Javier Ampudia asume la presidencia de la
Sociedad Española de Diabetes focalizándose en la necesidad de mejorar en prevención, ya que es el mejor tratamiento de la diabetes, según señala a EL MÉDICO.
¿Cuáles son los objetivos de la nueva junta directiva?
La junta directiva se ha renovado en el último congreso, pero en realidad queremos continuar con las líneas de actuación que se han hecho hasta ahora. Queremos implementar la comunicación de la Sociedad Española de Diabetes con los pacientes, pero también con la sociedad en general. Queremos que sean mucho más visibles nuestras iniciativas. También queremos seguir trabajado en el tratamiento de la diabetes, aunque en España tenemos una excelente metodología. Pese a los buenos resultados, no tenemos internacionalmente el impacto que debemos tener. Por eso, queremos internacionalizar mucho más nuestra sociedad.
Y, ¿cómo quieren internacionalizarla?
Pues no solamente con los vínculos que tenemos con Latinoamérica, sino sobre todo con sociedades afines, como la sociedad de Alemania, de Estados Unidos y Canadá, entre otros. Para eso, queremos favorecer encuentros con países de la Unión Europea, para que esas sinergias permitan, sobre todo, a los jóvenes investigadores tener oportunidades de intercambio, que lógicamente deben repercutir en el bien de la SED y del tratamiento de la diabetes en nuestro país.
¿Qué tipo de relación tiene con esas sociedades?
Queremos organizar simposios con ellos en los cuales invitaremos a jóvenes investigadores para tratar determinados temas de interés para favorecer ese
networking a través de esa actividad conjunta y, sobre todo, para poder visualizar más nuestra sociedad internacionalmente. También colaboramos con la Sociedad Europea de Diabetes para cuya junta directiva tenemos algún candidato español. Queremos tener representantes en los organismos europeos para que España esté adecuadamente representada.
¿Qué otras prioridades tienen?
Queremos establecer una colaboración más estrecha con las asociaciones de pacientes. En este momento hay determinadas reivindicaciones o necesidades no cubiertas, como por ejemplo el hecho de hacerse un seguro de vida, la renovación del carné de conducir o las trabas que hay para acceder a determinados trabajos. Además, desde la SED creemos que tiene que mejorarse la atención, centrándose en la psicológica, ya que a veces las personas con diabetes la necesitan y se la tienen que costear. Por eso, queremos trabajar más estrechamente con las asociaciones de pacientes para que juntos podamos intentar conseguir que las administraciones sanitarias los tengan en cuenta.
En este contexto, ¿qué papel tienen los educadores sanitarios?
Son una parte fundamental en el manejo de la enfermedad. Una enfermera educadora en diabetes con alta especialización no tiene ningún reconocimiento ni ninguna distinción, a diferencia por ejemplo de otras especialidades dentro de la enfermería. Es un tema complicado, pero queremos seguir trabajando porque estos profesionales llevan años intentando modificar dicha situación y eso, lógicamente, repercute en la atención de los pacientes.
La SED es una sociedad transversal, ¿en qué se basa esa transversalidad?
Somos una sociedad de patología donde se agrupan diferentes profesionales, no solamente médicos, sino también personal de enfermería, psicólogos e investigadores. Todos trabajamos en torno a la diabetes de desde diferentes perspectivas, pero todos tenemos como punto común que nos ocupamos de la diabetes y sus problemas relacionados. Es decir, tratamos aspectos relativos a la investigación, la asistencia… Por eso, es una sociedad transversal.
¿Cómo es la coordinación con las especialidades?
Dentro de la SED tenemos distintos grupos de trabajo. La coordinación depende un poco del área de interés, pero obviamente intentamos que en la junta directiva haya siempre un representante de cada uno de los colectivos. Así, en la junta actual tenemos a una investigadora básica, que no es endocrinóloga, y una médica de Atención Primaria, ya que los médicos de Atención Primaria tienen un papel muy relevante en el seguimiento de los pacientes con diabetes. También una representante de enfermeras educadoras y en otras ocasiones hemos tenido también representantes de Medicina Interna. Aunamos distintas especialidades en beneficio del tratamiento de los pacientes con diabetes.
¿Qué es lo que más les preocupa a los jóvenes especialistas?
Las inquietudes de los médicos jóvenes, lógicamente, son informarse de las novedades que van irrumpiendo en los últimos años en el campo de la diabetes. Uno de estos aspectos es el uso de la de las monitorización continua de glucosa en el seguimiento de los pacientes que llevan tratamiento con insulina. Esto ya lo veníamos haciendo en los pacientes con diabetes tipo 1, pero ahora también ha irrumpido en aquellos con diabetes tipo 2 que utilizan múltiples insulinas. Existe una necesidad de los médicos de Atención Primaria y de otras especialistas en informarse en este tipo de terapias. También son de interés los nuevos fármacos, las nuevas estrategias y evidencias científicas que van saliendo. La Medicina es innovación y cualquier médico o profesional desea estar al día. Nosotros somos una sociedad donde van a encontrar sobre todo formación relacionada con los temas de la diabetes en su conjunto y las enfermedades asociadas.
¿Cuáles son las fortalezas de su especialidad?
No somos una especialidad propiamente dicha. Y nuestras fortalezas fundamentales son, desde la óptica del endocrinólogo, que damos una asistencia y una atención 360 a los pacientes con diabetes. Es decir, no solamente nos ocupamos de optimizar al máximo los tratamientos de su diabetes con los fármacos más novedosos. Además, utilizamos las tecnologías de monitorización continua de la glucosa, las bombas de insulina, los sistemas de administración automática de insulina o los sistemas híbridos. También tenemos esa visión que nos permite manejar otro tipo de problemas que surgen a estos pacientes. Por ejemplo, tratamos la hipertensión de estos pacientes, los problemas renales cuando aparecen en primera fase, el dolor en las piernas, la arteriopatía asociada a la diabetes… somos los que coordinan todos los esfuerzos en el tratamiento de los pacientes con diabetes. En este contexto, no nos podemos olvidar de los aspectos psicológicos y educacionales.
¿Cuáles son las debilidades?
Las debilidades fundamentales es que somos pocos. Ejercemos un liderazgo asistencial en la en la coordinación de todos los planes y de todas las actividades que se hacen para los pacientes con diabetes, pero hemos de reconocer que somos una sociedad en la que el número de personas no es mayoritario, como puede ser Cardiología o Traumatología. Nuestro trabajo también se centra en coordinar grupos y establecer rutas asistenciales que podamos liderar en coordinación con Atención Primaria y con otras especialidades afines que tratan algún aspecto que pueda acontecer a los pacientes con diabetes. Aunque no lo veo una debilidad, el hecho de que no seamos una sociedad como Endocrinología hace que a veces por parte de la administración subestimen cuál es nuestro rol. Nosotros podemos ejercer una actividad de liderazgo y de coordinación importante con otras especialidades.
¿Qué importancia tiene para la SED la investigación?
Es fundamental la investigación e innovación. Para que para que avancemos todos y mejoremos de una forma más eficiente el tratamiento de nuestros pacientes tenemos que invertir mucho en investigación. Por eso, es clave dar el máximo apoyo a los grupos que se dedican a investigar en diabetes. Pero también tenemos que establecer puentes y oportunidades con sociedades científicas amigas y grupos afines de otros países para para favorecer el enriquecimiento de nuestros grupos de investigación. De hecho, tenemos una colaboración muy estrecha con el CIBERDEM, que coordina el Instituto Carlos III.
¿Cómo es esa colaboración?
Siempre hemos colaborado con ellos y siempre han tenido una mesa redonda en nuestro congreso nacional. Como novedad este año vamos a hacer un simposio de forma anual donde nos reunamos investigadores básicos en diabetes con investigadores clínicos para reforzar y visualizar la investigación que hacemos en España.
¿Dónde se están centrando las nuevas líneas de investigación en diabetes en España?
Hay muchas líneas de investigación, pero ahora está cobrando mucho interés la innovación en diabetes tipo 1 que está muy centrada en el desarrollo de nuevas insulinas y en el desarrollo de nuevos sistemas y mejoras en la monitorización continua de glucosa. A esto hay que añadir la automatización de los sistemas de administración de insulina y los nuevos fármacos que pueden retrasar la aparición de la diabetes en individuos de alto riesgo. Se están poniendo muchos recursos para desarrollar estrategias que prevengan la progresión de la enfermedad. Con respecto a la diabetes tipo 2, hay que recordar que está muy vinculada a la resistencia a la insulina y a la obesidad. Se están investigando fármacos que realmente ayudan a los pacientes con diabetes. Pero no solamente a los que tienen diabetes, sino también a los obesos. Estos fármacos ayudan a reducir peso de una forma muy importante, de una manera que no habíamos visto hasta ahora.
¿Qué están haciendo estos fármacos?
Claramente modificando muchos de los problemas asociados a la diabetes tipo 2, como son las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades renales. Creo que esto va a ser es un cambio de paradigma muy importante, ya que ahora podemos tener herramientas que nos ayuden, junto con las recomendaciones de actividad física que damos a nuestros pacientes, a mejorar el manejo de su enfermedad. Sobre todo, va a mejorar su pronóstico vital. Prueba de la importancia de estos nuevos fármacos es que el año pasado el premio más prestigioso de la Sociedad Americana de Diabetes se lo dieron un investigador alemán que trabaja precisamente en este campo desde hace más de 15 años. Empezó a describir cómo las hormonas gastrointestinales influían en el metabolismo de la glucosa. Es la base de estos fármacos que están cambiando mucho la vida de los pacientes con diabetes.
¿Hay un mal uso de estos fármacos?
Está habiendo un abuso de estos fármacos por personas que no tienen diabetes. No obstante, varias compañías farmacéuticas tienen programas específicos en pacientes con obesidad y diabetes donde estos fármacos son de gran utilidad. El problema está en que muchos pacientes con diabetes que necesitan estos fármacos a veces no los encuentran, con lo que hemos tenido que cambiarlos a otros otras alternativas. Pero estos fármacos deben de utilizarse dentro de un programa estructurado de que incluya una terapia nutricional adecuada, una dieta correcta y un programa de actividad física, porque si no, lo que ocurre es que efectivamente con el uso de estos fármacos los pacientes pierden peso, pero en el momento que dejan de utilizarlos, porque son caros, vuelven a ganar peso.
¿Qué se puede hacer para modificar esta situación?
Creo que todo esto merece una reflexión, es decir, tenemos que construir desde abajo. Si una persona consulta porque tiene un problema de obesidad, que también entra dentro de nuestra actividad, pues hay que trabajar con él primero el tema de la dieta y cuando vemos que realmente no alcanza los objetivos con las pautas implantadas, hay que optar por un tratamiento adicional y es el momento de utilizar estos fármacos. Los pacientes deben tener una información previa para alimentarse correctamente y hacer ejercicio físico. Porque si solo pierde peso con estos fármacos, si deja de tomarlos se vuelve a ganar peso y a la larga puede que desarrollen algún problema a nivel metabólico. Aun no tenemos datos de lo que ocurre a largo plazo, disponemos de los datos publicados de los estudios a dos o tres años.
En cuanto a la prevención, ¿cómo está la situación actual en España?
Antes de la COVID-19 se intentaba hacer bastante bien, puesto que existían campañas de prevención y de detección oportunista de pacientes en riesgo, sobre todo las personas con de más de 40 años que tenían factores de riesgo, como obesidad e historia familiar de diabetes o mujeres con diabetes gestacional. La mejor manera de tratar la diabetes es prevenir que aparezca. En la pandemia, médicos de familia no podían dar abasto, pero ahora se está intentando retomar, aunque creo que es un aspecto que no está suficientemente promocionado por las administraciones sanitarias. No son conscientes de la importancia que tiene la diabetes y el impacto que tiene sobre los costes de la salud. Tenemos que trabajar mucho en prevención, pero no solamente los médicos en los centros de salud, sino también a través de los medios de comunicación, en las campañas en los colegios, a todos los niveles e implicado a otras sociedades científicas.
¿Cómo se puede trabajar en la población general?
Tenemos que poner el foco, precisamente, en la prevención de la diabetes, fomentando una alimentación saludable, actividad física…, pero en este momento tenemos un problema muy importante con la obesidad, también con nuestros adolescentes e incluso con los niños. Debemos establecer campañas centralizadas desde el Ministerio de Sanidad, junto con las comunidades autónomas, en la que participen los correspondientes especialistas. Estas campañas van a repercutir en un beneficio para todos, que se puede ver traducida en una reducción de costes a largo plazo. Es fundamental pensar siempre en el largo plazo.
Este artículo es fruto de la colaboración con: