Redacción, Madrid.-En la actualidad, cerca del 3 por ciento de los niños y adolescentes españoles (desde el nacimiento hasta los 18 años) padece hipertensión arterial. Porcentaje que puede verse incrementado, según alertan los expertos, ante el aumento de ciertos factores de riesgo cardiovascular como la obesidad, cuya prevalencia entre la población infantil se ha triplicado en la última década, según datos publicados recientemente.

Así, según afirma el doctor Antonio Coca, presidente de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española de Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA) y director de la Unidad de Hipertensión del Hospital Clínico de Barcelona, "la hipertensión arterial es un factor que se asocia a la obesidad en la mayoría de los casos, por tanto, cabe esperar que el riesgo de padecer hipertensión arterial también se haya incrementado en los niños".

La hipertensión arterial (HTA) es un factor de riesgo cardiovascular presente ya en la infancia. Estudios desarrollados en niños han demostrado que los que se sitúan en un determinado percentil en función de su presión arterial, se mantendrán en el futuro en ese rango y los niños que presenten persistentemente niveles de presión arterial en los límites de normalidad, tienen mayor riesgo de ser hipertensos en la edad adulta. En este sentido, el presidente de la SEH-LELHA insiste en que "si no se controla la presión arterial de estos niños, muchos de ellos serán adultos con enfermedad cardiovascular establecida severa".

Al respecto, la Sociedad Europea de Hipertensión publicó hace unos meses una revisión, bajo la coordinación de la doctora Empar Lurbe, miembro de la Junta Directiva de la SEH-LELHA, y jefe de la Unidad de Referencia "Contra el Riesgo Cardiovascular en Niños y Adolescentes de la Comunidad Valenciana" del Consorcio Hospital General Universitari de Valencia, sobre la importancia de medir la presión arterial en niños y de cuál debe ser la conducta a seguir por parte de los médicos, en función de los valores hallados.

Detección precoz

Gracias a que, tal como se asegura desde esta Sociedad Científica, la medida de la pensión arterial es actualmente práctica habitual en las consultas de Pediatría y al mejor conocimiento de los valores de normalidad, que son variables a lo largo del crecimiento y desarrollo del niño, es posible la detección precoz de HTA en niños, tanto en presencia de sintomatología clínica como en su ausencia.

Así, según la doctora Lurbe, "la presión arterial en la infancia es un parámetro variable con una amplia distribución de los valores de normalidad, que aumentan progresivamente a lo largo de los años. Por ello, los valores considerados normales varían en función del crecimiento y desarrollo".

Tal como recuerda esta entidad científica, los niños con un percentil entre 90-95 de presión arterial se encuentran en el límite alto de la normalidad y su mantenimiento en estos niveles a lo largo del tiempo determina el riesgo de desarrollar HTA en la edad adulta. La hipertensión en la infancia puede ser secundaria a una serie de enfermedades o bien no encontrarse ninguna causa y ser una HTA esencial. Cuanto más pequeños son los niños más posibilidades de que esta patología sea secundaria a alguna enfermedad siendo las causas renales las mas frecuentes.

Por tanto, desde la SEH-LELHA se considera de interés informar sobre la reciente publicación de las nuevas tablas de la Task Force on High Blood Pressure in Children and Adolescents que, además de aportar los nuevos valores de referencia, establecen los criterios para identificar a los niños hipertensos.

Para la doctora Lurbe, "los niños con hipertensión conocida acuden a la consulta del especialista donde son establecidos el tratamiento y seguimiento. El verdadero problema radica en la detección precoz, en establecer una serie de marcadores del riesgo que nos ayuden a identificar a aquellas personas que en épocas precoces de la vida tengan un mayor riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular en la edad adulta. Por tanto, debemos empezar a adoptar una serie de medidas antes de que la HTA se establezca, ya que si tratamos la HTA establecida, estamos llegando tarde. Por ello, hay que intervenir de forma precoz para conseguir una mejora de la calidad de vida a largo plazo".

Según esta especialista, ante casos infantiles en los que la presión arterial se sitúa persistentemente en el límite alto de lo normal o que aumenta más rápidamente que la de un niño de su misma edad y sexo, conviene plantearse una serie de medidas. "La primera es la modificación del estilo de vida, evitar que lleguen a la obesidad y fomentar que tengan una mayor actividad física. Si a pesar de estas medidas desarrollan HTA, el segundo escalón sería empezar a aplicar un tratamiento farmacológico".

Y es que, como concluye el doctor Coca, "la detección de HTA en niños y adolescentes hará posible que identifiquemos a aquellas personas que corren riesgo de morbilidad y mortalidad asociadas a la HTA y contribuiremos a la mejora de la salud cardiovascular de la población española a largo plazo".