E.P.-En España, más de 100.000 personas están afectadas por la espondilitis anquilosante (EA), enfermedad reumática que afecta sobre todo a la columna vertebral y que aparece entre los 15 y los 30 años, según han señalado expertos con motivo de la celebración del I ‘Día Nacional de la Espondilitis Anquilosante’.

Así, con motivo de esta celebración, ayer, 20 de octubre, se realizó un acto en 10 ciudades españolas y se facilitaron carteles informativos a los centros de salud y hospitales. "También hemos editado una ‘Guía de tratamiento para el paciente’, que cuenta con la colaboración de la Universidad Rey Juan Carlos y la Consejería de Sanidad y Consumo de la Comunidad de Madrid, con el objeto de que éste tenga una herramienta a mano para conocer su enfermedad, además de las recomendaciones del rehabilitado y reumatólogo", aseveró Julián Vázquez Barajas, presidente de la Coordinadora Española de EA.

"Estamos ante una patología crónica no infrecuente que cursa con inflamación de las articulaciones, ligamentos, columna vertebral con dolor y rigidez y que puede desembocar en una anquilosis de toda la columna con la discapacidad, deformidad y limitaciones que ello supone", explicó el doctor Manuel Crespo Echevarría, jefe de Sección de Reumatología del Hospital Severo Ochoa. "Sin embargo, la mayoría de la población desconoce esta enfermedad, para dar a conocerla y para fomentar las asociaciones de pacientes hemos celebrado este día", continuó.

Aparición gradual

La EA se inicia de forma insidiosa, lenta y gradual con síntomas poco específicos, de rigidez o dolor lumbar. Además, los signos radiológicos tardan en aparecer y el dolor tiende a confundirse con ciática o lumbalgia por lo que el diagnóstico puede retrasarse. "El diagnóstico primario es fundamental, por ello el médico de familia debe estar los suficientemente formado como para saber de esta enfermedad y remitir al paciente al reumatólogo, algo que, en ocasiones, también debe hacer el fisioterapeuta", comentó Crespo.

Los expertos destacan tres factores determinantes para la aparición de la EA: la predisposición por la herencia del antígeno de histocompatibilidad HLA-B27, fragmentos de bacterias que penetrarían a través del tubo digestivo y una respuesta inadecuada del sistema inmunológico, desproporcionada y contra sustancias de los tejidos propios con bastante similitud a los fragmentos bacterianos y al HLA-B27.

La EA es una enfermedad sistémica, esto es, no se restringe al aparato locomotor y puede inducir inflamación en otros órganos; en el ojo, los pulmones, corazón o el intestino. Asimismo, el decaimiento, la astenia, el cansancio o incluso la depresión aparecen con mucha frecuencia durante el proceso de la patología.

En cuanto al tratamiento, Crespo aseveró que la rehabilitación y la fisioterapia son elementos fundamentales y según la intensidad de los brotes de cada paciente, se utilizan desde antiinflamatorios hasta tratamientos con anticuerpos monoclonales, similares a los utilizados en la artritis reumatoide. "Las terapias biológicas, ya autorizadas para la artritis reumatoide, están pendientes de ser aprobadas para la EA, ya que algunos estudios demuestran que estos fármacos pueden ser efectivos también para esta patología", tal como concluyó este experto.