Los estrógenos también hacen daño donde no deberían
El papel de los
estrógenos en el
cáncer de mama es bien conocido: impulsan el crecimiento de tumores cuando los receptores de estrógenos están presentes. Sin embargo, un nuevo estudio del
Duke Cancer Institute ha descubierto que los estrógenos también promueven el crecimiento de tumores en tipos de cáncer que no dependen de ellos, como el
cáncer de mama triple negativo y otros cánceres como el
melanoma y el
cáncer de colon. Estos hallazgos, publicados en
Science Advances, abren la puerta a nuevas estrategias para mejorar la eficacia de las inmunoterapias.
La inmunoterapia no puede con los estrógenos
Los investigadores han revelado que los estrógenos no solo impulsan el crecimiento de algunos tumores, sino que también
inhiben la acción de los eosinófilos, un tipo de célula inmunitaria clave en la lucha contra el cáncer. Estos eosinófilos están asociados a un fenómeno conocido como
eosinofilia tisular asociada a tumores (TATE), el cual mejora los resultados en pacientes con varios tipos de cáncer. Sin embargo, los estrógenos reducen la cantidad de eosinófilos en los tumores,
bloqueando así la capacidad del sistema inmunológico para combatirlos.
¿Qué pasa con el cáncer de mama triple negativo?
El
cáncer de mama triple negativo es una forma agresiva de la enfermedad, y hasta ahora, las
inmunoterapias habían mostrado ciertos avances en su tratamiento. Pero el equipo liderado por
Donald McDonnell, profesor en la
Universidad de Duke, descubrió que los estrógenos bloquean la efectividad de estas inmunoterapias, incluso en estos tumores que no tienen receptores de estrógeno. Sin embargo, hay una buena noticia: los
medicamentos antiestrógenos pueden revertir estos efectos, restaurando la capacidad del sistema inmune para atacar a los tumores.
Terapias antiestrógenos, un aliado inesperado
El estudio también encontró que los
antiestrógenos, como el fármaco en investigación
lasofoxifeno, no solo detienen el crecimiento de tumores que dependen de los estrógenos, sino que mejoran la eficacia de las inmunoterapias en otros tipos de cáncer, incluidos el
melanoma y el
cáncer de colon. Al bloquear la señalización del receptor de estrógeno, estas terapias permiten que los eosinófilos hagan su trabajo, retrasando el crecimiento de los tumores.
¿Qué sigue en la lucha contra el cáncer?
Actualmente, el equipo de
McDonnell está planificando ensayos clínicos con
lasofoxifeno en pacientes con
cáncer de mama triple negativo. Estos avances podrían representar un cambio importante en cómo se abordan algunos de los cánceres más difíciles de tratar. Los hallazgos sugieren que la inhibición de los estrógenos podría convertirse en una estrategia central para potenciar las inmunoterapias en varios tipos de tumores, independientemente de si estos dependen o no de los receptores de estrógeno.
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Nuestros resultados subrayan la importancia de los estrógenos en la regulación de los eosinófilos y el crecimiento tumoral', explica McDonnell. Esta nueva perspectiva en la
biología del cáncer abre un abanico de posibilidades para tratamientos más efectivos y personalizados.
Un camino hacia la aplicación clínica
Con el potencial de mejorar los resultados en varios tipos de cáncer, los investigadores esperan que este enfoque se pueda aplicar pronto en la clínica. Los estrógenos, que alguna vez parecían solo ser un problema para los tumores dependientes de ellos, ahora se han revelado como un
jugador clave en la resistencia a las terapias. A medida que los ensayos clínicos avanzan, se espera que los medicamentos antiestrógenos puedan ofrecer una nueva esperanza a pacientes que luchan contra tipos de cáncer particularmente agresivos.