmente en áreas rurales o menos rentables, donde la presencia del sector privado es menos pronunciada. Los modelos correctos de colaboración público-privada pueden optimizar el uso de recursos y mejorar la eficiencia del sistema de salud en ciertos ámbitos como nuevas terapias y tecnologías médicas. Es necesario establecer mecanismos claros y definidos de cooperación y comunicación entre el sector público y el privado.
¿Ante estos retos a los que se enfrenta el sistema asistencial, la atención sanitaria y la social pueden mantenerse sin conexión?
Enfrentarnos a los grandes retos actuales como el envejecimiento y la cronicidad nos lleva necesariamente a mejorar la coordinación con los servicios sociales. La ausencia de protocolos unificados, las diferencias en los sistemas de información y la falta de interoperabilidad para la coordinación entre los servicios sociales y la AP junto con la rigidez de las estructuras organizativas, genera ineficiencias en la atención a los pacientes, duplicando las actuaciones. Es necesario crear protocolos comunes de actuación conjunta y desarrollar plataformas de intercambio de información digitalizadas para una mayor cohesión; y desarrollar un sistema único de historia clínica compartida accesible para ambos sectores. Todo ello contribuiría a mejorar esa coordinación. También es necesaria la formación de los profesionales en ambos sectores, crear equipos formados por médicos, trabajadores sociales, enfermeros y otros profesionales que faciliten la integración de actuaciones, evitando duplicidades. La coordinación de casos ha demostrado ser una estrategia efectiva para mejorar la integración entre servicios sociales y AP, actuando como enlace garantizando que los pacientes reciban una atención continua y adecuada. Los programas de atención domiciliaria integrada también pueden mejorar esa coordinación, promoviendo un enfoque centrado en el paciente.
¿Es viable nuestro sistema de salud universal, gratuito y de aceptable calidad?
El gasto sanitario público ha aumentado un 3,8 por ciento anual, superando el crecimiento del PIB; pero los gastos sanitarios están creciendo más rápido que los ingresos, lo que amenaza la sostenibilidad a largo plazo. La combinación de una población envejecida y el aumento de los costos de las nuevas tecnologías son determinantes en esa amenaza a la sostenibilidad. El envejecimiento de la población es un desafío para la viabilidad del sistema de salud en España. La promoción de la salud y la prevención de enfermedades son cruciales para la sostenibilidad del sistema; fomentar estilos de vida saludables, la detección temprana de enfermedades, las vacunaciones y la prevención de enfermedades crónicas son estrategias necesarias para disminuir el impacto económico del envejecimiento. Una AP fuerte y accesible mejora los resultados en salud, además de evitar complicaciones y hospitalizaciones costosas y optimizar el uso de recursos. Invertir en AP es en esencia fortalecer la sostenibilidad del Sistema Sanitario. En cuanto a la incorporación de nuevas tecnologías, es necesario un enfoque equilibrado que priorice las de mayor impacto positivo en la salud pública y la mejor relación costo-eficiente. Es necesaria la revisión periódica de la cartera de servicios sanitarios, evaluando continuamente los tratamientos y servicios cubiertos por el sistema público para asegurar que sean efectivos y coste-eficientes. También es importante desinvertir en servicios que no aporten un valor significativo.
Usted trabaja en Asturias. ¿Tienen en AP los mismos retos que en otras CC. AA.?
Pues sí, creo que los retos son similares al resto de CC.AA.: escasez de profesionales, envejecimiento de la población, cronicidad, listas de espera…También tiene algunas fortalezas, entre las que mencionaría: la red de centros de AP en Asturias se caracteriza por una cobertura geográfica amplia, y están distribuidos de manera estratégica por toda la región, tanto en áreas urbanas como rurales. Un importante enfoque en la prevención y promoción de la salud con algún programa con cierto prestigio nacional. Según las encuestas, la satisfacción de los pacientes con la AP en Asturias es alta, comparable con el de otras regiones líderes en salud en España como el País Vasco y Navarra, de las primeras a nivel nacional.
¿Creen en la SEDAP que hay demasiadas diferencias entre las CC. AA?
Toda diferencia, por pequeña que sea, entre CC. AA. en cuanto a prestaciones, calidad o cartera de servicios es discriminatoria para los derechos de los ciudadanos y debe ser corregida. En este sentido, es muy importante el papel que tanto el Ministerio Sanidad como el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud tienen en la coordinación, regulación y garantía de la protección de la salud de todos los ciudadanos.
Esta entrevista es fruto de la colaboración con: