Ante la
implantación de la ley de eutanasia, los médicos españoles miran a Europa para buscar respuesta a los interrogantes pendientes. Es por ello que en el marco del
XXVII Congreso de Derecho Sanitario representantes de las organizaciones médicas de Alemania, Francia, Holanda, España y la AMM han profundizado sobre el tema. De esta forma, han puesto de manifiesto la complejidad y el enorme desafío que estas leyes suponen a los médicos.
Sobre esta cuestión se pronunciaba asimismo Tomás Cobo, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM). El mismo insistía en que la ley española aún plantea demasiados interrogantes que impiden una total garantía al profesional. “La eutanasia no está considerada un acto médico y todos censuramos la idea de acabar con la vida de una persona. Pero también sabemos que, en nuestro día a día, nos enfrentamos a dilemas de
decisión que rebasan la simplicidad y que nos obligan a pensar y concebir alternativas para los nuevos problemas, creados por la propia efectividad y evolución de la Medicina”, argumentaba.
Sin embargo, los interrogantes llegan precisamente en el planteamiento de la ley española. Según Cobo,
los políticos no han contemplado el asesoramiento de la profesión para la elaboración de esta ley. Especialmente para advertir de los problemas prácticos que puedan surgir en su aplicación. Por ello, tampoco han reflejado en
la ley la forma concreta en la realización de la objeción de conciencia. “Los profesionales necesitamos garantías y protección en este sentido”, reclamaba.
Interrogantes en torno a la eutanasia
En cuanto a cómo han resuelto estos interrogantes otros países, los representantes europeos aportaban su experiencia. Así,
en Francia no existe un consenso social sobre las cuestiones del suicidio, asistido y eutanasia. Sin embargo, existe un rechazo de los profesionales sanitarios a una ley de eutanasia y nuevo plan del Gobierno sobre los cuidados al final de la vida.
Por su parte,
el nuevo gobierno alemán tendrá que abordar el reto de la regulación de la eutanasia y el suicidio asistido. Si bien algunas formaciones políticas han presentado propuestas de posibles regulaciones, la pandemia ha paralizado este proceso.
En este contexto destaca la experiencia de
Holanda. Su sistema brinda seguridad jurídica a todas las partes involucradas y garantiza la transparencia con respecto a la eutanasia. Este sistema fue el resultado de muchas décadas de intensivas discusiones en la sociedad y el parlamento holandés. Los médicos holandeses participaron activamente llegando a la conclusión de que apoyarían mejor a sus pacientes aplicando la eutanasia, siempre y cuando esta se solicite voluntariamente y el paciente esté debidamente informado.