Representantes de las juntas clínicas de los ocho principales hospitales públicos de Cataluña y el sindicato Metges de Cataluña (MC) han reclamado a los diputados catalanes, miembros del Govern y de toda la administración que se bajen el sueldo para aportar este montante de dinero al déficit sanitario de 77 millones del Instituto Catalán de la Salud (ICS), en un claro ejemplo de "liderazgo".
Así lo ha reclamado el representante de la Junta Clínica del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona y médico adjunto de Cirugía Torácica, Pedro López de Castro, argumentando que "cuando se pide un sacrificio a los trabajadores del ICS, una cuestión de liderazgo positivo es que todo el mundo haga lo mismo". "Nos lo piden a nosotros los que tienen los sueldos más altos de España –en alusión a los políticos catalanes– y se lo piden a los que tienen los peores sueldos de España –en alusión al salario base de los médicos, a la cola del Estado–", ha exclamado el cirujano, que ha defendido que la clase política y toda la administración debería dar la cara.
La cuestión es saber si el déficit de las arcas públicas "es un problema sanitario o un problema de país", se ha preguntado López de Castro, quien junto al resto de representantes ha tachado de inasumible el recorte.
Tanto el cirujano torácico como la delegada de MC en el Hospital Vall d’Hebron, la radióloga Rosa Boyé, han asegurado no entender por qué el Govern se muestra tan agresivo contra el colectivo sanitario, al que piden un sacrificio de sueldos de 45 millones de euros repartido por los 40.000 trabajadores de la empresa pública del ICS.
En un manifiesto firmado por todos los representantes, los facultativos han reclamado el cese inmediato de los recortes sanitarios por la "grave situación" que están provocando en los hospitales catalanes, y sobre la que no quieren mantener complicidad ninguna.
"Pedimos al presidente de la Generalitat, Artur Mas, que de forma urgente dote al ICS de los 77 millones de euros que necesita desesperadamente para poder trabajar a pleno rendimiento y con la calidad asistencial que los usuarios se merecen", ha reivindicado Boyé tras resaltar el gran esfuerzo que ya han hecho los sanitarios con el recorte de sueldos en junio de 2010.
Los médicos han reclamado que la Sanidad reciba, "como mínimo", el mismo trato que bancos u otras empresas no públicas que han sido financiadas en momentos de dificultades de liquidez.
La médico adjunta de Anestesiología y Reanimación del Hospital de Bellvitge y delegada de MC en el centro, Teresa Fuentelsaz, ha acusado a la Consejería de Salud de "maquillar" las cifras del balance de las listas de espera, especialmente las de cataratas y colectomías.
Con todo, el balance de las listas de espera está calculado hasta final de junio, y desde entonces se han reducido un 50 por ciento las operaciones quirúrgicas en los hospitales, aunque a partir de este mes y el próximo la mayoría de quirófanos retomarán más actividad. Según han insistido, las operaciones graves de cáncer y corazón se están haciendo, pero el resto acumulan tiempos de espera muy largos.
Por su parte, el Govern catalán no ha descartado la posibilidad de rebajarse el sueldo para contrarrestar el efecto de los recortes, después de que representantes de las juntas clínicas de los ocho principales hospitales públicos de Cataluña y el sindicato Metges de Catalunya (MC) hayan pedido a diputados, miembros del Ejecutivo catalán y a toda la administración que así lo hagan para aportar este montante de dinero al déficit sanitario del Instituto Catalán de la Salud (ICS).
Aunque no lo han abordado en la reunión del Consejo Ejecutivo, en rueda de prensa el portavoz del Govern, Francesc Homs, ha recordado que el anterior gobierno tripartito y los diputados ya se bajaron los sueldos, y que el Parlament también ha reducido su presupuesto. "Pero no digo que no se pueda volver a hacer. Ya se verá", ha remarcado Homs, destacando que cuando el presidente de la Generalitat, Artur Mas, lo pidió cuando estaba en la oposición fue criticado porque se dijo que era testimonial. Pese a indicar que aunque se quedaran sin cobrar sólo harían "cosquillas" al problema económico, ha admitido que se trata de un valor pedagógico y que no se pueden pedir sacrificios si antes uno no se los aplica.