La Asociación Española de Pediatría (
AEP) reclama mayor formación sobre salud mental en el periodo de Médico Interno Residente (MIR) para prevenir el suicidio en la adolescencia, que constituye la primera causa de muerte no natural en este grupo de población. “Desde la
posición privilegiada de los pediatras, que hacemos un seguimiento de los niños desde que nacen hasta la adolescencia, tenemos mucho que mejorar en la detección de casos con factores de riesgo', apunta la coordinadora del Comité de Salud Mental de la AEP, Paula Armero.
Prevenir el suicidio es más complicado si cabe en los menores, ya que, si bien existe una relación ampliamente descrita en la literatura entre el suicidio y los trastornos mentales, cuando se trata de estos jóvenes, muchos de ellos pueden no presentarlos o, si los padecen, es probable que no hayan sido diagnosticados antes del primer intento. 'Entre todos debemos
poner en marcha y hacer seguimiento de las estrategias de protección frente al suicidio, para lograr que nuestros pacientes mejoren sus relaciones familiares, se sientan queridos y valorados por su entorno, mejoren sus habilidades sociales, participen en actividades, etc.', insiste Armero.
Formación en salud mental
La
formación en salud mental es clave para mejorar las cifras de suicidio en menores. Como explica Armero, 'para la valoración y prevención del riesgo suicida es necesario explorar los síntomas depresivos y la ideación suicida en consulta, pero para ello es fundamental tener más tiempo por paciente, contar con la formación adecuada, una historia clínica estructurada que sirva de guía en pediatría en Atención Primaria, recibir formación continuada para detectar problemas en salud mental y poder derivar al especialista en psiquiatría infantil'.
Para lograr
detectar estos casos de manera precoz, desde la AEP también se pone el foco en la coordinación entre los distintos profesionales, tales como educadores, pedagogos, psicólogos, psiquiatras, pediatras.