Un nuevo estudio publicado en la revista científica
HIV Medicine ha analizado el perfil de los pacientes que abandonan el tratamiento de VIH. Este trabajo ha sido desarrollado por equipos del CIBER en las áreas de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) y de Enfermedades Infecciosas (CIBERINFEC), colaboración con el Centre Estudis Epidemiològics sobre les Infeccions de Transmissió Sexual i Sida de Catalunya (CEEISCAT).
Entre sus conclusiones destacan que
el 16,7 por ciento de los pacientes con VIH en Cataluña y Baleares abandonaron en algún momento su tratamiento en los últimos 15 años. De las personas seropositivas que recibían seguimiento, el 81,5 por ciento eran varones y el 19,5 por ciento mujeres. De las que
se perdieron durante el seguimiento, el 79,6 por ciento y el 20,4 por ciento eran varones y mujeres, respectivamente. Aunque las tasas de pérdida de seguimiento aumentaron durante COVID-19 (1,11 por ciento frente a 0,86 por ciento,), los factores sociodemográficos y clínicos fueron similares.
Sin embargo, el estudio ha permitido constatar que la
proporción de pacientes que abandonan el tratamiento de VIH ha disminuido constante y significativamente en los últimos 15 años. Además, se ha podido constatar que su
perfil epidemiológico también ha cambiado. Así, queda patente que las personas cuyo modo de transmisión fue el uso inyectado de drogas han reducido su representación en los periodos del seguimiento, dejando lugar al grupo de hombres que tienen sexo con hombres.
Personas que abandonan el tratamiento de VIH
El objetivo de la investigación era analizar las características de las personas con VIH que dejan el tratamiento en la Cohorte PISCIS, un estudio multicéntrico de pacientes con VIH en estas áreas geográficas. Todo ello, comparándolas con aquellas que se mantienen fieles y estimando el impacto de la COVID-19 sobre su seguimiento clínico. Es decir, la investigación se focalizó en analizar cómo cambiaron las tasas de pérdida de seguimiento entre 2006 y 2020, y cómo afectó la pandemia COVID-19 a estas tasas en el estudio de cohortes PISCIS, de Cataluña y Baleares”.
Otra de las conclusiones del estudio, es que se han contemplado mejoras en ciertas características clínicas como un
conteo más elevado de células CD4 (tipo de célula inmunitaria). Además, tanto en personas con VIH, que dejaron el seguimiento, como las que continuaron con el mismo; y una proporción menor de personas con carga viral detectable.
En síntesis, estos resultados pueden ser útiles para diseñar y
poner en marcha mejores estrategias de retención de personas con VIH en la Cohorte PISCIS, aumentar su adherencia y prevenir pérdidas del seguimiento.