Más de la mitad de los facultativos están quemados con su trabajo'. 'Los médicos de cupo manifiestan su descontento por su situación laboral'. 'El 56 por ciento de los médicos dejaría el oficio o cambiaría de puesto'. 'Los médicos de familia denuncian la falta de tiempo, reconocimiento y recursos para la investigación'. Estos son sólo algunos ejemplos de titulares que insistentemente vienen apareciendo en los medios de comunicación. El descontento del facultativo con el desarrollo de su profesión es una reivindicación de sindicatos, Colegios de Médicos, Sociedades Científicas,' que se ha ido intensificando con el tiempo y que ha ido parejo a un cambio en el desempeño de la propia profesión del médico. Y es que desde el nacimiento de la práctica de la Medicina ésta ha sido desarrollada de forma liberal y sólo en la época contemporánea se ha estructurado en organizaciones más complejas en las que el médico ocupa la función de asalariado.
Tanto en el ámbito público como en el privado, la motivación más consistente para el médico es el propio trabajo por lo que conlleva de reto de aprendizaje y de oportunidad de autorrealización.
Desde el momento en qué el facultativo es un trabajador, éste está suscrito a las normas de una determinada organización y a las reglas del juego empresarial. Específicamente, entra a formar parte del capital humano de la empresa, es un activo cuya rentabilidad se verá influenciada por diferentes factores que afectan a la satisfacción personal.
Existen diversas teorías sobre la motivación humana en relación con las organizaciones. Pero el 'modelo antropológico más aceptado' es, según Pablo Lázaro, director de Técnicas Avanzadas de Investigación en Servicios Sanitarios (TAISS), el que distingue e interrelaciona motivación, compensación y dedicación.
Este modelo entiende que las personas, al actuar, se mueven por tres tipos de motivos: extrínsecos, entendidos como incentivos procedentes de otra persona distinta a la que ejecuta la acción 'en este caso sería la retribución económica por parte de la organización'. intrínsecos, que son los incentivos procedentes de la propia persona que realiza la acción 'y que podrían entenderse como la autorrealización personal del médico'. y trascendentes, que son los motivos que provienen de los resultados de la acción, y que en este caso se materializarían en la satisfacción de curar a un paciente. La conducta del médico que trabaja por cuenta ajena dependerá de la motivación, pero también de la compensación que recibe por parte de la organización. Este modelo antropológico distingue tres tipos de compensaciones orientadas a satisfacer los tres motivos mencionados: extrínseca o retribución, intrínseca o derivada de las características del trabajo y trascendente o equivalente a los valores de la organización. Finalmente, se habla de una tercera variable, la dedicación, entendida, según Pablo Lázaro, como 'aquellos comportamientos del individuo beneficiosos para la organización que no son exigibles contractualmente' y que, tal como continúa este experto, 'vendrá determinada por la influencia mutua entre la estructura motivacional del médico y la compensatoria que reciba por parte de la organización'.
La falta de compromiso detectado en los profesionales es una consecuencia lógica, según analistas, de que la organización no comprenda bien la motivación de sus médicos
Amparado en este marco teórico, un equipo de especialistas dirigido por el propio Lázaro llevó a cabo un estudio con la voluntad de comparar los elementos de motivación y compensación que influían en la dedicación del médico en la empresa pública, por un lado, y en la empresa privada, por otro.
¿Qué motiva al médico?
'No hay grandes diferencias en la estructura motivacional entre el sector público y el privado', esgrime Pablo Lázaro en alusión a los resultados de este trabajo (Palma M, Lázaro P, Azcona B, Cardona P, Chinchilla N. Una exploración de la dedicación de los médicos en su organización. En: Necesidad Sanitaria, demanda y utilización. Asociación de Economía de la Salud. Zaragoza, 1999: 469-480).
En este sentido, y en relación a la estructura motivacional, la investigación -realizada sobre una muestra de más de 900 médicos que ejercían en Madrid y Barcelona- concluye que tanto en el ámbito del ejercicio público como del privado la motivación más fuerte para el médico es la intrínseca, es decir, el principal incentivo es el trabajo en sí mismo y lo que supone de reto, de aprendizaje y de oportunidad de autorrealización. El segundo motivo en importancia, e igualmente en referencia a médicos asalariados tanto de la empresa pública como de la privada, los facultativos sitúan los motivos trascendentes, concretados en la satisfacción de curar al paciente. 'La motivación más débil es la dependiente de la retribución del trabajo (motivos extrínsecos)', según se argumenta en los resultados de este trabajo.
Desde la perspectiva de la estructura compensatoria, y siguiendo con la investigación, los resultados también son similares y en ambos sectores de actividad se antepone la manera en qué la organización configura las características del trabajo (compensación intrínseca) a la manera como la organización transmite sus valores (compensación trascendente) y a la manera en qué los médicos se sienten remunerados (compensación extrínseca). Es decir, y en palabras de los propios autores, 'los médicos sienten que la organización satisface mejor las características del trabajo, que la remuneración que reciben'. Comparando ambos sectores, sin embargo, en el estudio se matiza que, en general, 'los médicos que trabajan en el sector privado se sienten más satisfechos en los tres componentes de la compensación que los que lo hacen en el sector público'.
Con respecto a la dedicación, y en palabras del director de TAISS, 'no se han encontrado diferencias en la dedicación de los médicos en ambos sectores', aunque, reconoce que 'sí hemos evidenciado que los que trabajan en exclusiva en uno u otro sector presentan mayor dedicación que los que trabajan paralelamente en los dos'.
Situación actual
de la satisfacción profesional
'Los médicos españoles no están motivados porque el reconocimiento que reciben ha ido en declive conforme la universalización de la asistencia sanitaria se ha convertido en una realidad'. Así lo ha manifestado Pilar Navarro Barrios, secretaria federal del Sector Salud y Servicios Sociosanitarios de FSP-UGT. Pero la insatisfacción es generalizada y 'los médicos españoles están manifestando públicamente de forma reiterada cómo se sienten: claramente descontentos', añade la doctora María Teresa Lázaro Casajús, presidenta del sector de Asistencia Especializada de la Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM).
De rigurosa actualidad, el tema de la desmotivación e insatisfacción del médico es ampliamente analizado en el I Congreso de la Profesión Médica que, organizado por el Colegio de Médicos de Barcelona (COMB), ha pretendido definir, tal y como se recoge en las ponencias del Congreso, los principales factores que determinan 'el estado de desencanto de los médicos'. Estos expertos enumeran como motivos aludidos por el profesional médico con mayor frecuencia:
- Remuneraciones bajas por el grado de responsabilidad del trabajo y la larga duración y gran exigencia del período de aprendizaje, así como inferiores a las que perciben profesionales de igual categoría de otras profesiones tituladas.
- Percepción de que las condiciones de trabajo empeoran, por la masificación, la falta de autonomía, la presión asistencial excesiva y la falta de inversiones en el sector.
- Dificultades para la adaptación a una actividad laboral asalariada de una profesión que durante toda la historia se ha ejercido de manera liberal.
- Falta de reconocimiento, por parte de los directivos de las organizaciones empleadoras de los médicos, de los méritos, dedicación y calidad de las prestaciones de los mismos.
- Sensación de que hay pocas expectativas de mejora profesional, tanto en el aspecto retributivo, como también de poder gestionar su propio trabajo o de poder cambiar la ocupación para mejorar profesionalmente.
- Divorcio entre los profesionales sanitarios y los equipos directivos de las instituciones. Estos alejan a los médicos de la toma de decisiones de las instituciones, pero, a menudo, les atribuyen la responsabilidad de los costes y de la masificación en la atención.
En opinión de Pablo Lázaro, y siguiendo el modelo antropológico de motivación humana antes referido, 'hablando en propiedad, sólo una pequeña proporción de médicos están desmotivados. La mayoría lo que están es poco comprometidos. Y la falta de compromiso es una consecuencia lógica debido a que la organización no compensa bien la motivación de los médicos'. Un compromiso que, según el presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), el doctor Guillermo Sierra, se consigue mediante un doble reconocimiento: 'el de la responsabilidad profesional y el conocimiento que el facultativo puede aportar'.
La situación no es mejor en el ámbito de la Asistencia Especializada que en el de la Primaria, ni en el sector público ni en el privado. En el caso de la Especializada, la doctora Lázaro Casajús hace una radiografía de la situación actual, destacando fenómenos como 'la emigración de los médicos a otros países que ofrecen mejores condiciones laborales, la falta de especialistas para cubrir vacantes, la abundancia de contratos temporales y basura, la falta de implantación de la carrera profesional o la no retribución económica de la labor docente', por poner algunos ejemplos.
En Atención Primaria son ya clásicas las reivindicaciones de las Sociedades Científicas que aúnan a estos profesionales, así como lo son también las propuestas de la Plataforma 10 Minutos sobre el incremento de tiempo por consulta y la disminución del cupo de pacientes por médico. A estas denuncias, Pilar Navarro añade 'la pobre implantación de la gestión del conocimiento y la mejora del mismo así como la escasa posibilidad de promoción y reconocimiento profesional'.
Desarrollo profesional en
los sectores público y privado
'Las diferencias fundamentales de motivación entre ambos sectores radican en las condiciones de desarrollo profesional y reconocimiento que tengan en la institución o empresa en la que realicen su trabajo', esgrime la secretaria federal del Sector Salud y Servicios Sociosanitarios de FSP-UGT. A juicio de esta experta, 'el sector público oferta, en general, mejores condiciones, retribuciones y seguridad en el empleo, algo que favorece la motivación particularmente entre aquellos profesionales dedicados con exclusividad al sistema sanitario'.
Sin embargo, y como denuncia la presidenta del sector de Asistencia Especializada de CESM, 'los profesionales del sector público adolecen de un sistema de incentivos. Las retribuciones están congeladas, el médico ha ido perdiendo poder adquisitivo y reconocimiento social, al tiempo que no se han favorecido los elementos no económicos de la motivación profesional como la promoción profesional, la participación en la dirección y la gestión, la implicación en la toma de decisiones o la facilidad de acceso a investigación, docencia o formación'.
Por otro lado, y siguiendo con los argumentos de Navarro, 'trabajar como asalariado en el sector privado no genera gran motivación por ser sus condiciones laborales peores que en el sector público'. Prueba de ello es, según esta responsable sindical, 'la fuga de profesionales hacia el sistema público tan pronto como se les presenta la oportunidad'. El doctor Guillermo Sierra denuncia, en referencia al reconocimiento profesional de los médicos, que 'algunas Entidades de Seguro Libre están cometiendo los mismos errores que se han llevado a cabo en el sector público'.
Los expertos consultados, no obstante, inciden en la necesidad de establecer otra diferenciación en el marco del sector privado, ya que, en palabras de Teresa Lázaro, 'en realidad cabe hablar más bien de diferencias entre ejercicio libre y asalariado, porque los problemas de los médicos asalariados son muy similares tanto si el empresario es privado, como si actúa como tal la Administración pública'.
En este sentido, y según Guillermo Sierra, 'el intercambio que se produce entre un médico en ejercicio libre y un paciente es directo. Existe un grado de confianza que el propio paciente ha depositado en el facultativo al haberlo elegido, no hay intermediarios y ello favorece el reconocimiento profesional'. Al hilo de esto, la responsable de la CESM añade también que 'es obvio que el margen de libertad de un profesional autónomo es muy superior al de un trabajador por cuenta ajena, y esto ocurre no sólo en el ámbito sanitario sino en todos los sectores de actividad', y añade, 'otra cosa distinta es constatar que nuestro sistema sanitario pivota en torno a un modelo de ejercicio profesional dependiente y que es en su seno donde se deben incorporar elementos de gestión que garanticen la independencia del acto médico'.
Asimismo, Pilar Navarro considera que 'los médicos que trabajan de forma independiente y cobran por servicios prestados sí están motivados porque, en su mayor parte, se trata de profesionales que trabajan en el sector público además de en el privado, lo que representa un incremento sustancial de retribuciones y del reconocimiento social y profesional por ser demandado su trabajo'.
Consecuencias derivadas
de la insatisfacción profesional
'La desmotivación de cualquier profesional se traduce en el mismo efecto que produce una depresión en un individuo: se desvitalizan sus manifestaciones y, por consiguiente, la productividad queda mermada en un grado difícil de precisar'. Así lo ve Pilar Navarro, pero, en cualquier caso, si en algo coincide la comunidad médica es que la desmotivación del profesional 'puede comportar una disminución de la calidad asistencial', tal y como se recoge en alguno de los trabajos presentados en el Congreso de los Colegios de Médicos catalanes.
Algo parecido opina Pablo Lázaro, quien considera que 'la desmotivación, falta de compromiso, o como queramos llamarla, puede producir consecuencias tales como que las decisiones sean ineficientes, que disminuya la calidad asistencial o que se deteriore la relación médico-paciente'.
Según Guillermo Sierra, 'existe un contrato social y un compromiso del médico con la sociedad y, a pesar de todos los inconvenientes que presenta la Sanidad española, seguimos manteniendo un sistema sanitario de gran calidad es gracias a este compromiso profesional'. Sin embargo, alerta de que 'si no actuamos puede llegar a romperse esta situación'.
Las diferencias fundamentales de motivaciones entre ambos sectores radican en las condiciones de desarrollo profesional y reconocimiento que tenga el facultativo
La insatisfacción laboral puede adquirir un carácter más grave cuando, en algunos casos, puede desembocar en un trastorno psíquico. Se trata del tan aludido Síndrome de Desgaste Profesional, o Burnout.
La carrera profesional,
como elemento de incentivación
En los últimos tiempos se han sucedido las iniciativas gubernamentales orientadas a mejorar y regular la situación de las profesiones sanitarias. Prueba de ello son algunos textos normativos aprobados en el Parlamento como, por ejemplo, la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS) 'que establece la carrera profesional del médico como incentivo' o el Estatuto Marco (EM). Además, algunas comunidades autónomas han implantado sus propios modelos de carrera profesional. Navarra es la más veterana en este sentido, dado que implantó su modelo en el año 1992. En Cataluña, se estableció un modelo en el año 2003 para los profesionales del Institut Català de la Salut (ICS), mientras que Canarias lo ha puesto en marcha este mismo año.
En opinión de Pilar Navarro, el establecimiento de la carrera profesional (previsto en la LOPS) 'como planteamiento teórico es una herramienta de gestión de recursos humanos que tiene como objetivo servir de incentivación y motivación, pero habrá que estar atentos a los resultados reales de su aplicación, tanto en los criterios que se establezcan para acceder a los distintos niveles como en los sistemas de evaluación y objetividad de los mismos.
El resto de expertos consultados no son menos escépticos. Así, la doctora Teresa Lázaro afirma que 'nos preocupa que el desarrollo de la LOPS recoja y valore realmente el verdadero concepto de carrera profesional, que es el reconocimiento de la experiencia profesional acumulada a lo largo de los diferentes años de dedicación a la Medicina'. Según esta experta, 'la experiencia es un grado y ese grado debe estar retribuido y consolidado'.
Asimismo, el director de Técnicas Avanzadas de Investigación en Sistemas Sanitarios, si bien considera que 'la carrera profesional puede contribuir a poner freno a la falta de incentivos', también señala que 'si de verdad se desea implantar, conviene no ignorar los conflictos de intereses, porque no siempre el más poderoso o el más jefe es también el más capaz'.
Más crítico, el doctor Guillermo Sierra no duda en afirmar que la carrera profesional 'tal y como se está desarrollando está condenada al fracaso', aunque matizando que 'esto no quiere decir que no apoye el desarrollo de la carrera profesional', Sierra asegura que 'se está potenciando el establecimiento de distintas carreras entre las diversas comunidades autónomas que, en algunos casos, resultan demasiado exclusivistas'. Así, el presidente de la OMC pone como ejemplo el caso de la Comunidad Autónoma de Andalucía, donde, según explica, 'se quiere ligar el desarrollo de la carrera al hecho de ser trabajador en exclusiva del sistema público de salud'. En su opinión, 'un profesional va metiendo en una mochila los méritos que adquiere con su desarrollo profesional y debería poder presentar esa mochila para que le fuesen reconocidos dichos méritos'.
Retos en la gestión
de los recursos humanos
Al margen del establecimiento definitivo y ajustado desarrollo de la carrera profesional, los distintos representantes de colectivos médicos consultados ofrecen otras alternativas que también deberían ser tenidas en cuenta, a su modo de ver, para mejorar la situación de descontento profesional que caracteriza actualmente el ejercicio de la Medicina. La incorporación de los facultativos al mundo de la gestión, de la toma de decisiones y, si es necesario, y tal y como se desprende del contenido del I Congreso de la Profesión Médica, 'cambiar los órganos de gobierno de las instituciones, dando más protagonismo a los profesionales y estimulando los gestores en la búsqueda de fórmulas y recursos para facilitar la actividad clínica'. mejora de las condiciones económicas del médico. reducción de las 'prolongadas jornadas de trabajo', en palabras de Pilar Navarro, disminuyendo la presión asistencial y flexibilizando los horarios. dar respuesta al 'número creciente de contratos basura', a juicio de la doctora Lázaro.'
'Los políticos deberían atender a las demandas continuas de los profesionales, ya que está en el sentir del colectivo médico la falta de respuesta por parte de la Administración ante los problemas subyacentes', asegura esta responsable de la CESM. Asimismo, la responsable de UGT señala que 'los políticos tienen en su quehacer el desarrollo de una legislación que establezca unas condiciones mínimas dignas para el ejercicio profesional'. Y es que, a juicio de Guillermo Sierra, 'los dirigentes de la Administración se han pensado que los profesionales nos quejamos porque estamos mal pagados, cuando en realidad los criterios profesionales priman por delante de los económicos'.
Desde una perspectiva más teórica, y según Pablo Lázaro, 'las organizaciones deben desarrollar una buena política de compensaciones que tenga en cuenta, en primer lugar, el plano trascendente, es decir, que intente alinear a sus profesionales en los valores de la organización'. Además, tal como insiste, 'se debe desarrollar la compensación en el plano intrínseco, y en el plano extrínseco, lo que significa, en definitiva, que la organización debe ofercer a los médicos unas remuneraciones razonables, pero, sobre todo, les debe pagar con justicia'.
La desmotivación y la falta de compromiso pueden derivar, con toda probabilidad, en una disminución de la calidad asistencial y en un deterioro de la relación médico-paciente
RECUADRO
El profesional del siglo XXI:
sondeo a los médicos barceloneses
Con el objetivo de conocer cómo son los médicos de la provincia, cómo les gustaría llevar a cabo su trabajo y qué frustra a estos profesionales, el Colegio de Médicos de Barcelona (COMB) presentó en marzo de 2004 una encuesta realizada sobre una muestra representativa del colectivo médico barcelonés.
De entre las conclusiones se extraen datos como que los facultativos reconocen que, desde un punto de vista histórico, la profesión deja de ser un mecanismo de ascenso social y el 47 por ciento de los encuestados considera que su posición actual es más baja de la que esperaba obtener. En cuanto a los ingresos, la mayor parte de los profesionales (otro 47 por ciento) tiene unos ingresos mensuales medios de entre 1.200 y 2.400 euros.
Con respecto al ejercicio de la profesión, la forma dominante es la ocupación asalariada, que realizan el 81 por ciento de los facultativos, mientras que la forma dominante de segunda actividad es la liberal (60 por ciento). La actividad principal se ejerce en el sector público/concertado (66 por ciento), mientras que el complementario es básicamente privado, ya sea en organizaciones (46 por ciento), ya sea en consulta privada (34 por ciento). Preguntados sobre la mejor forma de ejercer la profesión, la mayoría de médicos opta por la combinación de formas y espacios de ejercicio (intercalar ocupación asalariada con liberal, práctica pública con privada y la Medicina hospitalaria con la no hospitalaria). La media de tiempo dedicado se sitúa en las 46 horas semanales, si bien reconocen que les gustaría dedicar 36.
Además, estos profesionales se sienten bien valorados por pacientes y colegas de profesión (83 y 89 por ciento respectivamente) y mal valorados por las propias organizaciones (53 por ciento) y por la sociedad en general (56 por ciento). Consideran que los principales problemas que impiden que su nivel de satisfacción profesional sea más alto son las retribuciones insuficientes, la falta de incentivos profesionales, las expectativas profesionales no satisfechas y la precariedad profesional, por este orden. Tres cuartas partes de los encuestados optan por el ejercicio en pequeños equipos profesionales como la forma organizativa más adecuada para ejercer.
En un eje de comparación entre el sector público y el privado, según los médicos barceloneses, el sector público ofrece un mejor producto, mientras que el privado un mejor servicio. Destaca como notable en el sector público la calidad técnica, mientras que el privado ofrece una mejor relación médico-paciente.
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Fuente: 'Los Médicos de Barcelona en el Inicio del Nuevo Milenio'. Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (COMB).