Los médicos de Atención Primaria pueden ayudar a identificar a las personas en riesgo de desarrollar una depresión y consultar para aplicar terapias tempranas, que incluyan el manejo del estrés
26 de febrero 2024. 1:27 pm
La prevención primaria de la depresión es un objetivo que se puede alcanzar mediante una variedad de técnicas y métodos. Es fundamental que tanto los médicos de familia como los psiquiatras tengan una formación adecuada en Salud Mental. Para prevenir la aparición de la depresión,…
La prevención primaria de la depresión es un objetivo que se puede alcanzar mediante una variedad de técnicas y métodos. Es fundamental que tanto los médicos de familia como los psiquiatras tengan una formación adecuada en Salud Mental. Para prevenir la aparición de la depresión, se puede utilizar la información adecuada para identificar factores de riesgo, promover estilos de vida saludables y mecanismos de afrontamiento. También se pueden desarrollar programas de educación comunitaria para aumentar el conocimiento sobre las variables que aumentan el riesgo de depresión, cómo manejar el estrés y cómo cuidar las emociones.
La intervención en los factores de riesgo identificados, como el abuso de sustancias, el estrés crónico y la falta de apoyo social, es otro aspecto de la prevención primaria. Los médicos de Atención Primaria pueden ayudar a identificar a las personas en riesgo y consultar para aplicar terapias tempranas, como la terapia cognitivo-conductual o los programas de manejo del estrés.
Además, fomentar un estilo de vida saludable que incluya una dieta equilibrada, ejercicio físico frecuente y dormir lo suficiente podría ayudar a reducir el riesgo de depresión. La prevención primaria es un esfuerzo multidisciplinar que incluye individuos, comunidades y profesionales de la salud.
Se ha demostrado que un tercio de los familiares de pacientes diagnosticados de depresión presentan episodios depresivos antes de los 30 años. Teniendo en cuenta estos datos, se podrá indicar realizar test de cribado en dichos familiares desde la atención primaria y los servicios de psiquiatría comunitaria.
Tolerancia a la frustración
Es importante trabajar la tolerancia a la frustración. Enseñar habilidades para ser capaz de encajar adversidades en la vida. Es entender que la vida no es necesariamente una tarea siempre exitosa, sino que entraña dificultades, contratiempos y adversidades que es preciso empezar a saber gestionar. Se precisa potenciar la capacidad de resiliencia de los niños y jóvenes para encajar y administrar bien las experiencias y contratiempos normales en la biografía de cualquier persona.
También puede ayudar potenciar el ocio activo, creativo y constructivo, y el fortalecimiento de vínculos afectivos y de comunicación con amigos de edades similares. La realización de actividades culturales y deportivas que den una visión positiva y optimista de lo que es la vida, como una oportunidad estimulante de continuo aprendizaje y mejora a lo largo del desarrollo madurativo.
Detección precoz
El diagnóstico temprano de la depresión es esencial para que el tratamiento sea eficaz y lograr una mejor calidad de vida. La comunicación entre los médicos de Atención Primaria y el equipo de salud mental es crucial para mejorar el diagnóstico precoz.
Esto se puede lograr trabajando juntos en todas las disciplinas y compartiendo datos de los pacientes. Los médicos de Atención Primaria deben estar atentos a los signos y síntomas reveladores de la depresión, como variaciones en el estado de ánimo, la actividad, el sueño y la alimentación.
Otras opciones adicionales para la identificación y el tratamiento de la depresión en Atención Primaria incluyen programas personalizados, que puede implicar el uso de cuestionarios estandarizados para determinar si hay síntomas depresivos durante las consultas de rutina.
La detección temprana es imprescindible para garantizar que los pacientes reciban la atención adecuada y evitar que su salud mental se deteriore.
Factores de riesgo
Se puede mejorar la detección identificando los factores de riesgo en Atención Primaria. Es importante contemplar los antecedentes de factores estresantes como experiencias adversas en la infancia y el estilo de vida actual. La patología dual o comórbida, depresión más abuso de drogas, se encuentra cada vez más en las consultas. Son muchas las personas que ante un acontecimiento vital o situación de exclusión social utilizan alcohol, cocaína, cannabis… como automedicación. También hay que valorar la posibilidad de que haya una depresión inducida ciertos fármacos.
En este contexto, es clave elaborar una buena historia clínica con antecedentes familiares, personales, psiquiátricos e historia actual.
Tratamiento preventivo
Los objetivos del tratamiento preventivo son reducir los síntomas de depresión, la conducta suicida, la recaída o recurrencia de los síntomas y mejorar el estado cognitivo y funcional. Al hablar de tratamiento, se incluye el farmacológico y el no farmacológico, en este último grupo se encuentran la psicoterapia y cambios en el estilo de vida.
Dentro de los psicofármacos, el tratamiento con los antidepresivos actuales es efectivo y bien tolerado. Hay que informar a los pacientes de los efectos positivos, los efectos adversos y sobre todo del tiempo que van a tardar en notar mejoría.
El tratamiento no farmacológico consiste en terapia psicológica que ayudará a afrontar situaciones de estrés, manejo de la resolución de problemas o la tolerancia a la frustración. Hacer deporte, modificar la nutrición y el estilo de vida facilitan la mejoría del paciente.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Psiquiatría Rafael Gómez-Coronado, del Hospital Comarcal La Merced; Silvia María Alcántara Espadafor, de la Unidad de Salud Mental Granada Sur; M Neus Llabrés Fuster, del Hospital Son Llátzer, Palma de Mallorca; Marta Elena Otálora Navarro, del Centro de Salud Mental de Aldulto de Garraf, Vilanova i la Geltru; Carlos Llanes Álvarez, Complejo Asistencial de Zamora; Juan Carlos Marco Sanjuán, del Hospital Universitario Miguel Servet, de Zaragoza; Manuela Pérez García, de la Unidad de Hospitalización Psiquiátrica de Conxo, Hospital Clínico de Santiago de Compostela, Área Sanitaria de Santiago de Compostela e Barbanza, y María Jesús Antuña Díaz, del Centro de Salud Mental I, en Gijón.