En la depresión postparto influyen diversos factores, como los biológicos, los psicológicos y los sociales. Para su abordaje se debe contar con la paciente y su entorno familiar
18 de marzo 2024. 1:03 pm
La depresión postparto, que se da en un 10-20% de puérperas, está considerada en el DSM-5 como un subtipo del trastorno depresivo mayor. Al igual que en el resto de los trastornos depresivos, no se puede atribuir la etiología a una única causa, ya que…
La depresión postparto, que se da en un 10-20% de puérperas, está considerada en el DSM-5 como un subtipo del trastorno depresivo mayor. Al igual que en el resto de los trastornos depresivos, no se puede atribuir la etiología a una única causa, ya que se trata de una enfermedad en la que existen múltiples factores biológicos, psicológicos y sociales.
En el postparto se producen alteraciones hormonales con caída de los niveles de estrógenos y progesterona que hacen a las mujeres más vulnerables a sufrir trastornos afectivos. En la depresión postparto influyen además factores psicológicos y sociales. El postparto es una etapa exigente para la mujer donde pueden aflorar inseguridades respecto a su capacidad para desempeñar adecuadamente el rol materno. La mujer en este periodo sufre cambios físicos y de autoimagen, pérdida de la vida laboral, falta de tiempo para su autocuidado y pérdida de autonomía.
Los factores sociofamiliares, como la falta de apoyo paterno o de la familia de origen, tener un nivel socioeconómico bajo o los embarazos no deseados pueden influir desfavorablemente en la salud mental de la mujer.
Los factores genéticos también influyen en el desarrollo de esta patología. La depresión es más frecuente en personas que tienen familiares cercanos que la padecen.
Episodios previos
Por eso, se debe prestar especial atención a mujeres que ya han tenido una depresión postparto previa, que tienen antecedentes familiares de depresión perinatal o las que están diagnosticadas de trastorno bipolar.
Como en todos los cuadros de depresión, la interacción genética y ambiente, así como los factores psicológicos y sociales, determinaran que una mujer padezca una depresión postparto o por el contrario que esté protegida de desarrollar cuadros afectivos.
Hay que tener en cuenta que la depresión puerperal es una enfermedad multicausal y para entenderla y tratarla adecuadamente se deben conocer a fondo todos estos factores.
Sintomatología
La sintomatología de la depresión postparto y la depresión común es similar. La diferencia es el momento en el que se presentan; los primeros meses después del parto.
Además de los síntomas característicos de la depresión común, como son la hipotimia, anhedonia, dificultades de concentración, existen con mayor frecuencia sentimientos de culpa y minusvalía, sobre todo en relación a no verse capaz de cuidar del recién nacido y no sentir la felicidad que cabía esperar.
También son más frecuentes la irritabilidad, labilidad emocional y los trastornos del sueño. Además, en la depresión postparto existe una sensación de intensa fatiga con gran dificultad para realizar cualquier tarea, justo cuando, debido a las necesidades del bebé, es un tiempo de gran exigencia para la madre y con menor tiempo de descanso. Suelen ser característicos los pensamientos obsesivos relativos a la salud del niño, con temor a que le suceda algo malo o a que se vea perjudicado por la situación clínica que la paciente está sufriendo.
Para el abordaje del cuadro se debe trabajar con la paciente y con toda la familia, dando especial importancia a la relación con el bebé y ayudando a la paciente a vincularse con su hijo y familiarizarse en el papel de madre.
Depresión postparto paterna
Aunque la depresión postparto se ha asociado siempre a la maternidad y la mayor parte de estudios se centran en mujeres; en los últimos años se ha visto una importante incidencia en la depresión postparto paterna.
Al igual que en el caso de las madres, los padres sufren importantes cambios vitales en esta etapa, como es el estrés, la falta de sueño, la incertidumbre… que, junto con los factores biológicos, pueden desencadenar un cuadro depresivo.
Es importante profundizar, aprender e investigar más acerca de esta entidad en el padre, ya que en los últimos años, al aumentar de forma sustancial la importancia que el padre en la crianza, es más frecuente que aparezcan estos cuadros clínicos.
A día de hoy, los varones tienen un importante estigma social que les limita el pedir ayuda en este tipo de situaciones, por lo que al igual que se ha normalizado el que el padre sea corresponsable en la crianza de los hijos se debe normalizar el que sufran patologías relacionadas con su papel de padre.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Psiquiatría José Manuel Herrero Marfil, de la Clínica Santa Elena, Hermanas Hospitalarias, PsicoAbreu; Juan Antonio Solana Sorribas, del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla; José Luis Montero Horche, del Centro de Salud Mental San Marcelino, en Valencia; Vicente Tordera Tordera, del Hospital de Xàtiva; Eduardo Fleitas Asencio, del Centro de Salud Mental del Maresme Norte; Argelia Sulbarán, de la Unidad de Salud Mental Hospitalet; Beatriz Bermejo Saiz, del Servicio de Psiquiatría del Complejo Hospitalario de Segovia; Yanira del Carmen Santana Hernández, del Equipo de Salud Mental Centro de Salud San Juan, Complejo Asistencial de Salamanca, y Elvira Santamaría, del Hospital Universitario de Guadalajara.