Redacción, Madrid.-Recientemente, ha culminado la primera etapa de una iniciativa mundial para capacitar a médicos y abogados en la detección de evidencias de tortura. Dicha actividad, financiada por la Comisión Europea, ha sido organizada por el International Rehabilitation Council for Torture Victims y la Asociación Médica Mundial, en colaboración con las organizaciones Physicians for Human Rights en EE.UU. y Human Rights Foundation de Turquía.

Los módulos de capacitación están basados en el Protocolo de Estambul, un conjunto de directrices internacionales para la evaluación de personas que aseguran haber sido víctimas de torturas y maltratos. El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos respalda el manual y los principios elaborados para asegurar que los supuestos casos de tortura sean investigados.

El doctor Yoram Blachar, presidente del Consejo de la Asociación Médica Mundial (AMM), ha expresado al respecto que el Protocolo de Estambul y las directrices propuestas son parte esencial del proceso para incoar a los responsables de la problemática mundial que existe en torno a la tortura".

"Muchos profesionales de la salud y abogados " ha añadido- tienen muy pocos o nada de conocimientos sobre la investigación y documentación de la tortura, ya sea física o psicológica. Esperamos que los médicos hagan uso de estas directrices cuando visiten lugares de detención y cuando examinen a víctimas en otros lugares, a fin de identificar rápidamente los casos que puedan tratarse de tortura".

En general, se puede decir que los métodos más usados en la tortura son los golpes, las descargas eléctricas, la asfixia, la inmersión en agua, las quemaduras, la violación y la agresión sexual. Otras torturas incluyen el aislamiento, la humillación, las ejecuciones falsas y la observación forzada de la tortura de otros, como de los seres queridos.

El coste total del proyecto es de 1,2 millones de euros, cantidad financiada en un 80 por ciento por la UE, mientras el resto es costeado por otros donantes como la British High Commission en Sri Lanka y la embajada de Holanda en Uganda.

"Con una buena documentación e investigación de la tortura se asegura una compensación y rehabilitación de las víctimas de torturas y se incrementan las posibilidades de que los torturadores tengan que enfrentarse a una investigación penal", tal como concluye Brita Sydhoff, secretaria General del International Rehabilitation Council for Torture Victims (IRCT).