Según la Organización Mundial
de la Salud (OMS), uno
de cada 10 medicamentos que
se comercializan en el mundo es
falso, porcentaje que llega al 50
por ciento en los países menos
desarrollados. La cifra aún es
más elevada cuando los productos
se ofertan por Internet, donde
más del 60 por ciento de los
fármacos son fraudulentos.
Los medicamentos falsos
son una grave amenaza para la
salud pública. En el mejor de
los casos lo único que hacen es
no ofrecer mejoría a quien lo
toma, pero su ingesta puede
agravar una enfermedad, producir
reacciones adversas, crear
resistencias e incluso provocar
la muerte", ha explicado el
doctor Francisco Toquero Torre,
vicesecretario de la Organización
Médica Colegial (OMC).
Este negocio mueve más
de 50.000 millones de euros
en el mundo. La facilidad de
su fabricación, la cuantía económica
que se puede sacar
con esta actividad, la existencia
de marcos jurídicos y sancionadores
inapropiados, los
controles ineficaces de la mercancía,
la guerra de precios y
la falta de concienciación social
sobre este problema son
algunos de los factores que
contribuyen a la expansión de
este negocio, que aumenta cada
año.
Antibióticos, hormonas,
analgésicos, esteroides, antihistamínicos,
antimaláricos y
medicinas para mejorar la calidad
de vida se encuentran entre
los más copiados.
China ocupa el primer
puesto en la lista de países exportadores
de medicinas falsas.
Aunque también sufre las
consecuencias de esta acción
fraudulenta, pues se calcula
que cada año fallecen más de
100.000 chinos a causa de estos
productos.
En España, tanto los laboratorios
e importadores como los
almacenes y distribuidores precisan
de autorizaciones administrativas
además de la necesidad
de técnicos titulados para
prescribir y dispensar medicamentos.
Esto hace más difícil su
distribución y venta a través de
los canales de distribución habituales,
pero Internet es un canal
de compra y venta con mucho
menos control.