Son muchas las mamás que duermen día a día con el miedo de que se presente ante la cuna de su bebé el Síndrome de la Muerte Súbita del Lactante (SMSL). Cada día en todos los países del mundo mueren niños menores de un año de edad de forma repentina e inexplicable mientras duermen. Este hecho ha llevado a que sea ésta una de las causas principales de mortalidad en niños durante el primer año de vida en España.

Factores de riesgo

Aunque no es posible saber qué bebé va a ser víctima de este síndrome, se ha demostrado que existen ciertos factores que pueden inducir la aparición de muerte súbita.

Si la madre fuma, o si ya ha perdido un bebé por esta razón con anterioridad, existe un mayor porcentaje de riesgo. Además, en caso de abuso, abandono o carencia afectiva, la probabilidad de recurrencia es mayor.

Especialmente significativo son los numerosos estudios que postulan una asociación inversa muy significativa entre el SMSL y el peso al nacer, sobre todo por debajo de 2.500 gramos, por lo que se supone que los niños prematuros o de bajo peso corporal están especialmente expuestos a esta amenaza.

Los expertos señalan además otros factores como el uso de colchones excesivamente blandos, la subida de temperatura tras un periodo de frío, arropar excesivamente al niño y sobrecalentar la cuna, y que el bebé duerma boca abajo, como situaciones que pueden impulsar este trágico final.

Un nuevo aliado, el chupete

Un estudio reciente ha demostrado que el chupete no sólo calma a los recién nacidos, sino que también puede ayudarles a reducir el riesgo de padecer el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante. Aunque el chupete genera problemas dentales y está relacionado con un riesgo ligeramente superior de infecciones en el oído y dificultades con el amamantamiento, puede evitar una muerte inesperada en los recién nacidos. Por todo ello, la Academia Americana de Pediatría recomienda acostar a los bebés con chupete, incluso a la hora de la siesta, durante el primer año de vida. Según esta entidad, si el bebé pierde el chupete mientras duerme no es necesario volvérselo a introducir en la boca, y tampoco se ha de impregnar con ningún tipo de sustancia dulce para animarle a usarlo.

Sólo se establece una excepción: a los bebés con lactancia materna no se les debería suministrar un chupete hasta que dicha lactancia esté bien establecida.