Redacción/E.P. San Lorenzo de El Escorial (Madrid).- El consultor ejecutivo del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), Salvador Moncada, se ha mostrado convencido de que dentro de 10 ó 15 años se clarificará el mapa de ADN que permita la identificación de los factores genéticos que crean una propensión de las personas a las enfermedades cardiovasculares, de manera que en 25 años se pueda tratar esta dolencia en subgrupos de población y con medidas preventivas específicas.
Durante una conferencia de prensa junto al presidente de la Fundación Aventis, Joao Pontífice, y el secretario general de Sanidad, Rafael Pérez-Santamarina, en el marco de los cursos de verano de la UCM, Moncada explicó que en los últimos 25 años los expertos han entendido cada vez mejor cuáles son los factores de riesgo y el impacto de cada uno de ellos en las enfermedades de este tipo.
Según afirmó, el tabaquismo, el tratamiento de la enfermedad hipertensiva, el control de los lípidos en la sangre y el estrés son factores que generan un impacto en la incidencia, y, tras varias décadas de estudio, se ha comprobado que la manipulación de los mismos disminuye el efecto de las enfermedades cardiovasculares.
A este respecto, Moncada apuntó que la frontera que queda es la identificación de los factores genéticos que crean una propensión a estas enfermedades, augurando que en los próximos 10 ó 15 años, este fenómeno se va ir clarificando para llegar a un punto en el cual "entendamos claramente cuál es la interrelación entre los factores de riesgo externos y la propensión genética".
Desde el nacimiento
El también Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica anunció la probabilidad de que en ese plazo de tiempo existan poblaciones con distintos niveles de propensión genética, pudiendo ser tratados, algunos de ellos, desde el nacimiento con medidas preventivas específicas que reduzcan el riesgo para ese grupo.
En este sentido, mientras en la actualidad las enfermedades cardiovasculares se tratan de una manera muy general, Moncada previó que en los próximos 25 años el diagnóstico se realice por subgrupos de población, con propensiones específicas. Además, subrayó que, teniendo en cuenta el control actual sobre los factores de riesgo y el continuo seguimiento de esta dolencias, su índice de desarrollo será cada vez menor.
Aún así, quiso dejar claro que estas enfermedades no desaparecerán completamente, porque tienen como sustrato el uso del sistema cardiovascular que se va dañando por el paso de los años. "Lo que queremos es que la mayoría de la población, si va a tener esta enfermedad, que sea entre los 90 y 100 años y no entre los 35 y 55", enfatizó.
En otro orden, y aunque recordó que en España las enfermedades del corazón suponen un 35 por ciento del fallecimiento producidos cada año, Moncada recordó que la incidencia de esta dolencia en España es menor que en Inglaterra, EE.UU. o Finlandia por factores "que no están muy claros todavía".
En cuanto a las labores de investigación y gestión del CNIC, Moncada expresó su interés en participar en el proyecto del Programa de Prevención de Enfermedades Cardiovasculares puesto en marcha por el Ministerio de Sanidad y Consumo, "en cuanto quieran invitarnos", dijo.
Fondos públicos y privados
Pérez-Santamarina respondió a esta interpelación al indicar que el Centro realizará un "papel vertebrador" en toda la investigación desarrollada en este campo. Posteriormente, explicó que, además, el Plan de Investigación tiene una financiación estatal con fondos públicos y con aportaciones de instituciones privadas, aunque "queremos que la privada sea cada vez más importante".
Después, el secretario general de Sanidad aportó una serie de datos sobre la inversión del Ministerio en enfermedades cardiovasculares. Así, refirió que desde 1997 a 2002, el Fondo de Investigación Sanitaria (FIS) ha financiado 277 proyectos de investigación en el área cardiovascular por un importe total de 9.308.132 euros.
Posteriormente, indicó que en la convocatoria de Redes Temáticas de 2002, el área cardiovascular fue una de las que tuvieron mayor financiación. Concretamente, se aprobaron cinco redes que dispondrán en los próximos dos años de 6.201.350 euros para su desarrollo, gracias también a los acuerdos con Farmaindustria.
Moncada consideró "insuficiente" el total de 15 millones de euros que suman estas dos partidas presupuestarias, y aseguró que las inversiones en Ciencia y Tecnología del Gobierno no sitúan a España en una situación competitiva en relación a otros países europeos. Recordó que el CNIC siempre ha estado "subfinanciado" y que es necesario atraer capital privado para no crear "un círculo vicioso".
Resolver el problema ético
Por otra parte, el consultor ejecutivo del CINC también abogó por que España resuelva los problemas de índole moral y espere al posicionamiento legislativo de la Unión Europea (UE), antes de dar luz verde a la normativa por la que se regularice la investigación médica mediante células madre procedentes de embriones. Moncada explicó que la investigación con células madre, ya sea de tejido adulto o embrionarias, va a generar una gran cantidad de información importante en los próximos años, con una "gran incidencia sobre la prevención y tratamiento de muchas enfermedades".
Según afirmó, este hecho "cuya importancia es indudable", se topa con una dificultad añadida en el momento en que se habla de células embrionarias, al surgir "obstáculos éticos importantes" a los que resulta imprescindible prestar atención, a la hora de adoptar decisiones "concretas y correctas".
Además, recordó que esta fórmula de investigación se encuentra todavía en discusión en el marco de la legislación europea, donde, a su juicio, se producirá un alineamiento muy claro en los próximos años."Hay que esperar a ver cómo se resuelve este punto, porque es importante hacer la investigación fundamental sin estirar más de lo necesario las consideraciones éticas", advirtió.