Según el 'Estudio mujer, discapacidad y enfermedad crónica', impulsado por la POP y publicado en el año 2020, los hombres pasan 3,2 años en alcanzar un diagnóstico de estas patologías, mientras que
las mujeres esperan seis años, o sea, prácticamente el doble. Es por ello que las expertas reunidas en la vigésimo primera edición de los 'Desayunos POP', organizada por la
Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), han reclamado un abordaje de la cronicidad con perspectiva de género.
'En la mujer ocurre algo muy particular. Generalmente, retrasan el diagnóstico porque están al cuidado de otras personas o por la actividad laboral, que sabemos que, en el caso del género femenino, es más precaria que en el varón', ha apuntado la vicepresidenta de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria Madrid, Norma Doria. Así, la experta ha recordado que hay mucha literatura' que documenta que hay discriminación de género y que existe 'una
infraestimación de los problemas de salud de las mujeres'. Esto puede conducir a retrasos diagnósticos y, por tanto, a un tratamiento tardía para el abordaje de estos problemas de salud.
Cronicidad con perspectiva de género
Para hacer un abordaje de la cronicidad con perspectiva de género
son necesarios datos y estudios que identifiquen correctamente estas desigualdades y sus motivos explicativos, y que estos se incorporen a la educación sanitaria. 'Luego, necesitamos también
un modelo de formación de competencias para los profesionales que les haga conscientes de que, muchas veces, hay prejuicios en el trato a las pacientes mujeres', ha afirmado por su parte la presidenta saliente de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), Rosa Urbano.
Así, la coordinadora del Máster en Estudios de Género de la Universidad Complutense de Madrid, Susana Vázquez, ha llamado a adoptar un enfoque 'biospsicosocial' para abordar las diferencias que hay entre hombres y mujeres, atendiendo
no solo a cuestiones biológicas, sino también a cuestiones del contexto social.
'Por ejemplo, los hombres piden menos ayuda y se suicidan más. Pero las mujeres retrasan mucho las consultas debido a la conciliación y los cuidados, y ya llegan con una enfermedad mucho más desarrollada', ha explicado. 'Las mujeres han salido al mercado de trabajo, pero las mujeres siguen siendo cuidadoras. Y ese trasvase no se ha producido en el caso de los hombres', ha agregado la especialista.