EL MEDICO INTERACTIVO, Madrid.- Los médicos especialistas se sienten excluidos del debate sobre el contenido del Proyecto de Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios, actualmente en trámite de debate parlamentario, según ha expuesto, a través de un comunicado, la presidenta de la Sociedad Española de Farmacología Clínica (SEFC), África Mediavilla, también representante de esta Sociedad Científica en la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME).
Así, a través de este escrito, la FACME opta por trasladar a la opinión pública y a las autoridades sanitarias una serie de consideraciones, 'antes de que el Proyecto de Ley sea presentado en las Cortes para su aprobación definitiva'.
El proyecto, a su juicio, contempla aspectos muy positivos, entre ellos, el obvio reconocimiento del médico como único responsable de la prescripción de medicamentos. la prohibición de la dispensación sin receta de aquellos medicamentos para los que la obligatoriedad de esta esté establecida, así como la de bonificaciones, descuentos u obsequios a los profesionales sanitarios con el fin de garantizar la independencia en la prescripción, dispensación y administración de medicamentos. y el refuerzo de la política de medicamentos genéricos.
A juicio de esta organización, 'Todo ello, sin duda, junto al establecimiento de medidas para favorecer la transparencia, a través del acceso público de los informes de evaluación, autorización, suspensión o revocación de medicamentos. y la modificación del sistema de precios de referencia, podría redundar en una mejor utilización de los medicamentos'.
Sin embargo, para la FACME, el Proyecto de Ley 'focaliza la responsabilidad del mejor uso de los medicamentos en un único grupo de profesionales, los farmacéuticos, ignorando el papel que todos los profesionales sanitarios, y muy especialmente los médicos y el personal de enfermería, deben desempeñar para optimizar el tratamiento farmacológico de los pacientes, a través de un uso más adecuado de los medicamentos'.
Tal como se expone, llama la atención, por ejemplo, que ya en la exposición de motivos (I) se atribuye a la llamada 'atención farmacéutica' todo el conjunto de actividades encaminadas a que los pacientes reciban los medicamentos, y los utilicen, de forma adecuada a sus necesidades clínicas, en las dosis precisas y durante el tiempo adecuado.
En el mismo apartado, párrafo 4º. se reconoce al médico como una figura central en las estrategias de impulso de la calidad en la prestación farmacéutica, dado el papel que se le atribuye en el cuidado de la salud del paciente y, por tanto, en la prevención y el diagnóstico de la enfermedad, así como en la prescripción en su caso de tratamiento con medicamentos.
Estas afirmaciones, según su opinión, 'adolecen de rotundidad al incluir términos imprecisos (una figura o prestación farmacéutica) cuando debería reconocer al médico, como responsable último del diagnóstico y prevención de la enfermedad y, en consecuencia, del tratamiento farmacológico de los pacientes, de la evolución del proceso y de la resolución del mismo'.
Frases similares, tal como subraya, se reproducen en los artículos 76.3, 80, 81 y 83.1 'en los que de nuevo se insiste en atribuir a los farmacéuticos, además de las responsabilidades que son propias de su profesión, el seguimiento de los tratamientos, la elaboración de protocolos o la formación sobre medicamentos de los profesionales sanitarios'.
Como conclusión, desde la FACME se considera imprescindible que en todo el contenido de la Ley, 'se sustituyan las referencias exclusivas al farmacéutico por el término más amplio de profesionales sanitarios, respetando las responsabilidades que a cada profesional le corresponde en el uso de los medicamentos', tal como indica, por su parte, su presidente el doctor José María Lobos.