La una, las dos, las tres de la madrugada' Algunas personas pasan la noche con la vista fija en el reloj, dando mil vueltas en la cama o con la mente ocupada en los asuntos que resolver al día siguiente. Las horas de descanso que deberían servir para cargar las pilas y despertar con energía se convierten en una auténtica pesadilla.
Si usted es una de estas personas, lo primero que ha de hacer es esconder el reloj. con él a la vista lo único que hace es agobiarse por las horas que han pasado y las pocas que le quedan para que el despertador comience a sonar. Contra las vueltas en la cama lo mejor es que se levante e intente quedarse dormido más tarde.
No se fuerce nunca a dormir, por mucho que el reloj diga que ya es hora de irse a la cama. Hasta que no sienta que el sueño le está ganado la partida no se acueste y si pasan quince minutos y no ha logrado pegar ojo levántese de nuevo. Haga algo relajante hasta que se sienta soñoliento y vuélvalo a intentar cuantas veces sea necesario.
Si con tanta ida y venida se levanta cansado puede aprovechar la sobremesa o cualquier otro momento del día para echarse una siesta que no ha de durar más de 20 ó 30 minutos.
Estos son sólo algunos consejos para intentar evitar lo inevitable, pero el daño ya está hecho. La mejor solución para no pasar las noches contando ovejas es prevenir que esto ocurra. El secreto está en un estilo de vida y unos hábitos que ayuden a dormir mejor, lo que se conoce como 'higiene del sueño'.
Evitar estimulantes
La primera medida es no tomar cualquier estimulante que pueda 'quitar el sueño', al menos seis horas antes de irse a la cama, como café, té, bebidas de cola, alcohol o chocolate.
Haga ejercicio, pero hágalo al menos tres horas antes de acostarse. Y es que, aunque por lo general hacer ejercicio de forma regular ayuda a dormir mejor, el que se hace inmediatamente antes de irse a la cama lo dificulta.
Nada de comidas pesadas ni de tomar alimentos que puedan entorpecer la digestión. La mejor cena es una ligera y que contenga, a ser posible, leche y otros productos lácteos que contienen triptófano, una sustancia natural con efectos hipnóticos.
Por otro lado, hay un reloj que rige nuestra vida y el equilibrio de nuestro organismo, es el reloj circadiano. Para que toda la maquinaria funcione bien es preciso levantarse y acostarse siempre a la misma hora, incluso los fines de semana.
Una cama cómoda y una habitación fresca, silenciosa y oscura es el mejor ambiente para una buena noche de sueño.
Cuando la luz de la calle es un problema busque ayuda en cortinas oscuras, persianas o un antifaz y si lo son los ruidos puede utilizar tapones y, si es posible, instale material de aislamiento en las ventanas.
Además, si consigue que el cerebro asocie cama con sueño todo será más fácil. Por ello, si leer o escuchar música le relajan, hágalo pero no en la cama.
Otra actividad rutinaria y relajante que le ayudará a quedarse dormido es tomar un baño tibio. Y es que si está estresado ha de hacer todo lo que esté en su mano para acabar con los nervios y la tensión. Pruebe a hablar con su familia o amigos de sus problemas y reserve un tiempo al día para sentarse sólo en un lugar tranquilo y pensar en sus preocupaciones y en las posibles soluciones.
Pero si pasa el tiempo y el estrés se mantiene, le puede venir bien aprender ejercicios de relajación. Gracias a ellos y siempre de la mano de un profesional puede aliviar los problemas del sueño.
Las plantas medicinales (valeriana, tila, melisa, pasiflora...) son una ayuda muy interesante en muchos casos, ayudan a conciliar el sueño y a la relajación, existen muchas formas de usarlas: gotas, comprimidos e infusiones, su farmacéutico le aconsejará la más adecuada a sus necesidades.
Si a pesar de tomar estas medidas el insomnio persiste, ha de considerar seriamente la posibilidad de buscar ayuda profesional en un especialista en trastornos del sueño.
FUENTES: Instituto del Sueño Neurodiagnos y Fundación Nacional del Sueño (EE.UU.)