La enfermedad hepática esteatótica y su historia natural
La
enfermedad hepática esteatótica asociada a la disfunción metabólica (MASLD), anteriormente conocida como
enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD), es una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo. Esta enfermedad es el resultado de la acumulación de grasa en el hígado en personas con
disfunción metabólica, como la obesidad, la diabetes tipo 2 o el síndrome metabólico. Aunque muchos pacientes permanecen asintomáticos, algunos desarrollan inflamación hepática que, con el tiempo, puede provocar
fibrosis y progresar a condiciones graves, como la
cirrosis.
Factores de riesgo y progresión de la enfermedad
Solo un pequeño porcentaje de pacientes con MASLD, entre el
3-5%, progresa a
cirrosis. Este proceso puede tardar más de 20 años, pero ciertos factores de riesgo pueden acelerar la progresión. El sobrepeso, la resistencia a la insulina, la hipertensión arterial y los niveles elevados de colesterol son factores clave que aumentan la probabilidad de que un paciente con MASLD desarrolle
fibrosis hepática. En esta revisión, publicada en
The Lancet Gastroenterology & Hepatology, se detalla cómo identificar a los pacientes en riesgo y qué medidas se pueden tomar para reducir la probabilidad de progresión.
De la fibrosis a la cirrosis y más allá
La
fibrosis es una etapa intermedia en la progresión de la MASLD, caracterizada por la acumulación de tejido cicatricial en el hígado. Si no se interviene a tiempo, esta condición puede avanzar hacia la
cirrosis, una etapa en la que el hígado se ve gravemente dañado y pierde su capacidad de funcionamiento. La
cirrosis descompensada, en particular, puede llevar a complicaciones graves, como insuficiencia hepática, y aumenta el riesgo de desarrollar
carcinoma hepatocelular, un tipo de cáncer de hígado.
Identificación temprana y estrategias de intervención
Detectar la progresión de la
MASLD en sus etapas iniciales es crucial para mejorar los resultados de los pacientes. Los avances en el campo de la hepatología han permitido el desarrollo de herramientas de diagnóstico más precisas para identificar la
fibrosis hepática en etapas tempranas. Entre estas herramientas se incluyen las pruebas de imagen no invasivas y los marcadores séricos que permiten a los médicos estimar la cantidad de fibrosis presente en el hígado. Además, las intervenciones dirigidas a modificar los
factores de riesgo metabólicos han demostrado ser eficaces para reducir la progresión de la enfermedad. Perder peso, mejorar la sensibilidad a la insulina y controlar los niveles de colesterol son algunas de las medidas que pueden detener o incluso revertir el daño hepático.
Conclusión: hacia una mejor comprensión de la MASLD
El panorama clínico de la
enfermedad hepática esteatótica asociada a la disfunción metabólica continúa evolucionando. Comprender mejor la
historia natural de esta enfermedad permitirá a los médicos y pacientes desarrollar estrategias personalizadas para prevenir su progresión y evitar complicaciones como la
cirrosis descompensada o el
carcinoma hepatocelular. Para obtener más información sobre este tema, consulta la revisión completa en
The Lancet Gastroenterology & Hepatology.
Es fundamental que los profesionales de la salud, junto con los pacientes, trabajen en conjunto para identificar los
factores de riesgo y aplicar
intervenciones tempranas que puedan mejorar significativamente los resultados a largo plazo.